Seopol: ¡tica de
¡URAMERICA
general (r) JULIO LONDOÑO.
LECCION DE ORO DEL MILITAR COLOMBIANO.
6GT
COLECCION DE ORO DEL MILITAR COLOMBIANO
VOLUMEN VIII
GEOPOLITICA
DE
$ SU RAM ERICA
EL GENERAL <n> JULIO LONDOÑO
Perteneció al Arma de Ingenieros. Es Miembro de número de la
Academia Colombiana de Historia y de la Sociedad Geográfica de
Colombia, y hace carte de varios Institutos Científicos Extranjeros.
Bogotá, D. E., 1977
Ó
IMPRENTA Y PUBLICACIONES DE LAS FUERZAS MILITARES
COLECCION DE ORO DEL MILITAR COLOMBIANO
Relación de Volúmenes aparecidos
1 EL TENIENTE GENERAL DON ANTONIO NARIÑO
Por el Coronel Camilo Riaño.
Prólogo del Dr. Horacio Rodríguez Plata.
2 EL CAPITAN ANTONIO RICAURTE.
Por Luis Carlos Valencia Moreno.
Prólogo de Alfonso Bonilla Aragón.
3 JOSE MARIA CABAL.
Por el Coronel Alberto Andrade A.
Prólogo del Coronel (r) Alvaro Campo Bejarano.
4 VIDA DEL ALMIRANTE JOSE PADILLA.
Por Enrique Otero D’Costa.
Prólogo del Dr. Horacio Rodríguez Plata.
5 DERECHO TERRITORIAL DE COLOMBIA.
Por el Mayor Julio Londoño Paredes.
6 GEOPOLITICA DEL CARIBE.
Por el General (r) Julio Londoño.
7 BIOGRAFIA DEL CORONEL JUAN JOSE BUENAVENTURA
DE AHUMADA Y GUTIERREZ.
Por el Coronel de la Policía (r) Antonio José Rodríguez A.
INDICE
PAGINA
Generalidades ... T.- 7
La Compartimentación . 27
Las Confederaciones . 33
Venezuela . 47
Colombia . 71
Ecuador . 85
Confederación del Pacífico . 105
El Perú . 111
Bolivia . 129
Chile . 149
El Pacto Andino . 167
La Cuenca del Plata . 177
Argentina . 191
Uruguay .* .. 213
Paraguay . 223
Brasil . 239
Las Guayanas. 271
Bibliografía . 283
— 5
GENERALIDADES
“Para los entendidos en materia inter¬
nacional parece obvio que los estados
deben perseguir una política de «Balan¬
ce de Poder» que tanto la ley natural
como la ética cristiana aconsejan. Pero
no sólo están obligados a contrabalan¬
cear las amenazas de que son objeto,
sino también a establecer un sistema de
balance para el conjunto de la sociedad
internacional, a perseguir una política
que no solamente preserve su propio
poder sino que mantenga la paz”.
NICOLAN J. SPYKMAN
La tragedia de la Política Mundial
En el año de 1492 la gente culta europea sabía que
la tierra era redonda. Se habían dibujado mapas en
distintas naciones, cuyo único inconveniente consistía
en que se colocaban las costas occidentales de Europa
frente a las orientales de Asia, ya que, pese a arries-
— 7
gados viajes de los vikingos, se ignoraba que existiera
tierra alguna que se interpusiera entre estos dos ex¬
tremos.
Cuando Colón partió hacia el oeste con la esperanza
de llegar por ese camino a las costas de China y Ja¬
pón, Portugal, bajo la dirección del príncipe Enrique
el Navegante, hacía descubrimientos en sentido contra¬
rio. Era lógico que españoles y portugueses habrían de
encontrarse detrás del punto de partida.
Descubierta América los dos países conquistadores
quisieron evitar disputas en el futuro y dar firmeza a
sus conquistas. Era, por tanto, necesario saber hasta
donde podía llegar cada uno de ellos. Para dirimir esta
cuestión con la mayor justicia, los dos gobiernos bus¬
caron al Papa Alejandro VI, para que trazara el espacio
correspondiente. El Papa aceptó el arbitraje y por me¬
dio de una bula “Eximie Devotionis” fijó como eje de
partición un meridiano que había de pasar por am¬
bos polos y a cien leguas al occidente de las islas de
Cabo Verde y las Azores. De acuerdo con este trazo
a España le correspondía toda conquista que se hiciera
al oeste y a Portugal al oriente.
“La cual línea —dice la bula— diste de cada
una de las islas que vulgarmente se dicen de
Las Azores y Cabo Verde, cien leguas hacia
el occidente y mediodía...”.
Y a España le aseguraba:
“Así que todas sus islas y tierras firmes ha¬
lladas y que se hallaren descubiertas desde
dicha línea hacia el occidente y mediodía
por el tenor de la presente le damos, conce¬
demos y asignamos a vos y a los reyes de
Castilla y de León, vuestros herederos y su¬
cesores”.
8 —
Dada la extensión de los dos archipiélagos y la dis¬
tancia a que se hallaban del meridiano alejandrino, Por¬
tugal elevó su protesta y aun alistó sus tropas para el
caso de que España no se aviniera a una reforma de
esta decisión.
Sin embargo, el 7 de junio de 1494 lograron llegar
a un arreglo que consistía en atenerse a un meridiano
que pasase 370 leguas al occidente del que había tra¬
zado el Papa Alejandro. Esa nueva línea que tanta
importancia ha tenido para la América, especialmente
para la América del Sur, se conoce con el nombre de
la Línea de Tordesillas.
Cuando Balboa en 1513 descubrió el Mar del Sur,
tras atravesar el Istmo de Panamá y Magallanes cruzó
la América por el canal que hoy lleva su nombre, se
vino a caer en la cuenta de que entre Europa y Asia
se interponía un nuevo continente hacia el cual enrum¬
baron todas las conquistas.
Este Continente que se llamó América. Estaba
formado por dos penínsulas: la América del Norte y
la del Sur, separadas por un largo istmo que se deno¬
minó, juntamente con la cadena insular que parece
desprenderse de él, América Central.
Vistas las dos Américas del Norte y del Sur,
aparecen con algunas semejanzas: la parte ancha que¬
da al norte; ambas tienen uno de los *inás grandes
ríos del mundo que desembocan en el Atlántico; una
alta cordillera recorre a cada una ceñida al Océano
Pacífico; las respectivas terminaciones se dirigen di¬
rectamente hacia el oriente y algunas peculiaridades
más. Pero nada valen estas semejanzas si se toman en
cuenta las diferencias: el gran río del norte, el Missisipi,
— 9
atrae la población y es quizás el más civilizado del mun¬
do. El del sur, el Amazonas, repele la gente y es uno
de los grandes vacíos con que cuenta la tierra. La parte
ancha, al norte, ofrece un piso firme a propósito para
tener como efectivamente tiene una de las más extra¬
ordinarias redes de comunicación y al mismo tiempo
está compuesta por una tierra rica y fértil. La parte del
sur es casi inhabitable, con tierra que se opone a las
grandes comunicaciones y cuya fertilidad es muy escasa.
Pero lo más importante de cada una de las partes
del continente ha sido su forma de colonización. En el
sur los aventureros españoles que llegaron, sedientos
de oro , vagaban por todo el continente en busca del pre¬
ciado metal, y construían las ciudades en la periferia
para que el comercio se facilitara lo más posible dejan¬
do el centro vacío. Así se formaron una serie de puntos
poblados distantes, ninguna unión entre sí y en ge¬
neral, empeñados en una tremenda competencia que
permitía a los compradores poner los precios que más
les convenían.
En el norte llegaron, en tiempo de Jacobo I trece
familias a la costa norteamericana, formaron una uni¬
dad, una especie de centro de crecimiento, que se fue
ensanchando con los años hasta plasmar la nación más
poderosa de la tierra, con una organización traída de
Inglaterra que se fue haciendo cada día más fuerte. De
esta manera las dos culturas que se formaron con los
siglos son tan diferentes que casi no pueden entender¬
se. Los choques latinoamericanos con la parte norte
no es otra cosa que la colisión de dos culturas y así
perdurará por muchos años. Son dos partes de Améri¬
ca que no logran entenderse.
10 —
AMERICA DEL SUR
La América del Sur tiene aproximadamente
17’000.000 de kilómetros cuadrados. Empieza en la
serranía del Darién, en la frontera colombo-panameña,
y va a terminar en la isla de los Estados en la punta
meridional del continente. Tiene la forma de una pirá¬
mide invertida cuya parte ancha está hacia el norte y
su vértice en dirección a la Tierra del Fuego señalan¬
do la Antártida.
Está rodeado el continente suramericano por los
océanos, Atlántico y Pacífico, y es por eso que el mar
determina una cierta influencia política en todos los
países ribereños, de acuerdo con el Tratado Inter¬
nacional de Asistencia Recíproca suscrito en Río de
Janeiro el 2 de septiembre de 1947. Se trata de una
especie de mar territorial inviolable por los ejes
de navegación y va de polo a polo como una faja
sobre la superficie marítima que comienza en el polo
norte y da la vuelta a toda la América en una exten¬
sión aproximada de doscientas millas. El convenio te¬
nía por objeto la defensa mutua durante la segunda
guerra mundial. El hecho de no haber sido derogado
y de estar por lo tanto vigente, hace que a menudo
se confunda esa anchura con él mar territorial de los
diferentes países, cuando el concepto de mar territorial
en cada uno está claramente determinado.
Sobre la formación de la América del Sur hay
diversas teorías. Wegner sostiene que la parte sólida
de la tierra era conjunta y que los movimientos de
las aguas marinas fueron haciendo una especie de in¬
tersticios en esa masa terrestre y poco a poco fueron
apareciendo los continentes sin que a la larga hubie-
— 11
GEOPOLITICA - 2
ran perdido completamente su forma. Por esta razón
la saliente brasileña del oriente parece encajar exac¬
tamente en el codo africano que forma la república
de Guinea. Refuerza su argumento con el hecho de
que en ambas partes la selva es muy similar y la fau¬
na casi idéntica.
Hay otros que aseguran que la América del Sur
se formó de dos continentes separados, que por causas
aún no muy claras se fueron aproximando la una a la
otra. La cisura iba desde el golfo de Maracaibo hasta
la bahía del río de la Plata. En el movimiento de apro¬
ximación la parte plana que estaba colocada al oriente
fue arrastrando millones de toneladas de materias ve¬
getales y animales de modo tal que al hallar la ya
existente cordillera de los Andes se detuvo y la masa
que llegaba era lo que en el futuro habría de constituir
los enormes yacimientos de petróleo que han sido en¬
contrados en la línea antes citada entre Maracaibo
y el Plata. Finalmente hoy otros sostienen que evi¬
dentemente la América del Sur se formó por dos partes
divididas por la línea general marcada por el río Ama¬
zonas, línea que iba a terminar por las grandes ensi¬
lladuras que tiene la cordillera de los Andes a la parte
meridional del Perú.
La unidad geográfica actual tiene aproximada¬
mente 200.000.000 de habitantes que forman agrupa¬
ciones diferentes debido a migraciones y otras causas.
La primera gran división humana se refiere a la lin¬
güística ya que la parte portuguesa, que sobrepasa los
ocho millones de kilómetros cuadrados y los cien mi¬
llones de habitantes, habla el portugués y ésto y al-
12 —
gunas modalidades tradicionales la diferencian com¬
pletamente del resto de la América de cultura espa¬
ñola.
La agrupación humana en las diversas partes del
continente parece muchas veces ilógica y quizás lo sea
en realidad aunque a menudo coinciden estas agru¬
paciones y los grandes vacíos con las regiones climá¬
ticas.
Pero es necesario tener en cuenta que las naciones
de la América del Sur son países subdesarrollados en
donde la fertilidad humana alcanza el mayor de los ín¬
dices de natalidad y para el año 2.000 su población será
de 800.000.000. Los grupos que se han formado, con au¬
mento más o menos común, en este continente, se ha¬
brá duplicado en veinte años y las ciudades millona-
rias de cada país habrán cuadruplicado su volumen
porque gente vendrá del campo a formar un cinturón
de miseria a su alrededor.
Quizás algunas naciones, a pesar de su extensión,
tienen áreas cultivables reducidas y especialmente las
naciones andinas en donde las vertientes escarpadas
limitarán en gran medida el empleo de las maquinarias
modernas y no alcanzarán a producir lo que nece¬
sitan para su alimentación. Y la desnutrición tendrá
como consecuencia inevitable una mayor fertilidad
demográfica que si no se controla, la situación conti*
nental puede volverse catastrófica. Faltará trabajo
para los aptos y la educación será precaria ya que, de
acuerdo con los experimentados y comprobados cálculos
de la ONU, un niño exige nueve veces el producto na¬
cional bruto per-cápita para su educación.
— 13
1
La inmensificación de la población traerá para
este continente, entre sus múltiples consecuencias fu¬
nestas, dos que van estrechamente unidas: a mayor
población menor posibilidad de educación, así sea en
los grados mínimos; los expertos serán mediocres y
por tanto trabajadores menos hábiles no tendrán a la
mano otra cosa que la fuerza numérica que se tradu¬
cirá necesariamente en huelgas, movimientos contra
el estado o sus partes integrantes a quienes culparán
de una situación angustiosa que a menudo tiene ca¬
rácter universal y tremendo como el caso del año 30.
De otra parte, las fábricas son escasas y peque¬
ñas en comparación con las del hemisferio norte. La
voluntad y la iniciativa de los directores estará recor¬
tada con inusitada frecuencia por el poderío del nú¬
mero, a veces inmenso, que se fija sus propias metas,
generalmente imposibles de alcanzar y que muchas
veces van contra otras, necesarias también para el
mismo pueblo, y así a veces se autovulnerarían en
forma inconmensurable.
Las familias de pocos hijos que están en la parte
alta de la sociedad tendrán vástagos que pueden ser
educados y mantenidos confortablemente y que cons¬
tituirán casi siempre la parte dominante.
Así, Suramérica será por muchos años un conti¬
nente de grandes mayorías ignorantes y turbulentas
y de minorías preparadas que ejercerán su mutilada
superioridad técnica. Sólo grandes hombres, capaces
de hacer cambios trascendentales, podrán cambiar esta
amenaza que empieza ya a ser una cosa concreta.
Hoy se encuentran en nuestra América siete nota¬
bles agrupaciones humanas que van creciendo casi
14 —
todas a una velocidad desconcertante. Estas son: la
parte central del litoral andino venezolano con centro
en Caracas; la región central de los andes colombianos;
la zona andina del Perú y Bolivia en los alrededores
del Lago Titicaca; el valle central de Chile; la bahía
del río de La Plata que abarca las partes correspon¬
dientes a Argentina y Uruguay y finalmente el litoral
del Brasil con acentuaciones notables en las regiones
de Río de Janeiro y San Pablo en la parte meridional.
Si miramos la América del Sur desde la cumbre de
los Andes observamos que hay en ella dos regiones,
no sólo diferentes, sino contrarias. La cordillera se
ciñe en todo el continente al Océano Pacífico dejan¬
do una angosta faja comprendida entre las parte in¬
ferior de la cordillera y el mar. Lo que caracteriza
especialmente esta faja es la dimensión de los ríos.
Son todos pequeños, poco caudalosos y que no se pres¬
tan para la navegación. Los desiertos de la costa son
cortados por muchos, cuyas aguas no logran llegar al
mar agotadas por el uso que se ha hecho en sus ori¬
llas para sostener alargadas y estrechas plantaciones.
Si se mira hacia el oriente se tropieza con una visión
distinta. A partir de la base andina se extienden hasta
perderse en el infinito, enormes planicies regadas por
algunos de los ríos más caudalosos del universo y en
donde la navegación es la forma predominante del
movimiento. Allí está el Amazonas, el río más cau¬
daloso del mundo, con afluentes que llevan sus raíces
hasta el corazón de toda la América meridional. Esta
disposición especial de la naturaleza hará que se pre¬
senten en un futuro próximo tres corporaciones na¬
cionales que ya empiezan a surgir y que son la región
andina, la amazónica y la paranaense o cuenca del
— 15
T
Plata, que habrán de constituir la más firme estruc¬
turación continental posible y que podrá ser la re¬
dención del conjunto.
Vista de modo general, en Suramérica se encuen¬
tran dos culturas: la brasileña y la española. Mejor
que de la cultura brasileña podríamos hablar de la
cultura portuguesa, ateniéndonos a su origen. A pri- '
mera vista parecería extraño que las dos no se hu¬
bieran fundido, pero es un hecho que se mantiene
firmemente separadas. Esto se debe, primero a la
lengua. El portugués, pese a su raíz latina y a que
en un alto porcentaje es entendido por las perso¬
nas ilustradas, a marcado para el Brasil una línea
que, pese a su esfuerzo no ha podido sobrepasar. Otra
causa fundamental ha sido la formación del imperio;
sistema este que penetró profundamente en el alma
brasileña y le ha dado, en cierto modo una forma de
pensar individual y colectiva, bastante diferente a la
española.
Fuera de esto, en la parte hispano-americana, en
cada paisaje, en cada región, ha habido una mezcla
de peninsular puro, indígena y foráneo. Esto hace que
en los diversos países se noten diferencias de carác¬
ter social que los distinguen completamente. Un ejem¬
plo basta para este caso: cuando vino la conquista
los españoles encontraron dos sitios en que era posi¬
ble hacer una transculturación casi perfecta: México y
Lima. La similitud del clima les permitió traer con¬
sigo la familia y establecerse en una forma parecida
a la castellana. Como resultado de esto los hogares
hispanos se mantuvieron más o menos integrados y
a la larga formaron una aristocracia que perduraría
hasta hoy y que ha manejado la parte política y a me-
16 —
nudo cultural y económica. En este aspecto estas dos
ciudades se diferencian de las demás del continente
en su parte educada española. Hay otros sitios, Co¬
lombia, Ecuador, por ejemplo, en donde la zona de las
calmas ecuatoriales hacían del todo imposible que la
gente pudiera vivir organizada en la misma forma que
en la península. Aquí era el hombre, el que ayudado por
su esfuerzo y su espada, se lanzaba a la aventura es¬
perando conseguir el dinero suficiente, para poder es¬
coger un sitio a donde traer a los suyos o regresar a
España en calidad de indiano.
El mestizaje tenía entonces que establecerse de
tal manera que al poco tiempo formaba la parte más
numerosa de la población. El cono sur del continente,
es decir, Chile, Argentina y Uruguay no quedaron en
estas condiciones. Chile, por ejemplo, -finís térra- el
país más lejano que podía imaginar un europeo, los
trajo debido a las enprmes riquezas que, como en las de¬
más partes, les eran prometidas, Sin embargo, al llegar
se encontraron con que el oro era extremadamente
escaso, pero en cambio el centro del país era de una
milagrosa exuberancia y cambiaron su vocación de
mineros por la de agricultores. Fundaron haciendas
magníficas y como se encontraban en una zona tem¬
plada, era fácil vivir, y en cambio era muy difícil regre¬
sar a España debido a que el pasaje era extremadamen¬
te costoso. Esto dio a Chile un tipo humano diferente
al de las otras divisiones españolas. Al lado contrario
de la cordillera de los Andes, es decir, hacia el Atlán¬
tico, se presentaba la forma más fácil de ir a Europa
y regresar; además las pampas argentinas eran de una
inconmensurable riqueza y el camino más corto y ba¬
rato para América. Por eso los colonizadores iban y ve-
17
nían con gran facilidad. Los llamaban los GOLONDRI¬
NOS precisamente por ese constante movimiento entre
los dos mundos. Una cosa semejante sucedía en el
Uruguay.
La magnitud de las capitales, su confort europeo
y las desastrosas condiciones en que vivía la gente del
campo, hizo que alrededor de ellas se formara una
especie de cinturón de miseria que las agigantaba y
cuyos exiguos presupuestos no eran suficientes para
atender esta gente lo cual dio y sigue dando un espec¬
táculo desagradable a los grandes centros urbanos que
hoy existen en el continente suramericano. A causa
de que los materiales de construcción se consiguen por lo
general íntegramente en cada país, la industria sura-
mericana que más se ha desarrollado es la arquitec¬
tura. La construcción esta formando verdaderas me¬
trópolis que en pocos años de existencia se han vuelto
millonarias. Su magnitud, no soñada antes, ha hecho»
que para poder vivir necesiten una gran red de vías
y de servicios especialmente en materia de alimen¬
tación, que ya muchos de los campos de los alrededores
los han absorbido y se ha vuelto difícil distinguir en
dónde empieza el campo y en dónde la ciudad de ma¬
nera que lo rural y lo urbano se confunden cada vez
en una extensión mayor. Y este crecimiento va tra¬
yendo consigo la cono-urbación, es decir, la absorción
de ciudades pequeñas que adquieren fisonomía de
barrios que se transforman y adquieren condiciones
de vida de suburbios ricos que complican mayormente
el problema.
LA SITUACION MUNDIAL
Si se observa un planisferio se nota inmediata¬
mente que hacia el polo Norte se unen los tres con¬
tinentes principales: Europa, Asia y Oceanía. A par¬
tir del meridiano 40 grados, esa gran masa empieza
a ramificarse de manera que antes de llegar al Ecuador,
sus extremidades quedan inménsamente separadas por
los océanos. Es esta la razón principal para que cuan¬
do se abre la historia universal se encuentra que toda
ella se sucede en el hemisferio norte y que la parte
sur del planeta, en referencia con la historia universal
es un campo histórico.
Esta extraña distribución hace que nuestra civi¬
lización haya sido la base de la cultura, mientras que
en lo demás no se hace otra cosa que copiar y absor¬
ber lentamente la enseñanza y el adelanto cultural de
la parte norte.
Igualmente, esta distribución ha llevado a los geó¬
grafos a dividir el mundo en dos hemisferios, terres¬
tre el uno, con su centro en Croicic, Francia, y el otro
marítimo con su centro en Nueva Zelandia; y aunque
esta división serviría mucho mejor que la actual para
seguir el estudio de la historia universal no ha podido
hacerse por razón de que los hombres se han ceñido
a los viejos principios de la geografía de meridianos
y paralelos. „
La Tierra, con su cabeza continental al norte unida
y con la meridional subdividida, ha hecho que desde
los tiempos más antiguos se haya pensado en empren¬
der la conquista del mundo de manera tal que pueda
convertirse en un solo estado o por lo menos en un
solo dominio.
— 19
I
Continuando la observación del planisferio nota¬
mos que hay una diferencia notable entre la cantidad
de tierra y la cantidad de agua que muestra.
En efecto, la superficie terrestre tiene aproxima¬
damente 150.000.000 de kilómetros cuadrados de los
cuales 150 corresponden a la costra terrestre y 360 a
la parte líquida. Hay, pues una diferencia que en nú¬
meros redondos puede enunciarse como de 1:2. Fuera
de esta división está la Tierra rodeada por la atmósfera
que tiene, para la técnica actual, una importancia tan
trascendental como los otros dos elementos.
Al planear la conquista se ha tomado como base
de las diversas teorías uno de los elementos para llegar
al dominio mundial: el agua, la tierra y el aire.
La conquista, valiéndose de la parte líquida, fue
planeada por el Contralmirante americano Alfred
Thayer Mahan, muerto en 1914, quien sostuvo sus ideas
geopolíticas en un libro denominado The Influence of
sea Upon History, en el cual mostraba la forma cómo
la Gran Bretaña se iba haciendo dueña del mundo
con una maestría poderosa. Fundaba su doctrina en
un argumento de una aparente claridad: Todo país
que desee conquistar el mundo debe necesariamente
ser un país rico; la riqueza la adquirieron los estados
por medio de la industria; la industria exige materias
primas que hay necesidad de conseguir en donde se
encuentran. Para conducirlas al sitio de elaboración
se necesita ser dueño de una flota marítima de pri¬
mera importancia: igual flota se adquiere para ir a
los sitios escogidos como mercados y hacer los cambios
precisos una vez elaborados los productos en que se
convirtieron las materias primas. Pero el valor de los
20 —
viajes debe estudiarse en tal forma que se adapten
a las líneas más cortas y que se tengan los aprovisio¬
namientos perfectamente asegurados para lo cual los
diversos ejes de navegación deberán tener sitios seguros,
que por tocar los continentes, estarán necesariamente
en poder del país dominante.
Como Mahan ponía como ejemplo a Inglaterra,
lógicamente deducía que los puntos de peligro en los
continentes debían estar en sus manos y por esta razón
la Gran Bretaña se hizo dueña, por la fuerza casi siem*
pre, de los lugares indispensables para mantener
la navegación constantemente. Los principales lugares
fueron: Gibraltar, Terranova, Singapur, Ceilán, Nueva
Zelandia y Sumatra. Ni Suez, ni Panamá, figuran
entre ellos porque no habían sido aún dados a la na¬
vegación.
La forma clásica y lógica de la exposición de
Mahan trajo como consecuencia que todas las grandes
potencias del mundo se dedicaran a formar enormes
flotas y al mismo tiempo a hacer esfuerzos para poder
engradecerse por medio de un sistema industrial en
grande escala.
Pero la decadencia del Imperio Británico con la
muerte de la Reina Victoria en 1901, y la llegada al
trono de su hijo Eduardo VIII, quien poca importancia
daba a estos complicados problemas marítimos, trajo
prácticamente el fin de la teoría de Mahan para la
conquista mundial.
En el año de 1904 el Profesor de la Universidad
de Oxford y director del observatorio astronómico de
Londrés, Profesor Harlford Mackinder, dictó una con-
— 21
\
ferencia en la cual refutaba las teorías de Mahan y
al mismo tiempo exponía las suyas para el dominio
mundial.
Para Mackinder el error principal de la teoría del
Almirante consistía en que los sitios que aseguraban
los ejes de navegación que traían las materias primas
de diversas partes del mundo tenían que tocar en mu¬
chos sitios para recogerlas o para aprovisionarse de
combustible. Allí podían ser atacados o destruidos por
tierra ahora que, para el Profesor, el ferrocarril cru¬
zaba los continentes de un extremo a otro más fácil
y rápidamente que los barcos. Además, el poder del
hombre está sobre la tierra y por tanto sólo conquis¬
tando la tierra podría tener el dominio del mundo.
Mackinder explicaba su teoría en las siguientes líneas
generales: si se abre un texto de historia universal
se ve de inmediato que los hechos más importantes
de la humanidad se han efectuado atravesando la re¬
gión situada entre el occidente de Rusia y la parte
oriental de Alemania. Este espacio es, por lo tanto,
el área más importante que tiene y ha tenido hasta
ahora la política mundial. A esa región la llamó: El
Pivote Geográfico de la Historia, sitio que más tarde
sus seguidores denominaron Europa Central.
Una vez hecha esta delimitación demostró cómo
todos los grandes movimientos históricos que habían
atravesado la Europa Central, tenían un alcance es¬
pacial que era normalmente el mismo: desde Asia
hasta el occidente de Europa o viceversa o bien del
sur de Europa o norte de Africa hasta el norte de
Europa. Si se delimitaba el espacio en que estos acon¬
tecimientos o movimientos se habían efectuado resul¬
taba entonces una nueva área que encerraba la anterior
22 —
mente citada y que él denominó el Corazón Mundial.
El nombre se debía a que todo lo que sucedía en ese
campo repercutía en el mundo entero y la vida de
muchos países dependía de ella. En cambio, lo que
sucediera fuera de allí no producía trastorno alguno
en el ámbito mundial.
Adelantando en su teoría mostró como por una
costumbre inveterada proveniente de la enseñanza de
la geografía, se habían tomado como tres continentes
separados a Africa, Europa y Asia, los cuales son
tan fuertemente unidos entre sí que forman no un con¬
tinente sino una gigantesca isla, que él denominó La
Isla Mundial y dentro de la cual se encuentra toda la
riqueza, todo el personal y todos los medios suficientes
a un país cualquiera para intentar el dominio del globo.
Con esas tres áreas formuló su famosa ley de con¬
quista mundial que parece seguir aún hoy en vigencia.
“El que es dueño de la Europa Central, puede
ser el dueño del Corazón Mundial;
El dueño del Corazón Mundial, puede ha¬
cerse dueño de la Isla Mundial.
Y el que es dueño de la Isla Mundial, puede
ser el dueño del Mundo.
La estabilización de las cuatro grandes potencias:
Estados Unidos, Inglaterra, Francia y Rusia hoy, des¬
pués de la segunda Guerra Mundial, en la Europa Cen¬
tral delineada por Mackinder, sin que ninguna de
ellas pueda o quiera retirarse, indica que la teoría
tiene todavía una gran fuerza. Las otras potencias tie¬
nen necesariamente temor de que al alejarse de esa
área, Rusia se haga dueña de ella y luego intente adue¬
ñarse del Corazón Mundial y finalmente de la Isla
Mundial, por lo cual ha venido luchando para poder
llegar a su ambicionado dominio.
— 23
Una tercera idea, pregonada recientemente por el
brillante ingeniero francés Reigner ha negado la efi¬
cacia de estos principios; por importantes que sean el
Mar y la Tierra en las teorías ya enunciadas, hay en el
mundo moderno un poder aéreo que puede llevar la
destrucción en poco tiempo a los más apartados sitios
del planeta sirviéndose de armas termonucleares que
no habían sido jamás soñadas por el hombre. De otro
lado, si se observa una esfera mundial se ve cómo los
tres continentes de Europa, Asia y América se en¬
cuentran en el casquete del ártico y que entre este
casquete y la zona subtropical se hallan 120 de las 140
ciudades que pasan de un millón de habitantes en el
mundo. En ellas está concentrada la ciencia, la indus- |
tria, la vida, los centros de salubridad y todos los me¬
dios que requiere y ofrece la vida moderna. Pero todos
esos medios están tan ligados entre sí que cada uno es
función del otro, de manera que paralizar una gran
ciudad de estas es sencillo, tan sencillo como des¬
truirla en pocos segundos con las poderosas bombas
atómicas que se tienen hoy. Es, por tanto, destruyendo
la parte contraria de ese casquete, cómo una nación
puede hacerse dueña del mundo ya que las ciudades
millonarias que están por debajo del ecuador se hallan
tan distantes que no juegan, en su aislamiento, papel
alguno en el conjunto mundial. Es claro que si la re¬
presalia de la parte contraria puede hacerse de manera
inmediata, el hecho monstruoso puede tener como con¬
secuencia, prácticamente la destrucción de la civili¬
zación. Día a día los países mejoran sus sistemas de
ataque por medio de aviones más poderosos y de ele¬
mentos mortíferos más tremendos al mismo tiempo
que buscan desesperadamente las grandes potencias, las
X
dueñas de los grandes centros industriales, la manera
de evitar o defenderse de un ataque de esta descomunal
magnitud.
Pero sea cualquiera de estas tres teorías funda¬
mentales la que se tome en cuenta, nuestra América
del Sur queda fuera de sus espacios vulnerables y no
se toma en cuenta para plantearlas ni realizarlas en
un momento cualquiera.
1
I
la COMPARTIMENTACION
“Latinoamérica es una gran nación
deshecha. Es afinidad espontánea en
el trato y vivencia profunda en el co¬
razón de sus gentes. Está presente en
su plegaria y en su rostro; en su
historia y en su canción. Es fruto de
tradiciones y culturas comunes; de ins¬
tituciones y costumbres similares. Hace
falta sólo que recobre conciencia de
sus intereses y de su destino”.
FELIPE HERRERA
La América Latina y su unión política.
Si retrocedemos históricamente nos causa una in¬
mensa sorpresa contemplar el adelanto técnico y cultu¬
ral de los Estados Unidos, cuya vida empezó mucho an¬
tes que la nuestra como si desde sus comienzos tuviera
una poderosa fuerza de coherencia. Nosotros, en cam¬
bio, nos subdividimos obstinadamente y cada parte in¬
tentó seguir un rumbo distinto.
— 27
Lo más grave de todo fue el enclaustramiento a
que nos sometimos obstinadamente aunque nuestros lí¬
mites no estuvieran claramente determinados.
El primer paso en falso que se dio en Suramérica
fue el de hacer una conquista periférica; portugueses
y españoles se prendieron al mar. Los que más pro- ¿
fundamente hicieron asientos aprovecharon la ma¬
yoría de las cumbres de los Andes, que marchan parale¬
lamente al Pacífico. El imperio Incaico, por ejemplo,
que nos parecía colocado muy al interior, casi puede
decirse que permitía ver el mar desde las cumbres del
Cuzco.
De acuerdo con este sistema llegó un momento en
que se levantaron ciudades y estructuraron naciona¬
lidades dejando en el interior del continente el más
grande vacío del mundo. Y como la capital ejercía la
regencia de la vida nacional, el comercio se buscó fuera
de direcciones comerciales diferentes para productos se¬
mejantes. Los compradores fijaban el precio, e impo¬
nían las condiciones en tanto que los países se disputa¬
ban el mercado en medio de una desastrosa competen¬
cia. Los ejes de navegación sacaban de la periferia, en
forma radial, lo que iban adquiriendo en estas tierras.
Solamente hoy se ha empezado a efectuar un movimien¬
to de penetración, de conquista del interior que nece¬
sariamente tendrá que transformar esta parte del mun¬
do y habrá un intento de unión política como única
salvación posible.
Es cierto que ya empiezan a hacerse esfuerzos con¬
cretos en este sentido: el 10 de diciembre de 1974, por
ejemplo, reunidos en Lima representantes de ocho na¬
ciones suramericanas, se firmó, con motivo del sesqui-
28 —
centenario de la batalla de Ayacucho, un manifiesto
denominado “Declaración de Ayacucho” en el cual se
fijaban los lincamientos generales de una unión y sus
metas principales: “Nuestros países alcanzaron su in¬
dependencia política, pero su incorporación a la eco¬
nomía mundial suscitó posteriormente distintas formas
de dependencia, las cuales indican los obtáculos a
nuestro desarrollo económico, social y cultural”.
“La integración es el más efectivo instrumento de
desarrollo y garantía de independencia económica al
conjugar los esfuerzos nacionales con la complemen-
tariedad de nuestras economías”. “Cooperamos fraterna
y decididamente para que los pueblos de América La¬
tina, hoy una comunidad de 300 millones de seres hu¬
manos, sumen sus esfuerzos ante el imperativo pre¬
sente de trazar su propio camino libre y autónomo”.
“Condenamos y repudiamos las situaciones colo¬
niales que aún persisten en América Latina y que de¬
ben erradicarse prontamente por constituir una ame¬
naza potencial a la paz de la región”.
Pero para que la unión sea más estrecha se ne¬
cesita que se hagan determinados esfuerzos colectivos
que aminoren muchas de nuestras debilidades y defi¬
ciencias.
En materia de población, por ejemplo, hay que
tomar medidas para limitar un crecimieifto desenfre¬
nado y al mismo tiempo alimentar el pueblo en forma
adecuada. Hoy, y más aún, de hoy en adelante, si no
atendemos el problema continuaremos siendo “un con¬
tinente rico que sirve de albergue a países pobres”. La
América del Sur va produciendo cada vez menos can¬
tidad de alimentos para nutrir su población. Los ex-
— 29
pertos indican que sólo una octava parte de la tierra
aprovechable está cultivada. Pero es cierto también
que la destrucción ciega de la vegetación a causado
desastres irreparables.
Sociólogos y antropólogos son los encargados de
buscar el remedio para obtener una población con ma¬
yor energía para el trabajo y mejores condiciones
físicas.
Josué de Castro, que tanto ayudó a las agrupaciones
internacionales en esta materia y que estudió tan a fon¬
do estos problemas tenía respecto a ellos una inteli¬
gente paradoja que es necesario entender y posible¬
mente practicar: “Lejos de estar probado que el hambre
es un producto de la superpoblación, lo que comienza
a evidenciarse es exactamente lo contrario: que el ham¬
bre es la causa de la superpoblación. Al mejorar las
condiciones de vida en un determinado país, al dis¬
poner sus poblaciones de recursos alimentarios más
abundantes, inmediatamente baja su índice de ferti¬
lidad. Así, si bien es imposible eliminar el hambre
controlando el crecimiento de la población, es perfec¬
tamente posible invertir el proceso y controlar el cre¬
cimiento de la población exterminando el hambre”.
Así al llegar el año 2.000 en que se habrá duplicado
la población mundial habrá necesidad de refrenarla
para evitar hecatombes tremendas empleando todos los
medios posibles o mejorando la alimentación. La ciencia
sabrá cómo resolver el problema. En Suramérica se
presenta el hecho de que muchas otras cuestiones im¬
portantes se ligan con lo anterior como la adecuada dis¬
tribución de la tierra y el adelanto técnico, pero para
avanzar francamente en este sentido se presenta el in-
30 —
conveniente de que lo que recibe por lo que vende es
inferior a lo que necesita para su desarrollo.
La unión parece ser más sencilla de lo que apa¬
renta. Durante la independencia ejércitos y liberta¬
dores no pensaban solamente en independizar su país
sino en ayudar a los otros. Bolivar y San Martín, por
ejemplo, siguieron esta idea en toda su gesta liber¬
tadora.
Es verdad que somos distintos entre nosotros mis¬
mos. Los pesimistas ven muy difícil la unidad debido
a esas diferencias pero se olvidan de que no es la igual¬
dad la que hace la unidad sino la afinidad, es decir,
la búsqueda de una finalidad semejante, la necesidad
de seguir una dirección general para lograr fuerza,
riqueza y cultura, y esto en niguna parte ofrece más
posibilidades que entre nosotros.
En Europa, por ejemplo, hay unidades políticas
poderosas cuyos componentes son completamente dife¬
rentes unos de otros tal como sucede con Alemania,
Italia, los Balcanes y la misma España. Entidades que
progresan y tratan de imponerse al mundo. La man¬
comunidad británica de naciones o el comercio común
europeo, son unidades no homogéneas pero que tienen
una firme unificación. Hoy en todas se forman grandes
bloques en que cada país renuncia a su enclaustra-
miento y aun hace cesiones importantes de una parte
de su nacionalidad para poder alcanzar íines que la
hagan más próspera y fuerte. En cada parte de esos
conglomerados residen, sin saberse como, un sentimien¬
to de fuerza y seguridad que ayudan orgullosamente
a su grandeza. Ya empieza a verse como un hecho irre¬
futable que hoy no hay misiones históricas para los
países pequeños.
— 31
GEOPOLITICA - 3
LAS CONFEDERACIONES
“Nuestras repúblicas se ligarán de tal
modo, que no parezcan en calidad de
naciones sino de hermanas, unidas por
todos los vínculos que nos han estre¬
chado en siglos pasados, con la diferen¬
cia de que entonces obedecían a una
sola tiranía y ahora vamos a abrazar
la misma libertad con leyes diferentes
y aún gobiernos diversos, pues cada
uno será libre a su modo, y disfrutará
de su soberanía según la voluntad de
su conciencia”.
SIMON BOLIVAR
Carta a Unanúe — 1825.
Si pudiéramos, caminando sobre el cordón magis¬
tral de los Andes, alcanzar con la vista la superficie
suramericana como inmenso mapa en relieve, nos lla¬
maría poderosamente la atención ver como la vertiente
occidental, ceñida al Pacífico es una costa recta con un
litoral sin amplitud hasta aproximadamente el para-
— 33
r
CONFEDERACIONES SU RAMERICANAS
lelo 13° S., y luego en Arica la parte más septentrio¬
nal de Chile hace una curva perezosa que va a morir
en Panamá.
La corriente de Humboldt que corre de sur a norte
ha rectificado la costa pobre en puertos aun en la parte
curva ya mencionada; hacia ella descienden ríos pe¬
queños impropios para la navegación, de un curso
corto y que sólo muestran una corriente importante
en los momentos de alta marea que en muchos tre¬
chos de ese litoral alcanza a veces hasta diez y seis
pies de diferencia con la baja. Es pues esta costa pa¬
cífica una larga extensión que, con excepción de los
ríos Guayas en el Ecuador y San Juan en Colombia,
carece de navegación fluvial.
Si en cambio miramos hacia el oriente, vemos pla¬
nicies infinitas como la Amazonia por donde circulan
en todo sentido ríos de enormes dimensiones y sólo
algunos de ellos pertenecientes a los más grandes del
mundo: de manera que la hilea amazónica cuenta con
más de 44.000 kilómetros de vías navegables cuyos orí¬
genes penetran en los Andes de donde descienden tur¬
bulentamente para serenarse luego con una manse¬
dumbre que los hace parecer inmóviles, ya que muchas
de esas corrientes se ven obligadas a hacer largos re¬
corridos e inmensos meandros para vencer una pen¬
diente que a veces no pasa de dos centímetros por
kilómetro, para ir abuscar el mar u otro río al cual
rendir sus aguas.
La costa oriental, además, cuenta con numerosas y
extensas bahías que se prolongan casi siempre hacia
el interior por caminos fluviales interminables.
— 35
En estas condiciones las dos vertientes andinas
como los territorios que están a sus pies tienen una
vida, no sólo distinta, sino que puede llamarse con¬
traria.
En esta tupida red de vías fluviales del oriente
hay tres poderosas hoyas hidrográficas que están for¬
madas por la geografía suramericana compuesta por
el sistema guayanés al norte, el Planalto o meseta Bra¬
sileña al oriente y los Andes que recorren el continente
de norte a sur.
Estos tres sistemas forman prácticamente seis ver¬
tientes de las cuales cinco derraman sus aguas en la
Suramérica oriental. Entre los Andes y el occidente
del sistema Guayanés corre el Orinoco. Al sur, entre
la vertiente oriental andina y la Occidental del Pla¬
nalto Brasileño corre el Paraná, y arrancando de los
Andes y recibiendo las corrientes que bajan del sis¬
tema Guayanés, el Planalto Brasileño y la vertiente
oriental de los Andes corre el Amazonas, el cual recibe
tantas corrientes de esos tres sistemas orográficos dis¬
puestos de manera triangular en el continente, que
forman la mayor hoya hidrográfica del mundo.
En medio de esta red, el Orinoco se enlaza con el
más importante afluente del Amazonas, el río Negro,
por medio del Brazo Casiquiare que permite el paso
de embarcaciones menores desde el Atlántico norte,
en Venezuela, hasta la desembocadura amazónica; y
ríos que corren hacia el sur, podrían comunicarse por
sencillos canales con el Paraná, en cuyo caso el Atlán¬
tico norte y la bahía del Plata quedarían unidas por
una navegación que iría del Atlántico norte al sur,
atravesando el inmenso vacío humano que hay en el
centro de Suramérica.
36 —
Estas tres cuencas fluviales, que dependen de los
tres sistemas orográficos, se reparten entre todas las
naciones. La conquista y la independencia se valieron
de ellas para llevar su acción a los países americanos
y fraguar enormes aventuras políticas.
Aunque la mayor parte de los ríos son comunes,
no en el sentido fronterizo, sino que nacen en un país
y van a morir en otro, situación esta cuya política no
ha sido definida aún por el derecho internacional ame¬
ricano, hay muchos otros que en su totalidad o en parte
sirven de frontera común a diversos países. Tal sucede
con el Orinoco entre Colombia y Venezuela, el Ama¬
zonas entre Perú y Colombia, el Putumayo entre Co¬
lombia, Ecuador y Perú; el Paraná entre el Brasil,
Paraguay y Argentina y así en diversos casos se ha
comprobado que el río constituye el límite más apro¬
piado para los diplomáticos porque sus líneas azules
puedan seguirse en los mapas con facilidad, cuando
en verdad es el peor por que es el que más se presta a
discusiones y está siempre listo a romper la armonía
entre vecinos. Se asegura que el río une porque en
largos trayectos el clima es idéntico, igual la vida en
las dos orillas, sirve a los hombres de las dos riberas de
vía de navegación, para ambos es fuente de alimen¬
tación y la vida en general tiene un aspecto común.
Pero en cambio, a partir de las dos orillas hacia el
interior de los países existen leyes distintas, diferentes
tipos de moneda, reglamentación diferente para la
pesca, el comercio y la navegación, y por todo eso hay
enormes facilidades para rozamientos que fácilmente
pueden llevar a litigio entre las dos naciones que
allí se enfrentan. Casi puede agregarse sin temor a
errar que los pleitos internacionales de Suramérica
tiene o han tenido como base los ríos.
— 37
1
La configuración de las tres moles orográficas o
de las tres hoyas hidrográficas, forma, por así decirlo,
el esqueleto de la vida suramericana. Cada una de
ellas representa, en su totalidad o en parte , diferentes
naciones, y así como se entretejen sus ríos y sus regio¬
nes, se entretejen la política y la historia. Por eso la
historia suramericana es indivisible. Por que está mo¬
delada por grandes espacios, pese a las divisiones po¬
líticas mantenidas a veces con una tenacidad inne¬
cesaria.
De igual modo, para comprender nuestro conti¬
nente hay necesidad de dividirlo en una forma más
lógica que la indicada por las fronteras y estudiar
extensiones más vastas que los mismos países.
Bolívar, el hombre de mayor capacidad de com¬
prensión espacial que ha existido en Suramérica, com¬
parable en este sentido solo con Jefferson en la Amé¬
rica del Norte, luchó denodadamente para formar
unidades que él llamaba confederaciones para deter¬
minar estos grandes espacios dentro de los cuales cada
país conserva su personalidad y su soberanía pero
que pertenicían al conjunto para hermanarse en tareas
comunes que podrían ayudarlos en el futuro a salir
de la postración en que quedaron después de conse¬
guir su independencia.
Pero antes de seguir adelante es necesario ex¬
poner una gran preocupación. El día 6 de agosto de
1945, cuado cayó la primera bomba atómica sobre Hiro¬
shima, surgió una nueva era militar completamente
diferente de la que se llevaba acabo en esos mismos mo¬
mentos y que había de cambiar el rango militar de
los países. Naciones atrasadas y consideradas por mu-
38 —
cho tiempo como débiles, pero dueñas de vastos depó¬
sitos de petróleo pusieron en jaque de un momento
a otro a las grandes potencias económicas como Estados
Unidos, el Japón y la Europa Central. El estrago cau¬
sado no hace referencia sólo al transporte sino a mi¬
llares de fábricas de productos petroquímicos de los
cuales se servía el mundo entero y que ocupaban mi¬
llones de obreros.
La palabra “energía atómica” trastornó a la ma¬
yoría de los países suramericanos; su escasa potencia¬
lidad se vio de repente multiplicada por un coeficiente
inverosímil.
Desde mayo de 1974, comenzó a trabajar en la
Argentina la planta atómica de Atocha que consumió
quince años en su construcción pero que hoy puede
proporcionar 319 millones de kilowatitfs. No satisfe¬
cha con esto la nación empezó a duplicar esa empresa
con la esesoría de la India, previa promesa de que
no sería en ningún caso empleada en asuntos bélicos.
Una instalación enorme se hace ahora en Río Tercero
calculándose para estos planes tres mil millones de
dólares incluyendo la explotación de las minas de ura¬
nio cuya capacidad de producción ya ha sido com¬
probada.
El Brasil, por su parte, no podría dormir tranquilo
ante la elevación potencial de un vecino con quien
ha mantenido rudas diferencias y cuyos lazos de unión,
a menudo aparentes, están muy debilitados pese a sus
recientes descubrimientos petrolíferos y a sus posibi¬
lidades hidráulicas pero tiene una lamentable falta
de carbón. Por eso decidió lanzarse al poderío atómico
con la ventaja de que ha encontrado depósitos de ura-
— 39
nio de más de 3.940 toneladas y aunque el mineral tiene
que ser enviado a los Estados Unidos para ser enrique¬
cido como lo necesitan las plantas atómicas, sólo tendrá
este inconveniente por poco tiempo ya que ha gas¬
tado ochocientos millones de dólares que cuestan las
citadas plantas de enriquecimiento.
Chile cuenta ya con un reactor atómico que pro¬
duce importantes cantidades de energía y además ha
constituido la Comisión chilena de Energía Atómica
—CCHEN— para adelantar los planes de una planta
sobre el río Rapel que produzca o sobrepase los 500.000
kilowatios.
El Ecuador ya formó la Comisión Ecuatoriana de
Energía Atómica. Su repentino enriquecimiento por
la aparición de grandes depósitos de petróleo en estos
trascendentales momentos mundiales, le permitiría ha¬
cer rápidos progresos en este sentido.
Venezuela ha hecho contratos para tener en 1980
la fabulosa cantidad de 4.000 MW, aún cuando el agua
para fuerza hidroeléctrica y el petróleo le sobran.
El Perú hace planes para la instalación de una cen¬
tral a poca distancia de Lima. No es obstáculo para
ese desarrollo temible, el hecho de que una de estas
instalaciones valga entre 60 y 100% más que una hidro¬
eléctrica, pero tiene la ventaja de no consumir materias
fósiles como el petróleo, poderse ubicar a voluntad y
una vez construida, su duración es casi indefinida y su
mantenimiento requiere un gasto mínimo.
Es verdad que todo paso que se de en este “asunto”
lleva envuelto la expresión de que no encubre ningún
40
sentimiento bélico. Pero la gente latina es poco serena
y una excitación cualquiera puede llevar no sabemos
a donde.
En la preparación del Congreso de Panamá se ex¬
presaba así a los diferentes gobiernos:
“Es tiempo de que los intereses y las rela¬
ciones que unen entre sí las Repúblicas ame¬
ricanas, antes colonias españolas, tengan una
base fundamental que eternice, si es posible,
la duración de estos gobiernos”.
Quienes han estudiado a fondo la geografía po¬
lítica de la América del Sur la han basado en sus di¬
ferentes unidades geohistóricas dividiendo el territo¬
rio continental en cinco confederaciones compuestas
de la manera siguiente:
Confederación Gran Colombiana: Colombia, Vene¬
zuela y Ecuador.
Confederación del Pacífico: Perú, Bolivia y Chile.
Confederación del Plata: Argentina, Uruguay, Pa¬
raguay, parte de la región paranaense de Bolivia y
la región extrema suroriental del Brasil.
Confederación del Brasil: Compuesta por las va¬
riadas formas que componen este gigantesco país.
Región Guayanesa: Integrada por la .República de
Guyana, Surinam y Guayana Francesa.
LA CONFEDERACION GRAN COLOMBIANA
Alonso de Ojeda recorrió el litoral venezolano y
llegó hasta el cabo de La Vela en Colombia. De allí
partió Rodrigo de Bastidas hasta más allá de Panamá.
- 41
CONFEDERACION GRANCOLOMBIANA
42 —
Cuando Balboa atravesó el Istmo salió de Taboga
Francisco Pizarro quien sobrepasó el actual litoral
meridional del Ecuador. En esta forma se efectuó el
descubrimiento del litoral de esta confederación indi¬
visible.
Durante la conquista grandes aventureros como
Belalcázar, Orellana y Gonzalo Pizarro avanzaron desde
norte del Perú hasta el interior de estas tierras y como
no había división alguna intentaron descubrir el gran
bloque, pero uno fue a morir, tras una agitada travesía,
en la desembocadura del Amazonas, el otro en Carta¬
gena y el tercero en el centro del Ecuador. La historia
los unió y los separó la magnitud del espacio.
En la independencia las batallas que la sellaron
fueron dadas por los mismos hombres. Boyacá, Pichin¬
cha y Carabobo tienen pertenecientes a las tres na¬
ciones.
El 17 de diciembre de 1819 un congreso reunido
en la pequeña ciudad venezolana de Angostura, pro¬
clamó la república de la Gran Colombia formada por
Venezuela y Nueva Granada. El Ecuador estaba forzo¬
samente sojuzgado por los españoles y por eso no pudo,
en ese momento, hacer parte de la nueva nación. Sin¬
embargo, en la Ley Fundamental de la República, que
sirvió de constitución, se le hizo figurar como parte
integrante de la gran entidad dividiéndola en tres de¬
partamentos que eran Caracas, Quito y Cundinamarca,
cuyas capitales fueron respectivamente Caracas, Quito
y Bogotá, ciudad esta a la cual se le suprimía el nom¬
bre de Santa Fe.
La conquista española hecha por Morillo y Sámano
derramó simultáneamente la sangre de las tres con una
— 43
sevicia sin límites y cuando a estas personalidades cru-
delísimas se les obligó a abandonar a América, surgió
la Gran Colombia como una nacionalidad poderosa he¬
cha con sus mismos héroes y sus mismos mártires dis¬
tribuidos en toda su extensión.
Manejar un espacio de esta magnitud era una tarea
difícil. Diferencias locales y sin trascendencia fueron
urdiendo una división en fracciones políticas más fá¬
ciles de mandar y gobernar. Bolívar, el soñador de los
grandes espacios continentales, como base de la gran¬
deza del Nuevo Mundo, comprendió que la gran uni¬
dad se haría pronto girones y él mismo se ofreció como
árbitro para repartirla a fin de evitar rencillas entre
las tres entidades componentes.
Diferencias locales y sin trascendencia fueron ahon¬
dando la división.
La audacia de los ambiciosos no se atrevió a pre¬
cipitar la represión y esperó la muerte del gran hombre
y entonces aparecieron tres naciones que entre sí se
llamaban hermanas pero que buscarían una separación
completa.
La segregación, las distintas ideas al respecto a la
administración, las constituciones que no coincidían y
que señalaban derechos y deberes diferentes y soñaban
con distintos planes de adelanto y resurgimiento, y
muchas otras cosas por el estilo, fueron la causa de que
cada uno se modelara con los años y creando dentro y
fuera problemas distintos, y el espacio, la población,
la ubicación y las grandes ciudades dieron a cada cual
una geopolítica suigéneris. ,
44 —
Es mucho lo que se ha escrito y discutido sobre
si constituyó un error de gran magnitud haber lle¬
gado a este fraccionamiento. Algunos alegan que una
república de una estructura y de una extensión seme¬
jante no podía ser manejada sino por hombres de una
capacidad especial como Bolivar y que muerto él ten¬
dría que llegarse necesariamente a esta división. Otros
opinan que la ambición de mando se habría despertado
en los grandes héroes de la revolución emancipadora
y habría sido imposible mantener la Gran Colombia en
toda su integridad. Seguramente su importancia actual
sería inmensa e incomparable con la que corresponde
a las tres naciones.
Sea de ello lo que se quiera su continuidad histó¬
rica debido a su situación continental y la ubicación
zonal los llevó a formar una entidad única casi indi¬
visible. Geografía y política andan en este caso por
sedas distintas.
La geopolítica y la historia no pueden analizarse
en cada uno de los países pese a sus peculiaridades sin
tener en cuenta los otros. Por esta razón tratar de trazar
rasgos geopolíticos únicos no pueden mencionarse sin
tener en cuenta la otra. Al llegar a la geopolítica de
Colombia, por ejemplo, hay necesidad de tomar en
cuenta muchos elementos venezolanos para poder tra¬
zar tesis completas y verdaderas. Las corjdiciones son
tan claras que ellas mismas plantean la necesidad de
una unidad. Así surge la confederación Gran Colom¬
biana.
45
VENEZUELA
“Persuadida de que las relaciones inter¬
nacionales resultan más convenientes
cuando se puedan tratar a base de po¬
deres similares, Venezuela se esfuerza
por fortalecerse interna y demográfi¬
camente; pues estima que la mayor ri¬
queza de un país es el hombre: que la
primera materia nacional, básica para
una nación productora, es la mano de
obra esforzada y técnica.
Además, sin prejuicios raciales Vene¬
zuela ha fundido en su seno las tres
corrientes étnicas pobladoras. Al subs¬
trato indígena, autóctono precolombino,
injertóse el aporte conquistador y colo¬
nizador del blanco y de su colaborador
forzado, el negro. La república rompió
las vallas del determinismo social y la lu¬
cha por la liberación fomentó el fusio-
namiento. Bolívar propugnaba la fusión
de las razas y a la vez el fomento de
la inmigración como contribución al
mestizaje”.
PABLO VILA
Geografía de Venenezuela
47
VENEZUELA
Cuando Alonso de Ojeda venía recorriendo la
parte septentrional de la costa suramericana al rodear
la península de Paraguaná que limita con el golfo de
Maracaibo, encontró tribus indígenas que vivían ex¬
clusivamente de la pesca y casas construidas sobre
pilotes dentro del mar. Una ligera semejanza con Ve-
necia hizo darle el nombre de Venezuela a ese lugar
que más tarde vendría a convertirse en el de la Re¬
pública.
Los indios que los conquistadores hallaron eran
de un color cobrizo oscuro y parecía que habían llegado
de la región del Paraguay y sur del Brasil y que se
establecieron allí en una forma permanente desde
hacía muchos años. A su llegada los españoles los tra¬
taron con crueldad y desprecio lo cual estableció entre
ambas razas una profunda división y aún odiosidad.
Sin embargo, muchos blancos abusaron de las indias
jóvenes y poco a poco se fue conformando un grupo
de mestizos que tenía alguna importancia. La nece¬
sidad de mano de obra para la agricultura en la costa
y en las islas frente a ellas, atrajo una notable cantidad
49
de negros que a su vez se mezclaron con los mestizos
y aparecen los mulatos y tercerones a los cuales les
llamaron “pardos”. Aún los descendientes de espa¬
ñoles llamados “criollos”, eran mirados con cierto re¬
celo por la aristocracia española que cada día estaba
más orgullosa de su procedencia, vivía pomposamente
y se hacía servir de las otras clases como si se tratase
de esclavos.
Cuando llego el tiempo de la independencia, los
pardos vieron en ese movimiento su liberación y for¬
maron el ejército patriota que captó de inmediato la
antipatía de los peninsulares que se oponían a la se¬
paración de la colonia y querían que continuara el
régimen de fidelidad a la corona que tantos beneficios
les había proporcionado. Esta brecha interna trajo las
primeras dificultades para la tarea libertadora lo cual
hizo que esta fuera más sangrienta que en ninguna otra
república suramericana. Pero aún hoy la aristocracia
venezolana se precia de su sangre y se hace notar por
su riqueza, por su alta forma de vida y por el dominio
de la dirección del país de manera que recuerda los
tiempos de la independencia.
Venezuela tiene diez y medio millones de habi¬
tantes ubicados en una extensión de 916.000 kilómetros
cuadrados. No es posible hablar de densidad de hom¬
bres por kilómetro cuadrado porque la población está
repartida muy desigualmente. Un fuerte núcleo hu¬
mano se halla en Caracas y en sus alrededores en don¬
de podría estimarse una densidad de 50 a 100 habitan¬
tes por kilómetro. Ese núcleo con una densidad no muy
baja origina una faja que va desde la capital hasta la
frontera con Colombia, región principal para la extrac¬
ción del petróleo. Hacia el sur de esa mancha humana, la
densidad va bajando en forma considerable hasta los lla¬
nos del Orinoco y luego hay un inmenso vacío humano
en la Guayana y los territorios amazónicos,
La ubicación de Venezuela es realmente ventajosa:
su litoral, sin contar el que provisionalmente ha usur¬
pado a Guyana, mide 2.800 Kms. y sus puertos están
más cerca de New York que los mismos puertos ame¬
ricanos de Texas.
Hacia el sur hace parte de la hoya amazónica en
donde al final del Orinoco, se confunde con la porten¬
tosa hilea. Al sureste cuenta con el macizo Guayanés,
riquísimo en maderas, minerales y caídas de agua, pro¬
picias para producir fuerza eléctrica en proporciones
inagotables y que tienen la ventaja de estar separada
del conjunto por el Orinoco al norte y por el río Branco
al sur, afluente del Amazonas que parte en dos el sis¬
tema orográfico guyanés. Así se ha ligado al famoso
pacto andino que constituye el más vasto y audaz in¬
tento de convenio internacional que se haya constituido
en Suramérica.
Hay, sin embargo, algunas peculiaridades que es
necesario apreciar en Venezuela: la única vecina de
cuantas la rodean, que fueran colonias españolas es
Colombia. Las demás han pertenecido a diferentes
naciones. Al este, Guyana y Trinidad muevas repú¬
blicas, hasta hace poco colonias inglesas; por el sur el
Brasil, perteneciente por varios siglos a la corona
portuguesa. La cadena insular paralela a la costa inclu¬
ye propiedades holandesas, lo cual significa el planteo
de nuevos problemas que Venezuela trata de arreglar
con desesperante lentitud.
— 51
GEOPOLITICA - 4
El formidable desarrollo venezolano, debido a la
gran abundancia de recursos naturales, está orientado
en forma desigual. Si se traza una línea de este a
oeste que siga el Orinoco y su afluente el Meta, que
la atraviesa en toda su extensión, se ve inmediatamente
que el acento de la civilización cae sobre la parte
norte. Allí esta su ecumen, su excelente red de comu¬
nicación y los medios fundamentales de su cultura,
es decir, la verdadera región humana de Venezuela.
Hacia el sur, el vacío humano es notable y se va acen¬
tuando a medida que avanza hacia la inmensa soledad
amazónica.
Consciente de esta situación ha establecido un plan
denominado “La conquista del Sur”, el cual puede
adelantar en forma más o menos eficaz en razón de
sus superabundantes medios económicos.
Para lograr ese dominio espacial que puede co¬
locarla en un lugar especialmente destacado en Amé¬
rica, la vida venezolana esta ligada estrechamente a
sus regiones naturales, cada una de las cuales tiene su
meta propia para el adelanto del conjunto. En la parte
norte antes citada, están las regiones de la Costa, los
Andes y la Orinoquia. La parte meridional está divi¬
dida en dos : la Guayana, que en general hace parte
del Macizo Guayanés y la Amazonia que es como una
masa terrestre que penetra en forma de inmensa cuña
selvática y comprende una amplia red de ríos que
reparten sus corrientes entre el Orinoco y el río Negro,
principal afluente del Amazonas.
52 —
LA COSTA
El litoral venezolano tiene una longitud de 2.824
kilómetros y va desde Castilletes en la costa colom¬
biana hasta la desembocadura del río Esequibo en el
centro de la república de Guayana, ya que esta parte
marítima la considera Venezuela como propia. No hay
en Suramérica mar que presente mayores problemas
geopolíticos. 1 ' Lj'
Esta extensión de 2.824 kilómetros se divide en
dos tramos: el uno está frente al Caribe y el otro da
al mar abierto. La división entre los dos está consti¬
tuida por la gran isla de Trinidad que cierra y toca,
por así decirlo, el litoral venezolano. El frente del
Caribe mide 2.256 kilómetros y el del Atlántico 556.
La presencia del Orinoco y el Esequibo que se
internan en el continente, además de que el litoral
cuenta con numerosas bahías, hizo que los españoles
dieran a Venezuela una gran extensión marítima, co¬
mo una especie de muralla hacia el interior y por es¬
to la llenaron de castillos que defendían los sitios que
consideraban de mayor peligro.
Después de la emancipación americana un ataque
de reconquista tenía que dirigirse necesariamente a
ese mar. Por esta razón, Bolívar, en su plan del famoso
Congreso de Panamá en 1826 consideraba que la li¬
bertad y ayuda de las islas de Cuba y Puerto Rico era
un hecho fundamental en la independencia de la Gran
Colombia: cuando el Libertador Simón Bolívar pensó
en la necesidad de independizar a Cuba para completar
la independencia americana mantuvo contactos con
México, los cuales fueron conocidos por el Departa¬
mento de Estado de los Estados Unidos. En tales pre-
— 53
parativos no pensaba en la Nueva Granada sino en
Venezuela por su posición geográfica ribereña del Ca¬
ribe. Los Estados Unidos se opusieron a esos proyectos
por que se tenían reservado el engullimiento de la
isla, de manera que le hicieron saber a México y la
Gran Colombia que “no estaban destinadas para po¬
tencias navales de primer orden’* y que además “los
Estados Unidos tienen demasiado interés en la suerte
de Cuba, lo cual los obligaría, aún a riesgo de romper
con Colombia y México una amistad que tanto aprecian,
a valerse de todos los medios necesarios para su propia
seguridad. (*)
La longitud marítima hace que Venezuela, pese
a su profundidad en busca del Ecuador, tenga la ventaja
de que las digitaciones que vienen de los Andes formen
una serie de puertos, muchos de los cuales poseen
buenas ventajas para la navegación. Estos puertos si¬
tuados en toda su extensión hacen de Venezuela un
país marítimo en vez de un país continental, y cada
una de estas entradas está firmemente conectada con
el interior. Por eso la vida y el sentido imperial de
Venezuela ha mirado siempre al mar y ha alentado en
sus ilusiones de predominio de Suramérica.
Cuatro son los problemas geopolíticos que Vene¬
zuela tiene que resolver en sus costas.
El problema Guayanés:
El Golfo de Paria:
Las dependencias federales:
El litigio de Castilletes.
(*) Rubén Carpió Castillo — Fronteras Marítimas de Vene¬
zuela, pág. 29. /
El problema guayanés: durante más de un siglo
Venezuela y la Gran Bretaña tenían delimitada su
frontera por medio de una línea que se conoce con el
nombre de “Línea Schomburg ,, en recuerdo de un inge¬
niero alemán que fue encargado de hacer el trazado
correspondiente. En el año de 1918 se descubrieron
por extraña casualidad una serie de documentos que
contenían, especialmente de parte de la Gran Breta¬
ña, manejada entonces por el puño férreo de la Reina
Victoria, una serie de órdenes, amenazas y convenios
internacionales para el trazo de Schomburg con miras
a adueñarse de la desembocadura del Orinoco como
puerta para llegar al corazón de Suramérica.
Conocidos los extraños ducumentos, Venezuela em¬
pezó una reclamación territorial que abarcaba aproxi¬
madamente la mitad de la entonces Gpayana Inglesa
a la cual parte por mitad el río EseqUibo. Inglaterra
recibió las reclamaciones con su habitual apatía y
resolvió dar la independencia a Guayana lo cual se
sucedió el 26 de junio de 1966. De esta manera él plei¬
to queda circunscrito a las repúblicas de Guyana y
Venezuela. El primer arreglo se hizo en Ginebra en
1966 y dio por resultado el nombramiento de una co¬
misión que estudiara el problema en todos sus detalles
y que se tomara un plazo de cuatro años para dar sus
conclusiones. La comisión se reunió por cuarta vez
en Georgetown pero sus resultados produjeron una
gran irritación en Guyana, irritación que Venezuela
tomó a intransigencia: “Producto de la exasperación
que producía en los negociadores venezolanos la insis¬
tencia de los comisionados guayaneses para que Ve¬
nezuela aprobara que el Laudo era nulo e írrito, originó
el decreto N° 1.152 de fecha 19 de julio de 1968 en
55
que el gobierno venezolano anexaba para nuestro país
una franja complementaria, desde las que partía desde
las bocas del Esequibo, es decir una franja complemen¬
taria, desde las tres (3) hasta las doce (12) millas, pero
sin apoyo litoral debido a que esas costas estaban en
poder de Guyana, además de que no se hace mención
alguna de la plataforma continental en ese sector a
pesar de que en ese decreto se invoca el artículo 4 9 y
siguientes de la Ley aprobatoria de la convención so¬
bre plataforma continental. En su artículo 2 9 el decreto
ejecutivo se refiere solamente al mar territorial y zona
contigua, de manera que esa franja sería por encima
de la plataforma continental guayanesa, lo que es muy
claro desde el punto de vista geográfico y no muy
congruente desde el punto de vista jurídico.(*)
En una nueva reunión en Puerto España en juüo
de 1970 se resolvió congelar el arreglo por doce años
que se prolongarían voluntariamente cada doce años,
es decir, que el asunto se alargará de nuevo hasta
cuando se presente una buena oportunidad; Lo más
grave para Guyana en este caso es cómo nada se ha
dicho sobre plataforma continental cuya extensión se
fijará cuando sea conveniente.
EL GOLFO DE PARIA
Venezuela, antes de que el borde continental tome
rumbo al sur, se prolonga rebeldemente hacia el Este
por una lengua de tierra denominada península de
Paria que forma el golfo de ese que cierra la isla
de Trinidad cuya costa occidental lanza al norte y al
(*) Las fronteras marítimas venezolanas — Carpió Castillo
Rubén, pág. 36.
56 —
sur dos agudos cabos hacia el occidente que casi tocan
la tierra venezolana y dejan solo paso por dos estre¬
chos denominados del Dragón el uno, y de Boca de la
Serpiente el otro, dando la impresión de la unión de
la tierra de las dos naciones.
La isla perteneció a la Gran Bretaña desde 1787 y
obtuvo, juntamente con la isla de Tobago, su inde¬
pendencia absoluta en 1962.
El golfo de Paria tiene como cosa especial que su
profundidad no sobrepasa los cincuenta metros, es decir,
que es una plataforma continental común. Inglaterra,
que sospechaba que en dicha plataforma abundaba el
petróleo, del cual carecía, decidió hacer una justa di¬
visión que se concluyó en Caracas el 26 de febrero de
1942. El trazado fue fácil por que se hizo por medio
de tres líneas rectas que se denominan la primera A-B,
con dirección aproximada de norte a sur; A-Y que
sigue bordeando el golfo y otra Y-Z que va en el senti¬
do de los paralelos y pasa por la Boca de la Serpiente.
Conviene tener en cuenta que no se trata, como mu¬
chas veces se cree, de una línea media semejante a
la prescrita en la reunión de Ginebra de 1958 sobre
derechos del mar. Las líneas citadas nada tienen que
ver con las sinuosidades de la costa ya que la línea
media exigiría el paralelismo de los litorales.
A la entrada de la Boca del Dragón hay un archi¬
piélago de cuyas islas, la de “Los Patos”, quedó como
punto geoestratégico para Venezuela y a la cual la
Gran Bretaña concedió mar territorial y plataforma
continental. Pero en el tratado correspondiente nada
se dice de mar territorial en general. Este problema
está pendiente y el caso es que en el golfo desemboca,
— 57
rr -
por varios de los. caños navegables que forman su delta 1
al Orinoco. ¿Cómo hará Venezuela para no quitar mar
territorial en el Atlántico a la isla de Trinidad? Igual¬
mente, a partir de la isla de Los Patos hacia el norte
no puede prolongarse porque en el camino encuentra
el mar territorial de la nueva república de Granada
y el de varias islas del cordón oriental antillano. ,
Solo la integración de Trinidad con Venezuela arre¬
glaría el problema.
Las dependencias federales: según los estudios
geológicos, entre Yucatán, en México y la isla de Tri¬
nidad, se extendía una cordillera que al hundirse dejó
afuera las alturas que hoy forman las Antillas. Otra
cordillera menos importante, frente al litoral vene¬
zolano, siguió una suerte igual a la anterior y quedó
sobresaliendo una serie de islas, muchas de ellas muy
pequeñas, haciendo guardia al litoral. Esta vía insular ,
va desde Los Monjes, vecinos a la costa colombiana,
hasta la salida del Dragón en el Golfo de Paria. Las
principales entre ellas son: Los Monjes, Aruba, Curazao,
Bonaire, Los Roques, La Orchila, La Blanquilla, Los
Hermanos, La Sola y Los Testigos. Todas ellas son
venezolanas menos Aruba, Curazao y Bonaire. Las
demás reciben el nombre de “Dependencia Federal”
y el mar que encierran es llamado “mar interior” y
a veces “Hoya de Venezuela”. De allí partirá en un
futuro próximo el mar territorial venezolano.
Pero las tres islas lejanas, Curazao, Aruba y Bo¬
naire, que miden en conjunto unos 1.000 kilómetros
cuadrados y que hacen perder al país una buena porción
de mar plantean a la nación dos hechos de gran impor¬
tancia. Las islas no cuentan al parecer con una plata-
58 —
forma continental auténtica, circunstancia esta que Ve¬
nezuela pretende aprovechar para hacer llegar hasta allí
su plataforma y su mar. Meridianos señalarán la zona
internacional que corresponde a dichas islas. Hay, sin¬
embargo, que tener en cuenta que Curazao y Aruba
poseen grandes refinerías para la purificación del aceite
crudo venezolano y que esta actividad es propiamente
la vida de las islas, que no cuentan con agricultura
alguna ni otro factor de riqueza, y son, por esta razón,
dependientes de Venezuela.
CASTILLETES:
En la parte occidental del país se extiende un
golfo denominado Golfo de Venezuela en el cual hay
costas colombo-venezolanas. Son litorales enfrentados
y rematados a lado y lado por dos penínsulas que son
la de La Guajira en Colombia y la de Paraguaná en
Venezuela. De acuerdo con el laudo del Rey de España,
a quien había sido sometido el desacuerdo de fronteras
el 26 de marzo de 1891, aprobado por los congresos
de ambas naciones, a Colombia le correspondía toda
costa occidental del Golfo pero por una infortunada
imprevisión colombiana, cedió sobre la costa que le
correspodía, una faja que se llamó Guajira Venezolana.
A Colombia le quedó una parte pequeña que va desde
el sitio llamado Castilletes hacia el norte que es aproxi¬
madamente la novena parte del total interior.
Nada sucedió con esa extraña repartición hasta
cuando se supo que en la plataforma continental corres¬
pondiente había una considerable existencia petrolífera.
Esto llevó al país a fijar una definición materializada
tanto en lo relativo al mar territorial como a la pla-
59
taforma continental. Con relación a esta última acon¬
tecía que el fondo del golfo estaba a una profundidad
mucho menor de los 200 metros fijados por la con¬
vención de Ginebra de 1958 y por tanto había una
sola plataforma para los dos países.
En estas condiciones la duda era difícil de resolver
y fue estudiada detenidamente por el notable geó¬
grafo Whitmore Boggs, asesor geográfico de la Se¬
cretaría de Estado de los Estados Unidos.
Las interminables conversaciones entre los dos
países se limitaron en general a la resolución de dos
problemas: el primero consistía en buscar la forma
cómo Colombia podía llegar desde su punto terminal de j
Castilletes a la línea media ya técnicamente trazada,
sin perjuicio de la correspondiente plataforma con- •
tinental para cada uno. El otro problema estribaba en <
que la línea media tropezaba en su curso el grupo de
islotes denominados Los Monjes, que Colombia había
reconocido como venezolanos y no se llegaba a un
acuerdo sobre si debía reconocérseles plataforma con- ,
tinental y mar territorial, ya que su proximidad a las
costas de Colombia que es menor de diez y ocho millas,
dejaría a ésta sin mar territorial en uno de los sectores
más importantes y más ricos de su territorio.
Aunque las conversaciones se han continuado en una
forma pacífica no han podido tomar otro rumbo porque
Venezuela se niega a cualquier arbitraje y solo acepta
el diálogo que hasta ahora parece se prolongará por
muchos años. Es posible que en caso de someterse a
un arbitraje, éste sea desfavorable a Venezuela.
60
LOS ANDES
La cordillera de los Andes entra a Colombia por
el sur y se divide en tres ramales que se denominan
Cordillera Occidental, Central y Oriental. Esta última,
a partir de la trifurcación sigue la dirección suroeste
hasta que encuentra la frontera colombo-venezolana en
el sitio denominado páramo de Tamá. Allí se subdivide:
un ramal sigue hacia el norte hasta perderse en la
península de La Guajira; el otro va hacia el noroeste
en busca del mar con el nombre de Cordillera de Méri-
da. Al llegar aproximadamente al meridiano 70 grados
W arranca de esa cordillera un ramal hacia el norte
con el nombre de Serranía de Coro. Esos tres ele¬
mentos orográficos encierran la ya mencionada de¬
presión de Maracaibo y forman la más perfecta región
geográfica que se halla en Suramérica. Su riqueza pe¬
trolera contribuye con mucho más de la mitad de las
reservas venezolanas.
Desde la cima de las cordilleras que la demarcan,
hasta el mar, hay toda clase de climas y sus clásicos
pisos térmicos permiten un poderoso desarrollo de la
agricultura con la ventaja de que la región está nota¬
blemente defendida de la furia antillana de los vientos
alisos.
El estrechamiento que separa el Golfo del Lago
ha sido salvado por uno de los más modernos puentes
de América y por él pueden llegar a la Guajira vene¬
zolana las líneas de comunicación que vienen de los
más remotos lugares del país.
En su trayecto, la cordillera de Mérida se divide
en dos ramales paralelos los cuales se diferencian como
Cordillera del Mar y Cordillera interior. Entre los
— 61
repliegues que forman ambos ramales se han ido for¬
mando ciudades importantes que, conectadas por bue¬
nas vías de comunicación, van creciendo acelerada¬
mente dejando en buena parte el campo vacío. El to¬
do está dominado por una gigantesca cumbre nevada
denominada Pico Bolívar que se levanta en la cordi¬
llera de Mérida a 5.002 m. de altura, cubierta, de nieves
perpetuas.
No obstante, que en general en el país se denomina
“costa-montaña” a la región como para unificarla siem¬
pre ha habido un marcado antagonismo entre ambas
desde el punto de vista político por que una de ellas
ha pretendido tener el mando de la nación. Sin em¬
bargo, ese sentimiento se va desvaneciendo a medida
que los dos sitios se pueblan y los enlazan más estre¬
chamente las vías de comunicación.
EL ORINOCO:
La Orinoquia constituye la más extensa de las
regiones venezolanas pues abarca aproximadamente
300.000 Kms. El río que pasa por su centro, tiene pe¬
culiaridades que aseguran la agricultura y la navega¬
ción gracias al ritmo exacto de sus bajantes y crecien¬
tes, hecho este que fue notado por los primeros con¬
quistadores.
El delta del Orinoco conocido con el nombre de
Delta Amacuro, está formado por un número infi¬
nito de caños, algunos de los cuales permiten la nave¬
gación. La lucha de los canales con el mar ha ido
durante siglos, acumulando en el delta una inconmen¬
surable deyección vegetal de los afluentes que llegan
de las vertientes orográficas en todo el trayecto del
62
río. Es por esta razón, y del delta, una de las áreas
más fértiles de la tierra, puede decirse que está cons¬
tituido por abono puro envidiado por muchos países
y que aunque esté prácticamente sin utilizar será
en el futuro uno de los mayores emporios de riqueza
para la agricultura nacional.
El río sigue de su desembocadura hacia el suroeste
hasta encontrar la frontera colombiana desde donde
se dirige directamente al Sur. La primera parte facilita
notablemente el comercio durante medio año por que
los vientos alisos del noreste empujan las embarca¬
ciones sin que casi no necesiten combustible y de
vuelta la corriente del río es una poderosa ayuda para
el empuje de las naves. Esta circuntancia hace que
el transporte sea muy barato y forme el río una especie
de bomba aspirante para los productos colombianos
de la región vecina, lo cual facilita el contrabando de
ganado y otros artículos que se cultivan en la región.
Cosa semejante puede suceder con las grandes plan¬
taciones de caña de azúcar con que intentan hacer
una exportación masiva. El desequilibrio de la moneda
facilita todas las transacciones.
A fines de 1974 el petróleo que tenía un precio más
o menos equilibrado, subió en una forma repentina
en un 400%. A esa medida se unieron todos los países
productores que formaban el complejo árabe y a este
se sumaron Venezuela y el Ecuador. Hubo una sacu¬
dida mundial por esa medida que posiblemente se
acrecentará en el futuro. Fuera de esa alza en los pre¬
cios se redujo considerablemente la extracción y la
venta y aun se negó el abastecimiento a varios países.
La OPEP, que es la encargada de la venta mundial y
— 63
de la regulación en la repartición y extracción se en¬
cuentran como elementos principales el Ecuador y Ve¬
nezuela y se ha puesto en jaque al mundo, especial¬
mente a las grandes ciudades industriales las cuales
adelantan un gigantesco progreso con base en el pe¬
tróleo. El Japón, por ejemplo, cuyo desarrollo subía
de una manera desconcertante colocándose a la van¬
guardia de los países industriales, sufrió un choque
que casi lo arruina de repente. Cosa parecida sucedió
con las naciones centroeuropeas y aún con los Estados
Unidos en donde la petroquímica, es decir, la tras-
formación del petróleo en una infinidad de productos,
de los cuales tenían fábricas enormes se vieron afec¬
tadas y miles de obreros poco a poco van quedando
cesantes.
Esta situación colocó a Venezuela en posición nunca
vista en América. A fines de 1974 su presupuesto era
de 4.350 millones de dólares y a principios de 1975
por sólo petróleo, aumentó en 1930. Estas cantidades
de dinero, después de ampliar hasta el máximo el
presupuesto dio un sobrante de 1.775 millones.
De ese hecho inaudito surgieron dos tendencias
marcadas: la primera, la de querer convertirse en
un epicentro económico de América Latina, y emplean¬
do el dinero como elemento político, hizo una serie
de préstamos que le aseguran puestos destacados en
las grandes entidades americanas.
En millones de dólares: 500 al Banco Mundial, al
8% en 12 años a partir de 1979; 500 en fideicomiso al
Banco Internacional de Fomento; 150 al fondo de emer¬
gencia de la ONU, con lo cual trataba de asegurar su
discusión con Guyana, para ayudar a los países pobres
64
en medios energéticos; 60 al Pacto Andino dedicados
a la Corporación Andina de Fomento; 40 al Banco
Centroamericano; 25 al Banco de Desarrollo del Caribe.
La segunda modalidad fue un desacuerdo, especie
de enfrentamiento con los Estados Unidos por la apro¬
bación americana de una ley que elevaba los precios
de refinamiento del petróleo lo cual afectaba nota¬
blemente el valor del producto venezolano y su deseo
de la primacía que quería tener en el continente
solicitando insistentemente a los países de América La¬
tina que la secundaran en sus intenciones y queriendo
asegurar que todas las naciones no eran otra cosa que
una parte de la cauda de aquella potencia y a la nece¬
sidad de formar un bloque que por lo menos en gran
parte pudieran contrarrestar su influencia. Ella misma
nacionalizó su petróleo que estaba compartido con
compañías americanas y cosa igual hizo con el hierro,
metal del cual es uno de los grandes productores del
mundo.
Cuado Jean Jacques Servan-Schereiber plublicó
su famoso libro del “Desafío Americano”, en el cual
mostraba cómo los capitales norteamericanos com¬
praban acciones en las fábricas europeas hasta llegar el
momento de poder dominar la mayor parte de la indus¬
tria centroeuropea, la cual se movía según sus desig¬
nios, se trazaron con toda claridad los planes que se
habían puesto en práctica para ello. Venezuela quizo
llevar adelante una cosa parecida y con el dinero so¬
brante empezó a ser partícipe de las industrias lati¬
noamericanas, las que están seguras de haber hecho
un negocio opulento.
— 65
Si miramos un mapa de la América del Sur vemos
cómo Hispanoamérica forma un arco que envuelve
al enorme núcleo central que es el Brasil, país que
avanza hacia un desarrollo tan poderoso que se ha
denominado el “milagro brasileño” y al cual Venezuela
no puede influenciar gracias a sus inmensas riquezas
naturales y a su esfuerzo humano. En busca de ese
envolvimiento la mano generosa venezolana ha llegado
hasta Bolivia en forma ampliamente pródiga para
esa nación. A pesar del eterno antagonismo que ha
existido entre Brasil y Argentina, ésta con sus ideas
de predominio y que también soñó con guiar el con¬
tinente, para sustraerse a esa acción envolvente ha
buscado una especie de alianza con el Brasil a fin de
no caer, con su enorme riqueza potencial bajo el control
venezolano.
De otra parte la gran riqueza petrolífera de Vene¬
zuela, que ya en la región de Maracaibo es tan grande,
se aumenta vertiginosamente con la que se ha encon¬
trado en la zona del río Orinoco, con razón llamada
“faja de la brea”. Tal nombre se debe seguramente
a que simultáneamente con el petróleo han sido hallados
grandes depósitos de brea cuya utilización como pavi¬
mento para las vías de comunicación, parece irrem-
plazable.
Uno de los planes más importantes que Venezuela
se ha trazado y que puede tener una importancia des¬
comunal en la América del Sur es el siguiente: La
región amazónica, que cuenta con 44.000 kilómetros
de ríos navegables, carece de petróleo y necesita im-
66 —
portarlo, para lo cual tiene que recorrer grandes tra¬
yectos desde el Atlántico para entrar por el Amazonas
a Manaos donde se refina. Otra cantidad reducida
viene de la región del río Pachitea en el centro peruano,
para ser transportada por oleoductos a Iquitos en
donde también es transformada convenientemente. Se
trata de la refinería de Ganzo Azul. De Iquitos se
lleva a la parte alta del Amazonas. Para facilitar al
Brasil todos estos movimientos y vender una cantidad
más abundante, Venezuela ha arreglado la navegación
en el alto Orinoco, al mismo tiempo que prolonga la
carretera a lo largo del río para llegar a San Simón
del Cocuy, en la frontera con el Brasil en el Río Negro,
afluente del Amazonas, en donde podría vender com¬
bustible a precios con los cuales ningún otro país
puede competir.
Hacia el oriente, por la carretera que parte del
Dorado y va a unirse con el río Branco también afluente
del Amazonas, no lejos de Manaos, lleva a éste el crudo
que sea necesario para refinar y distribuir, y así la nave¬
gación amazónica quedaría en sus manos. Esta in¬
fluencia, sumada a la que vimos que mantenía en el
área del Caribe en donde parecía dominante Venezuela
no tiene comparación con ningún otro país surame-
ricano. Una nueva condición geopolítica a que da lugar
el río Orinoco es el llamado Brazo Casiquiare:
Hacia la mitad del recorrido como frontera colom¬
biana, tuerce al oriente y va a buscar sus nacimientos
en la Sierra Paraíma, en los límites con el Brasil.
Al torcer su curso corre durante un largo trayecto
paralelo al río Negro, principal afluente, como ya se
dijo, del Amazonas. Entre el Negro y el Orinoco se
- 67
extiende un caño que a pesar de algunos inconvenien¬
tes permite la navegación entre los dos ríos. Gracias a
esa circunstancia geográfica se puede entrar por las
bocas del Orinoco y salir por el Amazonas al Atlántico.
De igual manera se puede navegar por los afluentes
meridionales del Amazonas que permiten llegar al co¬
razón mismo de Suramérica, donde se encuentra una
inmensa red de ríos que invitan, empresa fácil, a abrir
canales semejantes al Casiquiare y recorrer el conti¬
nente hasta el río Paraná y la bahía del río de la
Plata.
LA GUAYANA
Una de las regiones más privilegiadas del mundo
es la Guayana venezolana. Está limitada al norte por
el valle del Orinoco y al sur por la Sierra Paracaíma.
Durante muchos años en la colonia se pensó que en
aquella región estaba el Dorado que había sido perse¬
guido por todas partes de América. Fue una ilusión
pero sus riquezas actuales hacen creer en que es un
verdadero Dorado.
Del río Orinoco se desprende y corre primero len¬
tamente y luego se trepa a la montaña el río Caroní
el cual desciende desde una altura vertiginosa for¬
mando en su recorrido la cascada del Angel, la más al¬
ta del mundo. Muchos ríos allí tienen un recorrido se¬
mejante. Esto ha hecho que con una relativa facili¬
dad se puedan hacer represas que sirven para produ¬
cir fuerza hidroeléctrica con la cual Venezuela es¬
pera pronto poder superar los más adelantados paí¬
ses del mundo, tanto más cuanto que el terreno ofrece
facilidades para ello. Parte de esa enorme energía
68 —
eléctrica que día a día se va desarrollando, sirve para
obras grandes y pequeñas. No lejos de este privilegia¬
do río Caroní, hay un cerro, el Cerro Bolívar, que está
íntegramente constituido por mineral de hierro de
uno de los porcentajes de mineral más alto que se
encuentra en el mundo y no hay dificultad alguna
para su extracción. El porcentaje es tan alto que una
vez sacado de las faldas del cerro puede enviarse a los
Estados Unidos en donde tiene una gran acogida. Es
por lo tanto una de las grandes entradas de dinero del
país. Fuera de esa exportación ha construido una gran
central siderúrgica que produce casi todos los ele¬
mentos que el adelanto nacional puede necesitar. El
petróleo se utiliza como combustible y el hierro se
forja no solo más rápida sino mucho más económica¬
mente. Dentro de poco tiempo Venezuela será una
abastecedora de hierro para la América, en forma más
barata y abundante que los Estados Unidos. Esta ri¬
queza del Cerro Bolívar parece que se agiganta por
cuanto muchas de las cordilleras de Guayana parecen
constituidas por el mismo material, lo cual haría de Ve¬
nezuela uno de los países más importantes del mundo.
— 69
COLOMBIA
“El suelo que soporta a las naciones
impone a estas huellas indeleble, por lo
cual es preciso que empecemos nuestra
labor con una rápida ojeada sobre el te¬
rritorio colombiano desde el triple pun¬
to de vista de su geología, su relieve y
el régimen de sus aguas.
Colombia pertenece a los países de
contraste: netamente acusada es aquí la
oposición entre elevados montes y lla¬
nuras bajas, entre profundos valles y
altas mesetas. La montaña que ocupa
casi la mitad del área que pertenece a la
tierra plana y baja, ofrece, donde quie¬
ra múltiples y variadas ramificaciones
que crean por decirlo así, todo un mo¬
saico de paisajes y moradas humanas;
a la vez que con su variada altura aglo¬
mera todos los climas, todos los produc¬
tos, y el pueblo que resulta de la mez¬
cla de tanta parcialidad, es un pueblo
que ofrece forzosamente carácter propio
e individualidad asombrosa entre los
numerosos pueblos que se distribuyen
en nuestro globo”.
Francisco Javier Ver gara y Velasco
Nueva Geografía de Colombia
— 71
GEOPOLITICA - S
COLOMBIA
Colombia es un país excepcional por muchos aspec¬
tos. Tiene actualmente 24.000.000 de habitantes y una
superficie de 1.138.914 Km 2 . Está situada en el centro
de la zona tórrida, es decir, en la Zona Ecuatorial, don¬
de la diferencia entre los días y las noches es casi nula.
Además, está colocada en la zona de las calmas ecua¬
toriales en donde las estaciones de lluvia y sequía se
muestran con una intensidad excepcional. Su territo¬
rio está atravesado por tres ecuadores: el geográfico,
que marca el paralelo 00; el ecuador térmico que pasa
por la parte norte, que pudiera llamarse círculo de
fuego que envuelve el mundo y que pasa rozando el
mar de las Antillas y finalmente, está cruzada por el
ecuador estacional, que entra por el noroeste —Cabo
Corrientes— y después de describir una^ serie de en¬
trantes y salientes en el territorio, sale por el suroeste
en dirección al Brasil. Esta situación excepcional hace
de su geografía humana y de su constitución agrícola,
un hecho casi nunca visto en la esfera del mundo.
Esta situación única, indica que Colombia debería te¬
ner, en lugar de una atención marcada al comercio en
el sentido de los meridianos, una especial en la direc-
— 73
ción de los paralelos, en donde hay innumerables paí¬
ses subdesarrollados que necesitan cosas que Colombia
produce a veces con abundancia para mantener una
actividad comercial efectiva. Pero este rumbo no ha
llamado la atención; hasta ahora prefiere, como buen
país tórrido, vender sus materias primas hacia el nor¬
te, casi podría decirse exclusivamente a los Estados
Unidos, lo que hacen las demás naciones ecuatoriales,
para recibir en cambio productos manufacturados y
al mismo tiempo quedando obligada a aceptar los pre¬
cios bajos de un comercio sin unidad con los demás
países, para poder imponer el valor de sus artículos
y tomar una actitud comercial positiva y no escla¬
vizada como ahora.
Colombia, con excepción de Chile en la parte me¬
ridional de Suramérica, es el único país que cuenta
con dos mares, sus costas sobre el Pacífico y el Atlán¬
tico suman 2.900 kilómetros, litoral enorme en donde
hay bahías y puertos de la mejor clase que son apro¬
vechados de manera poco experta y a menudo aban¬
donados.
Sus dos litorales del Pacífico y del Atlántico están
separados por la cordillera del Darién, que los distan¬
cia el Istmo de Panamá. Durante la colonia, los bravos
españoles que buscaban oro por todas aquellas regio¬
nes se movieron constantemente por la región limí¬
trofe. Carlos V dividió por medio del Golfo de Urabá
las gobernaciones de Castilla del Oro al Norte y Ojeda
al sureste, y después de discusiones entre los conquis¬
tadores fijó un límite, el primero que se trazó en el
continente, separando las dos gobernaciones de Ni-
cuesa y Ojeda por la Serranía del Darién, tan detalla-
damente, que coincide casi exactamente con los límites
que hoy tienen los dos países.
Ese límite, sin embargo, en una extensión de 266
kilómetros ofrece dificultades para el tránsito terres¬
tre, por lo cual ha sido denominado “Tapón del Da-
rién”, por donde corre la historia de intransitabilidad,
que tanto repitieron los españoles en los primeros
tiempos de la conquista hasta haber fundado allí la
ciudad de Santa María la Antigua, que fue la primera
edificada en tierra firme continental y llegó a ser
diócesis y a tener los elementos fundamentales de
una villa.
A través de este Tapón del Darién avanza la Ca¬
rretera Panamericana que permitirá ir directamente
desde Alaska hasta la Tierra de Fuego. Sobre esta
interrupción se trabaja ahincadamente aun cuando por
parte de Colombia ha exigido numerosas obras de arte
entre las cuales figura el puente sobre el río Atrato
que es uno de los más largos y difíciles de construir
en Suramérica debido a la clase de suelo y las cre¬
cientes y sequías excepcionales del lugar.
La unión de Colombia con Panamá, en donde el
canal se vuelve cada día una de las áreas más impor¬
tantes para la seguridad de los Estados Unidos, hace
que Colombia sea un punto de defensa de ese canal
y por tanto tendrá que estar unida al Norte de Amé¬
rica, fuera de lo que está por medio de otros lazos
comerciales y culturales. Panamá perteneció a Colom¬
bia hasta 1903 cuando los Estados Unidos ayudaron a
hacer de él una república independiente. La pérdida
se debió a descuido colombiano por que no tomó en
cuenta que sobre él convergían las miradas de todas
— 75
las naciones que tenían participación en el comercio
universal. Había dos tapones que eran un obstáculo
inmenso para la navegación mundial: los estrechos de
Suez y Panamá. Suez se abrió por el poder de Francia
e Inglaterra en el año de 1869 y transformó la navega¬
ción universal poniendo las Indias Orientales y la ri¬
queza del Extremo Oriente a poca distancia del occiden¬
te de Europa. Una ventaja semejante podría obtenerse
con la apertura de Panamá. Pero Colombia no tuvo
una visión suficientemente amplia, aunque no falta¬
ron palabras y pequeños tratados sobre el asunto. No
se le puede culpar completamente por la pérdida por¬
que siendo un país que tiene su gobierno en el centro
y estando colocado a una distancia enorme y además
careciendo de marina, era poca la atención que podría
prestarse al lugar. Los Estados Unidos, que sí veían
con claridad la importancia del istmo, y especialmente
la necesidad de abrir un canal para solucionar en cual¬
quier momento la colocación de su flota completa en
uno de los dos mares para atender a un ataque o de¬
fensa en dirección al occidente —Asia— y al oriente
—Europa— hicieron cuanto estuvo a su alcance para
que se formara de Panamá una república independien¬
te que permitiera abrir el canal y tener allí una zona
que fuera a “perpetuidad territorio americano”, ayu¬
daron a la revolución y abrieron el canal. Para la
Primera Guerra Mundial, en 1914, lograron que Co¬
lombia reconociera a Panamá como país independien¬
te y le dieron en cambio unos cuantos millones de
dólares en compensación de los perjuicios que pudie¬
ra haber recibido por aquella desmembración.
La economía y la vida colombiana se desprenden
directamente de su geografía, La cordillera de los
76 —
Andes entra al país por el sur, el Nudo de los Pastos,
y en seguida se abre en tres ramales denominados
Cordillera Occidental, Cordillera Central y Cordillera
Oriental. Los Andes se ciñen al Pacífico y aparecen
así dos formas estructurales del país: una montañosa,
recostada al Pacífico hacia el occidente, y el resto, una
enorme planicie. Esta situación define la riqueza prin¬
cipal de Colombia. Es bien sabido que la calidad del
café aumenta a medida que recibe mayor cantidad de
sol, y una temperatura entre 15 y 20 grados. Las cordi¬
lleras colombianas ofrecen esas dos condiciones. La
temperatura óptima se obtiene entre los 1.000 y 2.000
metros de altitud y la abundancia de sol la da el trópi¬
co y hay en ellas, tanto hacia el oriente como al occi¬
dente, una faja, “cinturón cafetero” que proporciona
un enorme espacio para esta siembra. De allí que sea
un país netamente cafetero y que encima de esto pro¬
duzca el mejor café del mundo ya que reúne las con¬
diciones óptimas. Ha sido hasta ahora la fuente prácti¬
camente única de divisas que vienen casi en su mayo¬
ría de los Estados Unidos y el resto de Europa. Pero
este don excepcional empieza a contar con algunas co¬
sas que pueden perjudicarla en el porvenir. La prime¬
ra es la que en Africa hay varios sitios que tienen
condiciones similares y la mano de obra es infinita¬
mente más barata, y por otra, que en un momento cual¬
quiera puede surgir un sustituto del café y arruinar
por completo la gran industria. Esto explica clara¬
mente el por qué Colombia trata de diversificar sus
exportaciones lo más posible con productos y materias
distintas, cosa que va logrando en una forma como
antes no estaba previsto.
— 77
Cuando los españoles llegaron a territorio colom¬
biano y encontraron una cordillera trifurcada, con
valles y planalatos de gran riqueza y un clima suave
y dulce, resolvieron establecerse en la cordillera y no
en el trópico “bravio” que las circundaba y allí ha¬
llaron que también la mayoría de las agrupaciones,
“reinos”, indígenas habían hecho lo mismo. Por eso
se instalaron en la cordillera en donde además de vi¬
vir más confortablemente en relación con el clima, en¬
contraban grupos de nativos que iban a ser una mano
de obra sin costo alguno y en gran abundancia. De esta
manera surgió una agricultura rica y una producción
extremadamente barata. Los grupos nativos crecieron
y lo mismo pasó con el cruzamiento español, y al cabo
de un tiempo había una serie de agrupaciones que se
convirtieron en ciudades importantes lo cual dio, pa¬
sados unos siglos, la característica de que a Colombia
por la distribución de sus ciudades se le llamara “re¬
pública de ciudades”. Empezaron como centros de cre¬
cimiento y a la larga aumentaron sus habitantes, sus
alrededores y sus vías para pasar alimentación y los
grupos se fueron separando. Hoy ha habido necesidad
de colocar entre estas ciudades nuevos núcleos de cre¬
cimiento porque han alcanzado proporciones increí¬
bles. Ciudades como Bogotá, para solo poner un ejem¬
plo, han pasado de 130.000 habitantes a 1.300.000 en
corto lapso de medio siglo. Con las demás grandes
ciudades como Cali, Medellín, y Barranquilla ha su¬
cedido una cosa semejante.
El beneficio de la cordillera atrajo consigo graves
perjuicios. Hacia el centro, Colombia es un país com¬
pacto en que casi se igualan los paralelos con los me¬
ridianos en extensión, las tres cordilleras se ensanchan
y forman, al ampliarse, altiplanos que se distinguen
por su clima y belleza. En ellos se aglomeró la mayo¬
ría de la población. Se trata de un área de unos 250.000
Kms 2 que contiene más del 70 % de sus habitantes. Se
le ha llamado el “Corazón Nacional” por que dentro de
él está lo más importante con que cuenta el país: el
gobierno, las grandes universidades, los centros cul¬
turales,las principales factorías, la industria, la mejor
red vial y en fin, todas las condiciones que hacen de
ella un centro apropiado para la vida moderna y que
va atrayendo cada día mayor cantidad de gente, pero
además se le da ese nombre porque siendo el centro
político fundamental y el núcleo científico y cultural,
todo cuanto allí pasa repercute en el país entero mien¬
tras que otros hechos, aún importante en otros luga¬
res, no llegan allí con fuerza suficiente para trans¬
tomar la marcha de la vida nacional. Solamente en
la costa del Atlántico, donde los españoles, hicieron
las primeras fundaciones, hay un grupo humano de
considerable importancia especialmente debido a que
son los puertos de entrada y salida del comercio
exterior.
La cordillera, tal como se dijo anteriormente, divi¬
de al país en grandes regiones naturales: al norte la
planicie del Caribe, al este, los llanos de Orinoco, al
sureste, la Amazonia, al occidente la región de Chocó
y al centro la parte orográfica. *
La planicie del Caribe que mide 1.600 kms. de
litoral y va desde Venezuela hasta Panamá, tiene una
conformación humana muy diferente a la del in¬
terior. Durante muchos años para llegar desde la cos¬
ta al centro del país se utilizó el río Magdalena que
lo parte en dos por su centro, y sirvió como vía única
— 79
para unir el interior con la costa. El intermedio entre
los dos era una región selvática y con un gran vacío
humano. Pasado el tiempo un ferrocarril y dos carre¬
teras reemplazaron el río que fue entrando en deca¬
dencia aunque todavía presta algunos servicios pero
se descuido de tal manera que vino a suprimirse casi
por completo la navegación que mantenía. La falta J
de cuidado en las partes altas hizo que el río perdiera í
una buena parte de sus condiciones navegables y esto
ayudó a olvidarlo. Los recursos naturales no renova¬
bles que se presentan en el país y que se extraen afa¬
nosamente han echo pensar nuevamente en el enorme
beneficio que una navegación tan dilatada podría pres¬
tar a la nación.
Sin embargo, la característica de la región de que
se trata estriba en que por bordear el Caribe su cultu¬
ra tiene este mismo sentido: raza, música, literatura ¡
y en fin todas las manifestaciones culturales, lo mismo \
que la geografía humana tienen las cualidades que son 1
comunes a todos los países que forman la gran región
antillana.
Al este se hallan los llanos del Orinoco u Orino
quia. Olvidada durante mucho tiempo ha venido
poblándose y desarrollándose especialmente en lo ,
referente a ganadería, y en un plazo corto que se for¬
mará allí una de las más grandes dehesas de América.
Está regada por numerosos ríos que durante las cre¬
cientes producen desbordamientos que hacen grandes ;
daños en las siembras y planicies ganaderas. Estos
ríos tienen una notable diferencia con los venezolanos
afluentes de la gran arteria que son, en general, cor- ,
tos, y sus orillas poco aptas para la agricultura y aún
para la ganadería que debe practicarse en forma ex-
tensiva, en cambio, los del lado colombiano tienen la
ventaja de formar un enorme sistema paralelo, nave¬
gables en gran extensión y que se prestan para innu¬
merables regímenes de canales y represas.
La región Amazónica, que hace parte de la gran
cuenca, cuenta con unos 300.000 kilómetros cuadrados.
Su ciudad principal es Leticia, situada sobre la orilla
del Amazonas, muy alejada del centro y que sirvió de
pretexto para un litigio con el Perú, litigio para el
cual no estaba preparada ninguna de las dos naciones.
Un arreglo amistoso puso fin a una contienda que ha
podido prolongarse indefinidamente y cuyo sistema
de combate no había sido todavía utilizado y casi in¬
ventado en ninguna parte.
Con relación a la Amazonia se presenta en Co¬
lombia una disputa entre desarrollistas y conserva¬
cionistas. Aquellos dicen que hay necesidad de pro¬
ceder a incorporar tan gran territorio al poder central
mientras que los otros son partidarios que permanes-
can como está, ya que forma un ecosistema único,
un sistema ecológico que debe respetarse y del cual
el país no tiene necesidad y que más tarde se verá la
organización que debe dársele. Lo grave de esta discu-
ción es que el Brasil ha empezado a romper la selva de
la parte norte de su territorio que abarca cerca de
cuatro millones de kilómetros cuadrados, y pronto
habrá de tocar la parte que corresponde a Colombia
y por tanto sería conveniente estudiar lo que convie¬
ne hacer para hallar una decisión segura y no conti¬
nuar sin tomar una solución definitiva.
La región del Chocó o de la costa del Pacífico esta
completamente separada del resto del país por la al-
— 81
tísima cordillera occidental que corre paralela a la
costa del mar sin fin. Las condiciones climáticas son
malas y constituye de esta costa una de las regiones
más húmedas del globo. Casi puede hablarse de una
región abandonada de cuya riqueza platinífera obtiene
Colombia poca cosa ya que siempre ha estado en manos
de compañías extranjeras que no se han preocupado
sino de obtener el metal precioso aún a costa de des¬
truir notables extensiones de territorio. Lo grave de
todo esto consiste en que después de la segunda guerra
mundial el Pacífico se convirtió en una área inmensa
que parece que va adquiriendo características especia¬
les y constituyendo lo que han dado en llamar “La era
del Pacífico”, dado que en las riberas de esta enorme
cuenca que conforma la sexta parte de la superficie
terrestre, hay grandes potencias y un conjunto de
naciones, razas, religiones y sistemas de comercio que
tratan, a pesar de esta diversidad, de formar una uni¬
dad que podrá ser la dominadora del mundo como
llegó a serlo comercialmente el Atlántico durante mu¬
chos siglos. Todos los países se van preparando para ese
futuro pero Colombia no ha hecho mucho por ello. Es
posible que la carretera panamericana, una vez roto
el Tapón del Darién, ayudará a que tan rica región
se incorpore a la vida nacional. La América Central,
y los países del Ecuador hasta Chile puede decirse que
son países del Pacífico y por tanto no tienen ellos que
tomar una serie de medidas como las que correspon¬
den a Colombia. Finalmente queda como última la re¬
gión andina, en donde como se dijo atrás, está ubi¬
cado el 70% de la población colombiana y cuenta en
su parte media con el “Corazón Nacional”, en donde
el ecumen adquiere su mayor densidad. Lo elevado
de la cordillera y la necesidad de usar la vertiente pa-
ra la agricultura, hace que la capa vegetal vaya ro¬
dando perpetuamente hacia los ríos a causa de la lluvia
y del sistema equivocado de siembras en las pendien¬
tes inclinadas hasta que llega el momento en que el es¬
pacio de que se dispone no puede sostener a los ha¬
bitantes. Al llegar los españoles se situaron en los
planaltos y cuando éstos estuvieron agotados empe¬
zaron a practicar la agricultura en las pendientes que
poco a poco se van agotando debido al empuje de las
lluvias, de la tierra removida que va por los ríos al
mar en forma alarmante y por el momento irrepara¬
ble. Por esta circunstancia el sistema vial de Colombia
es un sistema que del centro va buscando esas regiones
olvidadas y vacías con el fin de hallar la manera de
que la gente siga las vías y pueda ordenarse la aglo¬
meración central que en algunos sitios alcanza densi¬
dades tan grandes como las de los más póblados países
europeos.
MATERIALES ESTRATEGICOS
Desde este punto de vista Colombia tiene algunas
condiciones que pueden llamarse excepcionales. La
primera consiste en la abundancia del carbón, pues
de acuerdo con estudios profundos, posee aproxima¬
damente el 73% del que se encuentra en Suramérica.
Su situación en el centro de la zona tropical hace que
la calefacción no sea indispensable. Esta es quiza la
principal cusa de que se haya dejado de lado posesión
tan importante. Las dificultades del transporte y la
abundancia de árboles impusieron para el uso domés¬
tico el carbón vegetal y la leña, procedimiento que se¬
guido por muchos años causó transtornos enormes en
el medio biótico y arruinó grandes extensiones apro-
— 83
piadas para la agricultura. Las actuales exigencias
energéticas empiezan ahora a presentar el carbón como
una riqueza antes no apreciada.
Viene después el petróleo. Actualmente produce
sólo para el consumo interno. Pero los nuevos ha¬
llazgos hechos en la región amazónica parece que le
permitirá abastecerse ampliamente sin necesidad de
tener que acudir al extranjero.
De otro lado los geólogos han hallado una ancha
faja que va del extremo de la península de La Guajira
en el Caribe, hasta la selva amazónica en los límites
con el Ecuador, compuesta por enormes depósitos de
uranio cuya riqueza está en estudio, de igual manera
que el plan para la explotación y las reservas, aunque
los depósitos parezcan inagotables, de acuerdo con la
marcha de la técnica actual.
Finalmente, uno de los experimentos de Colombia
ha sido el de la integración fronteriza con Venezuela
y Ecuador. Se trata de un ensayo para convertir la
raya de la frontera en una amplia faja común libre
para el paso de los pobladores, la unión de fábricas, y
el cultivo de amplias zonas agrícolas al mismo tiempo
que la facilidad para aprovechar escuelas, sanatorios,
hospitales, centrales hidroeléctricas como si fueran de
propiedad de las dos partes y que presenten facilida¬
des de un lado y puedan ser aprovechados por otro.
Esta experiencia, que podría servir de ejemplo y con¬
vertirse en un milagro para América, ha ido con len¬
titud especialmente por la falta de estudio detallado
de las regiones en contacto.
84 —
ECUADOR
“El grupo humano que hace historia,
comienza por recibir una incitación del
contorno físico, y comienza por sufrir la
geografía: pero estimulado por ella da
respuesta, que es la conducta ante el
medio circundante, conducta de la cual
depende la mayor parte de sus compor¬
tamientos futuros. Hay pueblos que dan
respuestas contundentes y son los crea¬
dores de grandes culturas. Hay otros,
en cambio, que fracasan y llegan a vi¬
vir, una existencia monótona y doble¬
gada, en una suerte de tímido armisticio
con la geografía. Al más leve descuide
del hombre, la geografía se impone y lo
devora como ha devorado tantas ciuda¬
des, culturas y pueblos. Tal cosa ha su¬
cedido en la geografía ecuatoriana en
relación con la historia como veremos
enseguida. Pero no se olvide que en
este caso el protagonista se .resuelve en
dos realidades poderosas y que cual¬
quiera respuesta humana que se de a
este paisaje ha de tomarlas en cuenta:
selva tórrida y montaña fría”.
G. CEBALLOS GARCIA
Biblioteca Ecuatoriana Mínima
85
\
I
EL ECUADOR
La línea ecuatorial llega a la República del Ecuador
por la lujuriosa cuenca amazónica, trepa luego a la
cordillera andina, casi toca a Quito a una altura de
2.860 metros y se remonta a las cumbres nevadas para
descender luego a la ardiente costa del Pacífico. En
ningún lugar del mundo la línea tiene que deslizarse
por tanta extensión de nieves eternas y dejar a su
paso las cuatro quintas partes del país en el hemisfe¬
rio sur y una quinta en el norte.
La cordillera de los Andes lo atraviesa de sur a
norte desde el llamado nudo de Loja en la frontera
peruana, y el nudo de los Pastos en la frontera colom¬
biana. La gran masa de la cordillera tiene dos especies
de rebordes que allí se denominan cordillera oriental
y cordillera occidental, pero ambas están asentadas
sobre la plataforma de la masa andina principal. A lo
largo se forma una especie de valle subdividido en
toda su extensión por ramificaciones que unen las dos
cordilleras, a las cuales se da el nombre de “nudos”.
Una sucesión paralela de volcanes, activos unos, he¬
lados otros, señala la masa andina en todo su trayecto.
Entre cada dos nudos se forma una especie de valle
— 87
de gran fertilidad en donde los habitantes, desde antes
de la conquista se fueron colocando y convirtiendo el
país entero en una formidable extensión de grupos
agrícolas, pero al mismo tiempo los grupos se fueron
aislando formando corporaciones únicas. El gran es¬
critor ecuatoriano G. Ceballos García, habla así de
este fenómeno:
“Poco a poco se aislaron unos de otros, co¬
mo consecuencia obligada del internacimien¬
to de las montañas. Por lo general las cul¬
turas de mar o de planicies con ríos, son
culturas de acercamiento y aproximación en¬
tre hombres y pueblos, son culturas de soli¬
daridad que se fundan en la humana capaci¬
dad de extraversión; en cambio, las culturas
de montaña son de aislamiento material que
acaban por modelar el espíritu de los gru¬
pos y de los hombres quebrantando la soli¬
daridad y engendrando la soledad, no como
situación externa, sino como interior forma
de existencia”.
El paso rotundo de la cordillera divide al Ecuador
en tres regiones perfectamente marcadas: al oriente
la Amazonia, llena de selva y ríos que bajan enca¬
jonados desde las cumbres para luego convertirse en
remansos cuando llega la selva interminable. Después
está la Sierra que no es otra cosa que la mole andina
con su estructura llena de valles y de alturas y luego
la costa que abarca el litoral pacífico que apenas em¬
pieza a conectarse con la parte central del país.
Si admitimos la ley de Toynbee de que la cultura
de los pueblos se forma por el sistema de la incitación
y la respuesta, esto es, por el medio que ofrece la natu¬
raleza y la capacidad de los hombres para dominarlo
y sobre ponerse a él, ningún país de América ha tenido,
88 —
como el Ecuador, una incitación más ciclópea y difícil
de vencer. Casi no puede hablarse simplemente de la
historia de la nación sino de su geohistoria por que
cada uno de sus movimientos o de sus empresas es
una tremenda lucha con el medio circundante que
lanza una especie de reto que a veces parece insu¬
perable.
Quizás por esa situación excepcional y trágica
puede decirse que la historia se ha presentado con una
especie de diluida fatalidad que ha tratado de oponerse
al progreso, pese a las condiciones tesoneras para el
trabajo de sus habitantes.
En primer lugar, la población prehispánica era una
revolución casi incomprensible de razas diversas. En
general, gentes que habían llegado desde México y
arrastrando consigo los caribes implacables, luego los
chibchas que habitaban el corazón de lo que hoy es
Colombia, habían descendido para adueñarse de gran¬
des extensiones de territorio; extraños inmigrantes
de los lados del Brasil y los quechuas con su fuerza
dominadora que llegaron audazmente del Perú; algu¬
nas agrupaciones, como los “colorados” parecen tener
una raíz desconocida. Todo este mestizaje humano trató
al cabo del tiempo de unirse y forma lo que había de
llamarse el Reino de los Quitus. Mientras esta acumu¬
lación humana se asentaba en el territcfrio, el gran
dominador del imperio inca dividió su vasta nacio¬
nalidad entre dos hijos que fueron Huáscar y Ata-
hualpa. Ambos ambicionaron todo el territorio que
poseía su padre y vino una tremenda guerra entre los
dos que terminó con el triunfo de Atahualpa. Apenas
este empezaba a consolidar sus vastas posesiones lle-
— 89
1
garon los españoles. Hallaron, pues, un país que no
ofrecía grandes dificultades para la conquista.
Cuando Francisco Pizarro partió de la isla de
Cubagua, en el golfo de Panamá, para ir al descubri¬
miento del Perú, dejó de paso la tierra ecuatoriana
y de Paita, ya sobre la costa peruana, marchó hacia
Cuzco para regresar luego a la costa, fundar a Lima '
y no perder el contacto con Panamá. El Reino de los
Quitus quedaba fuera de esa conquista hasta que pa¬
sado el tiempo, Pizarro decidió separarlo y mandó a él
tres grandes conquistadores. El primero fue Sebastián
de Belalcázar quien fundó a Quito y trató de dominar
el reino, pero pronto supo que al norte había inmenzas
riquezas conocidas con el nombre del “Eldorado”, y
abandonando el territorio, marchó hacía el valle del
río la Cauca y más tarde ayudó a la fundación de
Bogotá, capital de Colombia. Después de idas y venidas ■
de norte a sur su salud se debilitó y fue a morir a ;
Cartagena en las costas del Caribe. En el año de 1538
Pizarro formó una especie de país que denominó pro¬
vincias coloniales de Popayán y Quito para que las
mandara su hermano. En 1541 el emperador Carlos V
aprobó la idea de Pizarro y tanto Hernando Pizarro
como Francisco de Orellana decidieron realizar la con¬
quista que no había podido lograr Belalcázar. Pero ru¬
mores de lejanas riquezas llegaron a los oídos de estos
dos hombres y estropearon la conquista. Primero se
dejaron llevar por las noticias de que al oriente \
de Quito había un río cuyas tribus estaban llenas de f
oro y parecía un mar. Quien fuera dueño de ese río
sería rico hasta el infinito. Orellana y Pizarro empren- |
dieron le excursión hacia ese sitio maravilloso. Mien¬
tras Pizarro terminaba de arreglar la expedición a
90 —
orillas del Río Coca, tributario del Ñapo, Orellana
avanzó por éste con el fin de hacer un reconocimiento
e informar a sus compañeros, pero la corriente del
río arrastró su débil embarcación y le fue imposible
regresar. Llegó hasta el Amazonas, pudo ir luego a
Europa y a su regreso murió en el laberinto de la
desembocadura del inmenso río. Pizarro se dedicó luego
a dominar el país y fue muerto en una insurrección
que intentó contra su hermano. De esta manera el
Ecuardor volvió a quedar prácticamente como tierra
lista para la conquista.
España estuvo largo tiempo indecisa sobre la forma
de administrar aquellos territorios y constituyó la
presidencia de Quito que unas veces se anexaba al
Virreinato de la Nueva Granada, al norte, y otras al
Virreinato del Perú al sur. En cada caso el dinero
destinado a la presidencia se estancaba en las capitales
del correspondiente virreinato y surgió como un país
pobre.
La opresión de las clases dominantes y la pobreza
del pueblo hicieron que el Ecuador fuera el primero
de los países suramericanos que iniciara la revolución
contra la tiranía española. Sucedió esto en 1909 y fue
dominada de la manera más sangrienta que registra
la historia americana. Cuando ya estuvieron libres
las demás naciones, vino la libertad del EJcuador pero
fue una nación independiente cuyos límites eran borro¬
sos y debía, para poder establecer una administración
correcta, saber cuales eran sus fronteras. Este deseo
y los trabajos hechos en este sentido le llevó a serias
discusiones con los vecinos debido a que algunas pro¬
vincias ambicionadas estaban adscritas a diócesis de
un anterior Virreinato. Por ese camino llegó con el
— 91
GEOPOLITICA - 6
1
Perú a una intricada polémica sobre la supremacía
que podían tener las Cédulas originarias de la auto¬
ridad religiosa o de autoridad política. Esta discusión
aún perdura sin que haya sido posible llegar a una
aclaración completa. Cuando en el norte había em¬
pezado la revolución emancipadora, lo primero que
se hizo fue formar un congreso en la ciudad vene¬
zolana de Angostura para organizar el país, y como
de tiempo atrás había sido anexado al Virreinato de
la Nueva Granada una de las cláusulas principales
de la Primera Constitución incluía a Quito en la re¬
ciente formación política: El nuevo Estado se dividiría
en tres Departamentos que se denominarían Venezuela, |
Quito y Cundinamarca y cuyas capitales serían respec¬
tivamente Caracas, Bogotá y Quito. Pero todavía no
se contaba con Quito por razón de estar completamente
dominado por los españoles. El 29 de mayo de 1822
las provincias que formaban el antiguo reino de Quito
se declararon abiertamente libres de la dominación |
española y seguidamente resolvieron hacer parte de
la Gran Colombia, con lo cual quedó unificada la
federación gran colombiana que quería permanecer
unida estrechamente hasta la muerte de Bolívar en
1830.
En el Departamento de Quito quedó como Coman¬
dante o Jefe Supremo el General Juan José Flores
quien no parecía poder dominar sus aspiraciones terri¬
toriales y creyó en que la ampliación de su mando
debía hacerse hacia el norte, sobre los territorios de 1
Colombia. Vino entonces una guerra en que por la
alcurnia de sus conductores, se conoce en Colombia
con el nombre de la Revolución de los Supremos, y ,
al final el Ecuador tuvo necesidad de fijar sus límites
92 —
por el río Carchi, que había sido divisorio durante
muchos años entre las dos provincias. Pero este trazo
fronterizo se hizo en la región limítrofe más poblada.
La parte oriental de los dos países quedaba con una
división indefinida para los gobiernos y hubo nece¬
sidad de establecer claramente la raya fronteriza, la
misma que hoy existe, para evitar disturbios de to¬
do orden en el futuro. En la demarcación de esta lí¬
nea entre los ríos Putumayo y San Miguel, que habían
sido trazados erradamente en el protocolo, se pre¬
sentó una discusión acalorada entre los dos países
por el llamado “Triangulo de San Miguel” que pasó
a propiedad de Colombia y que luego en tratados pos¬
teriores, Colombia sedió al Perú lo cual produjo indig¬
nación en el Ecuador hasta cuando se hizo el tratado
de límites entre Perú y Ecuador y este triángulo fue
cedido por el Perú al Ecuador.
Hacia el año de 1940 la situación peruana era di¬
fícil y tenía que invertir la mayor parte de su pre¬
supuesto en alimentación del pueblo que para aquellos
tiempos era deficiente. La costa peruana es prácti¬
camente un desierto desde la frontera con Chile hasta
la frontera con el Ecuador, que va a terminar en la
desembocadura del río Guayas. Tanto al norte como
al este de la línea divisoria, la tierra es rica y para
el Perú sería una posesión de extraordinario valor. En
el año de 1941 el Perú empezó a formar un gran
destacamento de tropas en la frontera septentrional,
llamado Agrupamiento Norte, con el cual atacó sorpre¬
sivamente al Ecuador el 5 de julio de 1941 y ocupó
en forma sorprendentemente eficaz las provincias me¬
ridionales ecuatorianas y el ejército siguió avanzando
hacia el norte con un éxito que el Ecuador no estaba
— 93
en condiciones de detener por carencia de elementos
y descuido en su preparación militar. Varios países
americanos ofrecieron su mediación pero está no tuvo
éxito alguno. En medio de tales acontecimientos ocurrió
un suceso de enorme trascendencia: el 7 de diciembre
de 1941 se produjo el ataque sorpresivo del Japón a
Pearl Harbor, hecho de carácter mundial que obligaba [
a los Estados Unidos a entrar en la guerra que des- [
garraba a Europa. En vista de que podría haber alguna ;
invasión hacia los Estados Unidos tomando como base
una república latinoamericana, se resolvió hacer una
conferencia que arreglara la unificación latinoame¬
ricana y para ello se reunieron los cancilleres en Río
de Janeiro el 15 de enero de 1942.
El canciller norteamericano sostuvo que era nece¬
sario de todas maneras arreglar los asuntos pendientes
entre Ecuador y Perú porque de otra manera cual- i
quier acto que se firmase estaría viciado de nulidad ■
y era de todos modos un acuerdo inseguro. El Perú,
por su parte, manifestó que era necesario que quedara
arreglado todo asunto de fronteras, antes de que se j
firmara el pacto latinoamericano y se procedió a hacer
lo que el Perú pedía. El arreglo de paz entre el Ecuador
y el Perú fue tremendamente desfavorable para aquél
por que perdió cerca de 150.000 kilómetros cuadrados
que consideraba de su propiedad y además el nuevo
trazado dejaba al Ecuador sin límite de ninguna clase
con el Brasil, hecho muy significativo para su poli- !
tica, y por tanto se vió obligado a aceptar la nueva j
frontera con lo cual quedaba encerrado entre Colombia
y Perú. Arreglado todo esto siguió la conferencia
haciendo el trabajo para materializar el acuerdo, el
cual debía producir un poco más tarde un desacuerdo ¡
94 —
tremendo entre los dos países y una pugna que no
parece por ahora fácil de que pueda atenuarse, espe¬
cialmente por parte del Ecuador.
Desgraciadamente los cancilleres fijaron la línea
divisoria y nombraron tres países garantes de que se
trazaría en el terreno en la forma establecida. Se nom-
' bró para ello a los Estados Unidos, Argentina y Brasil.
Pero cuando se trató de hacer la demarcación material
sobre el terreno se encontró que paralelo a la cordillera
del Cóndor cuyo filo se había fijado como demarcación
de la línea por ser la divisoria de aguas entre los ríos
Zamora y Santiago, existía otro río que no estaba en los
mapas, el río Cenepa, y en lugar de una cordillera con
dos vertientes aparecieron dos cordilleras con cuatro
vertientes lo cual aumentó las ambiciones de los dos
negociadores y surgieron dos tesis que no han sido
j aclaradas todavía y que consisten en que una nación
i sostiene que si no puede cumplirse un laudo en algún
sitio los que si puedan trazarse son válidos. La otra
nación dice que por el hecho de que una parte de un
laudo no pueda cumplirse, todo el laudo queda afec¬
tado con esta condición y pierde toda su validez. La
nación ecuatoriana no ha reconocido el tratado Río de
Janeiro a pesar de que los mapas continentales marcan
para el Ecuador una frontera correspondiente en líneas
generales al tratado citado.
No es posible abandonar el tema de la* región ori-
, ental del Ecuador sin tomar en cuenta que él y Chile
son los dos únicos países latinoamericanos que no tie¬
nen contacto con el Brasil. Sin embargo, éste ha busca¬
do acercamiento a él por medio de una carretera de¬
nominada la “carretera transcontinental”. Parte ésta
del Puerto de Esmeraldas sobre el Pacífico y va a bus-
car el río Putumayo afluente del Amazonas —en un
sitio frente al puerto colombiano de Puerto Ospina so¬
bre el mismo río—. De esa manera el Brasil adquirirá
muchos elementos en Panamá o en los Estados Unidos
y utilizaría esa ruta en vez de tener que dar una
inmensa vuelta por el Atlántico para entrar sus pro¬
ductos a la región amazónica, especialmente en los
tiempos en que ha comenzado la transformación de
la parte norte de su territorio con un empuje inu¬
sitado.
El Perú planeó la famosa carretera bolivariana
que va por el pie de los Andes y que partiendo de
Venezuela pasaría por Colombia, Ecuador, Perú y Bo-
livia. Algunos de los trechos de esta vía eran conve¬
nientes para las cinco naciones las cuales se esforza¬
ron por hacerlos de inmediato, pero luego los traba¬
jos fueron marchando lentamente por la cantidad de
obras de arte que se necesitaban. Esta carretera cru¬
zará la transcontinental y es posible que para el Ecua¬
dor tenga un valor diferente al que pueda tener para
los otros países distintos del Perú, por cuanto ahora
que el Ecuador ha logrado encontrar en sus territorios
amazónicos fabulosas cantidades de petróleo y ex¬
plotarlo debidamente. Tanto el Brasil como los demás
países de la gran cuenca pueden beneficiarse nota¬
blemente —la llegada del Ecuador al segundo puesto
en cuanto a producción petrolífera y especialmente
en estos momentos en que pueden conocer las inco¬
modidades que proporcionan al mundo las variacio¬
nes en la explotación en el Medio Oriente y la posi¬
bilidad de que Rusia se llegue a adueñar de esa re¬
gión, cosa que parece que anda en marcha. La situa¬
ción ecuatoriana hará que se transforme en uno de
los países más importantes de América. Como por otra
parte, cuenta con un mercado exterior fijo que agi¬
ganta su presupuesto, puede tener a la mano una
estrategia que le permite frenar en gran manera a
los países que tienen que vivir del petróleo.
En agosto de 1972 el Ecuador empezó la explo¬
tación de sus yacimientos petrolíferos de Lago Agrio
y en ese año quedó instalado el oleoducto compuesto
de tuberías de 26 pulgadas de diámetro, elevándose
a una altura de 4.053 metros y con capacidad para
transportar 250.000 barriles diarios, cuyo extremo lle¬
ga a la costa en la ciudad de Esmeraldas en donde
se construirá una refinería de gran importancia. La
prensa mundial se expresó más o menos en los si¬
guientes términos:
“En agosto de 1972 se iniciar.on los em¬
barques del crudo ecuatoriano hacia el ex¬
terior, con el envío de 203 mil barriles. Se
calcula que el volumen exportado, hasta
el 31 de diciembre del mismo año ascendió
a 25 millones de barriles, cifra que situó al
país como el segundo exportador de Amé¬
rica Latina. Para este año se estima que la
cifra de exportación superará los 80 millones
de barriles y, de acuerdo con el Plan Inte¬
gral de Transformación y Desarrollo, en
1977 superará los 120 millones.
Paralelamente y como complemento de
la política nacionalista en lo que atañe a
la explotación del petróleo, la Armada ecua¬
toriana asumió el transporte del 50% de
la exportación del crudo, a través de la com¬
pañía “Transnave”, que suscribió un con¬
trato con la firma japonesa Kawasaki Ki-
sen Kaisa, dándose así origen a la empresa
— 97
r
mixta “FLOPEC”, que ha convertido al Ecua¬
dor en uno de los primeros países produc¬
tores poseedor de su propia flota petrolera”.
Con gran tino y consciente de su riqueza, el Ecuador
ha hecho un planeamiento completo para favorecer la
gran pobreza del pueblo bajo ecuatoriano especial¬
mente en cuanto se refiere a salud y educación.
Si ahora se observa cuidadosamente la parte me¬
ridional de la nación se adivina que tiene contacto
con el Perú en la parte sur del Golfo de Guayaquil
y que de allí parte un desierto que se prolonga inde¬
finidamente. Hacia el norte hay terrenos fértiles que
tienen que ser codiciados por el Perú y que la inva¬
sión del año de 1941, detenida por la explosión de
la guerra mundial, no tenía otro objeto que apropiar¬
se de ese territorio que para el atacante era de le¬
che y miel como dicen las Escrituras. Este peligro au¬
menta con la poderosa transformación que se efectúa
con la amplia región que abarca cerca del total de
la costa y que con la ayuda de los Estados Unidos es¬
tán estructurando una de las áreas más ricas desde
el punto de vista agrícola, con que puede contar Sur-
américa. No queda duda de que la conexión Ecuador
Brasil, que viene construyendo la carretera transcon¬
tinental, tiene por objeto conseguir un aliado decisivo
e influyente con quien contar en todo momento.
Todo esto se complica con la circunstancia espe¬
cial de que debido a la forma de la desembocadura
del Guayas, la mira más importante para la geopo¬
lítica peruana es influir sobre la faja ecuatoriana que
entra en el Perú formando una peligrosa punta de
crecimiento que une prácticamente a Talara, en el
Perú, con las poblaciones ecuatorianas de Piñas y Sa-
98 —
ragurro y llega hasta la Cordillera Oriental. Este en¬
cajonamiento de territorio abajo de Loja, fue objetivo
secundario buscado en el año 41 ya que es una de
las más importantes ciudades ecuatorianas en la rica
provincia de su nombre.
Además, la orilla del río Guayaquil, siempre abier¬
ta en su parte occidental, permite una profunda pe¬
netración de todas las líneas de comunicación que
van al Perú y lo atraviesan por su centro.
Nadie se atrevería a decir impúnemente que el
Perú quiera borrar esa punta ecuatoriana que tantos
beneficios podría traerle. Pero no está por demás re¬
cordar que a unos 888 kms. de Lima están los depar¬
tamentos de Lambayeque y Caj amarca y que sus tie¬
rras, especialmente las de Lambayeque, son de una
gran aridez pero debieron ser fecundas hace siglos,
lo que puede asegurarse por los prolongados acue¬
ductos por medio de los cuáles los incas regaban cerca
de 50.000 hectáreas de desierto. El Perú con ayuda
del Japón, resolvió regar unas 100.000 hectáreas. Fue
un gigantesco esfuerzo denominado el “Proyecto de
TINAJONES”. Como no se contaba sino con un pe¬
queño río, el Chancay, hubo necesidad de atraer otros
que iban al Amazonas, por la ladera opuesta de la
cordillera entre los cuales hay buena parte del Ma-
rañón. Los ingenieros aprovecharon parte de la ruta
que habían seguido los incas que en este caso mos¬
traron gran inteligencia y habilidad.
Reunidas las diferentes corrientes se alcanza a
regar cerca de 5.000 hectáreas y un poco después al¬
canzarán a aprovecharse cerca de 90.000 tan pronto
— 99
- I
como el embalse alcance a 300 millones de metros
cúbicos que formará una represa de 18 kilómetros i
cuadrados.
Esta obra construida casi en los límites de la '
provincia de Loja formará necesariamente un centro i
de crecimiento a donde acudirán todos los peruanos ¡
que desde hace siglos luchan desesperadamente por
conseguir un poco de agua para su vida en esa región.
Cuando ese centro haya crecido suficientemente aún
sin tocar la frontera, la situación no puede prede¬
cirse. Lo que pase, seguramente tendrán que resol- '
verlo entre los dos, sin mucha esperanza de los países
americanos. El Ecuador tiene un buen ejemplo.
Cuando sobrevino la invasión peruana y la reu¬
nión de Cancilleres en Río de Janeiro para estudiar
la medida que habría que tomar desde el punto de :
vista continental, el Ecuador tuvo que dejar en el >
Acta esta sentencia: “El Gobierno y el pueblo de mi /
* país, profundamente penetrados de sus obligaciones !
internacionales y su adhesión sagrada a la mancomu¬
nidad histórica de los Estados del Nuevo Mundo, han
concurrido a las sesiones preparatorias e inaugurales
de esta reunión de consulta. Al hacerlo así ha rendido j
a las repúblicas de América el tributo que su hora j
suprema exigía para vincular esfuerzos y voluntades j
contra agresión de fuera indiscutiblemente”. j
l
LA SIERRA
í
Tal como se dijo anteriormente, el Ecuador está I
atravesado de norte a sur por la cordillera de los ¡
Andes, amplia plataforma cuyos bordes, erizados de i
volcanes, se denominan Cordillera Oriental y Cordi- |
100 —
T
llera Occidental. Los valles que forman “los nudos”
por medio de los cuales se enlanzan las cordilleras,
son de una enorme riqueza. Esta circunstancia tiene
dos consecuencias: hacer del país una nación agrícola
y juntar sobre la Sierra el indio y el blanco. Este
dueño de las tierras y el otro servidor de mano de
obra, razón por la cual ha aprendido a ser excelente
trabajador.
Al trazar la línea divisoria entre Ecuador y Co¬
lombia no aparece la menor diferencia antropológica
entre los dos países. Si no existieran las aduanas y
las respectivas guarniciones fronterizas no se sabría
donde empieza un estado y donde termina el otro.
El todo forma una región antropológica perfecta ya
que se identifican en su lenguaje, en la alimentación,
las costumbres y muchos otros elementos culturales.
Los estudios etnológicos demuestran que así ha sido
desde tiempos precolombinos. Pero a medida que el
observador va alejándose de la frontera, empieza a
acentuarse una diferencia notable.
La costa está dominada, por así decirlo, por la
ciudad de Guayaquil, la segunda del país, un pueblo
de gran movimiento debido a las condiciones portua¬
rias y a la vía férrea que la une con la capital, por
la cual se mueven casi todas las exportaciones e im¬
portaciones. De esta manera Guayaquil viene a ser
un sitio vital para la nación desde el punto de vista
económico. Quito, en cambio, es una ciudad tranquila
en donde la economía nacional no juega otro papel
que el de repartición. La política y la dirección es¬
tatal absorben casi todas sus energías. Viene así el
Ecuador a ser un país con dos centros fundamentales,
económico el uno y político el otro, de manera que
— 101
puede decirse que los dos se equilibran en la vida
del país. Pero como Quito tiene un alma colonial y
la otra una comercial, se ha establecido entre los
dos una discrepancia política enorme que llega a ve¬
ces a extremos de una enemistad increible. Pero a pe¬
sar del desvío que existe en el Ecuador por el Perú,
éste trata de atraer a Guayaquil por todos los medios
posibles no obstante la gravedad de los hechos que
se enunciaron al hablar de la costa. El corazón de
Ecuador es la Sierra donde indios y blancos conviven.
Así a un medio geográfico de tan vastas proporcio¬
nes se enfrenta la raza ecuatoriana que lucha sin tre¬
gua para hacer progresar su país.
Pero a pesar del planteamiento que se ha hecho de
la costa ecuatoriana hay un hecho que puede cambiar
las cosas de una manera importante. Se dijo que Gua¬
yaquil —centro económico— se comunicaba directa¬
mente con Quito —centro histórico—. En esta forma
Guayaquil como objetivo estratégico para el Perú era
de importancia increible y esta aspiración ha sido
siempre para el país del norte una inquietud perenne.
Pero ahora el Ecuador ha construido en Manta —su
capital pesquera— uno de los más modernos y seguros
puertos, quizás el primero de la costa Pacífica sur-
americana.
Manta está situada aproximadamente en el pa¬
ralelo un grado sur, lo cual indica que queda ubicada
en el centro mismo de la costa ecuatoriana, en la
provincia de Manabí. Se trata de un puerto de aguas
profundas con un muelle de ciento cincuenta metros
que lanza dentro del mar. Unido por excelentes vías
a Guayaquil y a Quito hace que todo lo que se
necesita o produzca esta ciudad tenga una salida
102 —
mucho más corta y fácil que la habitual. Por esta
razón, Guayaquil perderá gran importancia comer¬
cial y dejará de ser como hasta hora casi puerto único
y se debilitará grandemente el sistema de centros
económicos e históricos.
Esto es tanto más evidente cuanto por lo dicho
anteriormente el desarrollo del litoral ecuatoriano, al
cual los Estados Unidos han ayudado tan largamen¬
te, habrá de ser un enorme centro de riqueza con
un puerto excepcional para sus productos.
Pero es necesario recordar también que Manta,
a causa de que la roza una rama de la corriente fría
de Humboldt lo mismo que la corriente ecuatorial
del norte, forma un excelente habitat para los peces
de diferentes clases cuyo enlatado y exportación cons¬
tituyen una considerable fuente de riqueza para la
nación ya que se aprecia en 110.000 toneladas anua¬
les. Esta fortuna se aumenta con la que aparece
en el archipiélago de los Galápagos por donde pasa
la casi totalidad de la corriente fría.
Pero hay un hecho típico que no puede olvidar¬
se en la geopolítica ecuatoriana y consiste en la si¬
tuación del ya nombrado archipiélago de Colón co¬
nocido generalmente con el nombre de las islas Ga¬
lápagos. Esta constituido por trece islas y notable
cantidad de islotes y formaciones rocosas que en total
miden 7.844 kilómetros cuadrados. Como solamente
cuatro islas tienen agua, es allí donde se ha tratado,
muchas veces inútilmente, de hacer colonias agrícolas.
El Ecuador geográfico corta por su centro al ar¬
chipiélago. Está situado a 1.000 kilómetros de la cos¬
ta ecuatoriana y a 1.600 del Canal de Panamá. Esta
— 103
circunstancia, sumada a que el grupo insular de
Oceanía más cercana se halla a 5.400 kilómetros, hizo
que los Estados Unidos, durante la segunda guerra
mundial, construyeran en la isla Baltra una impor¬
tante base que denominaron Seymour. Pasado el con¬
flicto el gobierno americano abandonó la base de¬
jándola en poder de la aviación ecuatoriana.
104 —
CONFEDERACION DEL PACIFICO
Cuando Pizarro partió con su expedición de la
isla de Cubagua en busca del renombrado “Birú”, se
detuvo primero en la isla de Gorgona y después en
otra llamada incomprensiblemente de “El Gallo”, un
poco al norte de la bahía de Tumaco* se vio en la
difícil situación de que la mayoría de sus compañeros
no querían continuar una travesía que no sabían a
donde iría a terminar. Fue entonces cuando en la
arena de la playa trazó una larga raya con su espada
y pidió a quienes quisieran seguirle que la pasaran y
a los demás que regresaran a Panamá. Trece expedi¬
cionarios, que luego harían grandes proezas, dieron
el paso. Se les ha llamado en la historia de América
“los trece de Gallo” o “los trece de la fama”.
Continuó Pizarro su viaje hacia el !?ur, dejando
de lado lo que hoy es Ecuador, salvo un pequeño con¬
tacto con la isla de Puná, y desembarcó en la tierra
peruana de Paita. Siguió al Cuzco, y tras sus desven¬
turadas crueldades con Atahualpa en el interior del
país, regresó a la costa el 6 de enero de 1535 y fundó
la ciudad de Lima que empezó su comercio con Pa-
— 105
namá, y por el oro descubierto se lleno de fama. Las
riquezas salidas de la nuéva ciudad llegaban al istmo,
lo atravesaban por la parte más estrecha que era la
que llevaba a Portobelo, y de allí iban a España.
Pero fuera de los bienes oficiales se hacía un intenso
comercio particular entre las dos ciudades.
Lima creó fama universal y la corte española que
ya había repartido la América del sur con el Brasil,
formó dos grandes divisiones administrativas: Nueva
España al norte de Panamá, y el Perú al sur, dejando
una grande extensión en la parte meridional del con¬
tinente que llamó Reino de Chile, designado por Carlos
V a dar un reino a su hijo Felipe, lo que le permitiría
casarlo con María de Tudor, heredera del Reino de
Inglaterra, y mantener así una buena amistad con
esta peligrosa nación. Con ese nombre duró esta co¬
marca hasta 1778 en que Carlos III la denominó Ca¬
pitanía General de Chile.
El inmenso Virreinato del Perú fue subdividido
en provincias cuyos límites eran prácticamente desco¬
nocidos y se nombraban de acuerdo con determinados
accidentes naturales, conservando los nombres indí¬
genas o tomando nuevos que les iban dando los con¬
quistadores. Esta forma vaga de la división habría de
dar más tarde origen a tremendas e interminables
disputas.
Para conocer sus extensos dominios, Francisco
Pizarro envió desde Lima en todas direcciones con¬
quistadores, pero especialmente al norte, hacia donde
fue su hermano Gonzalo; hacia el sur a Pedro de Val¬
divia y varios parientes suyos al sureste.
— 107
De la ciudad de Lima partía gran cantidad de
contrabando para el Río de la Plata aprovechando los
pasos de la cordillera y la inmensa red que forman
los ríos de la cuenca del Paraná. Informada la Corte
de este hecho partió el Perú en dos virreinatos: el
del Perú propiamente dicho, y el de Buenos Aires.
Desde aquí las riquezas podrán seguir a Europa direc¬
tamente y evitar el comercio clandestino.
La línea de partición se hizo, como siempre en
aquellos tiempos, sobre croquis dibujados por mineros.
Iba desde la parte Sur del Brasil hasta el límite que
Pizarro había trazado entre el Perú y el Ecuador para
precisar la jurisdicción de su hermano.
Al comenzar el siglo XIX las ideas de la revo¬
lución fracesa y la independencia de los Estados Unidos
empezaron a influir sobre las colonias suramericanas
con un espíritu de rebeldía contra la Corona y se
iniciaron juntas revolucionarias en diversos países. En
algunos como el Ecuador en 1809, fueron destrozadas
sin misericordia por los españoles, pero en el espíritu
revolucionara no se detuvo.
Hacia 1810 estallaron definitivamente las revueltas
pero de manera tal que los países y las juntas revo¬
lucionarias pudieran ayudarse entre sí. Si esta coope¬
ración no hubiera existido la independencia habría
tenido que esperar muchos años.
San Martín, que había obtenido éxitos en la Argen¬
tina, paso con sus tropas a Chile y ayudó a O’Higgins
a sembrar la libertad que no había podido lograr pese
a sus formidables esfuerzos. Conquistando Chile, San
Martín se dirigió al Perú y logró la independencia
i
I
j de la parte costera. Avanzó luego hacía el norte y
en Guayaquil se entrevistó con Bolívar que marchaba
hacia el sur. Después del encuentro el héroe argentino
partió para Europa y Bolívar completó la indepen¬
dencia peruana.
v Pero el Perú con su enorme extensión tenía una
[ parte en la costa, el Bajo Perú, y otra en la Sierra,
el Alto Perú. Después de la batalla de Ayacucho el
Alto Perú se convirtió en la república de Bolivia y
| quedó concluida la independencia suramericana.
El General Santa Cruz elevado a la presidencia
de Bolivia resolvió fundar una federación formada por
el Perú. Norte y el Perú Sur, más república de
| Bolivia. La oposición que trajo esta medida produjo
| como consecuencia la caída de Santa Cruz quien tuvo
| que abandonar el continente y entonces Perú y Bolivia
i volvieron a tomar su anterior nacionalidad.
¡ En el año de 1889 tenían determinadas extencio¬
nes de litorales Chile, Bolivia y Perú. Estos dos últi¬
mos se prolongaban hacia el sur, aproximadamente
hasta el paralelo 24 grados, un poco al sur del trópico
de Capricornio. Chile resolvió mejorar sus condiciones
económicas con el guano y el salitre que se producían
en la costa lejana: organizó un ejercito, invadió a
Antofagasta, perteneciente a Bolivia, y siguió luego
j; hacia el norte. Perú y Bolivia declararon la guerra al
v invasor y su mala preparación militar facilitó a Chile
un rápido triunfo que le permitió adueñarse de las
provincias peruanas, de una parte de Antofagasta,
Tarapacá y Arica, dejando a Bolivia sin salida al mar.
Los atroces derramamientos de sangre y el pre¬
dominio chileno obligaron a los pueblos de América,
i
— 109
entre ellos a los Estados Unidos, a solicitar una sus¬
pensión de hostilidades. Logrado esto, años más tarde
se fijaron los límites entre los dos países y las pro¬
vincias de Antofagasta y Tarapacá quedaron en poder
de Chile.
De acuerdo con las síntesis histórica que acabamos
de exponer, se ve que la historia de los tres países que
forman la confederación de Pacífico es prácticamente
una sola en forma tal que no puede aislarse la una
sin tener en cuenta los otros. Una cosa semejante su¬
cede al considerar que parte de los países muchas
veces han cambiado de dueños y han dado origen a
orientaciones políticas diferentes en cada uno.
EL PERU
“Se puede pintar el mapa del continente
suramericano con distintos tonos de
verde. La parte del Perú es la despin¬
tada. No hay lluvias, no hay vegeta¬
ción natural. Sólo las arenas del desierto
y allá lejos, las “sublevadas rocas” que
forman las cordilleras.
El Perú es un país de desiertos, sin
continuidad del medio habitable. Cien¬
tos de kilómetros de arenales, o de altí¬
simas montañas o selvas, separan los
centros de población. Los habitantes,
vivieron en los aduares o en los oasis
sin comunicación fácil y rápida entre
ellos. ¿Cómo pudo organizar el Inca una
poderosa nación en esas condiciones?
Solamente mediante un sistema mag¬
nífico de caminos y una* organización
de gentes en constante carrera entre los
horizontes, para llevar órdenes o reco¬
ger impresiones o noticias. España pudo
conservar y afianzar esa gran organi¬
zación, gracias al caballo. Durante el
— 111
GEOPOLITICA —7
siglo XIX la vida del hombre de la
costa, fue del tipo de aduar. Economías
municipales cerradas, horizonte geográ¬
fico estrecho, localismo. Son factores
que deben tenerse presentes siempre
para comprender el espíritu peruano”.
EMILIO ROMERO
Perú por los senderos de América.
EL PERU
LA CUESTION FRONTERIZA
El Perú es un país alargado de norte a sur, ya que
los meridianos son mucho más largos que los paralelos.
Esta circunstancia le ha permitido unir las dos Partes
más extensas de Hispanoamérica y que de ambas
Partes hayan participado en sus hazañas los liberta¬
dores que se moviéron en ambos sentidos. Por tener
al oriente el gran vacío de la cuenca amazónica se
a dicho que “El Perú es un camino”.
Aunque está situado íntegramente dentro de la zo¬
na tórrida, del paralelo 10 grados hacia el sur, las esta¬
ciones de la zona templada del sur se hacen sentir
con alguna severidad.
Una de las mayores complicaciones -geopolíticas
peruanas se relaciona con sus fronteras.
Al norte limita con el Ecuador y Colombia. En
cuanto al Ecuador ya se dijo cómo en la Conferencia
de Cancilleres americanos reunidos en Río de Janeiro
en el año de 1942 para poner fin al conflicto armado
entre el Perú y Ecuador, y poder hablar en términos
— 113
1
de unidad continental en referencia a la segunda gue¬
rra mundial, el Ecuador perdió una parte importante
de su territorio comprendido entre los ríos Zamora y
Santiago y la cordillera del Cóndor. Este hecho pro¬
dujo un profundo resentimiento en el pueblo ecua¬
toriano que aún está vivo, ya que es bien sabido que
los resentimientos que tienen su origen en un desacuer¬
do territorial son los que más perduran en el alma de
los pueblos.
Ya se dijo que si se mira detenidamente el mapa
de América del Sur se nota que el Ecuador penetra
en el Perú mediante una profunda punta de creci¬
miento en cuyo centro está la ciudad de Loja. El Ecua¬
dor no puede ensancharla porque al este está el golfo
de Guayaquil e inmediatamente al sureste de éste es¬
tán los yacimientos petroleros de Zorritos y Talara y la
fundación de Tinajones; además la diferenciación de
fuerzas armadas entre los dos países es una segu¬
ridad para el Perú. Por otra parte, el sentido impe¬
rialista que lo caracteriza, en cuanto se refiere al flanco
oriental de la punta, ese país hace cuanto está de
su parté para colonizar la región que obtuvo en la
Amazonia de acuerdo con el pacto de Río, y de esta
manera afirmar más y más su propiedad sobre el
territorio.
Con Colombiá la frontera con el Perú mide 1629
kilómetros y toda está formada por una línea fluvial
con excepción de una de las rectas, que forman la faja
colombiana que toca el Amazonas y se conoce con
el nombre del “trapecio amazónico”.
Los límites entre Perú y Colombiá han sido indeci¬
sos desde la colonia. Esto impulsó ál primero a lanzar
114 —
en 1853 un decreto por medio del cual señalaba como
de su pertenencia toda la Amazonia colombiana, fijando
sus límites en la línea meridional de los Llanos Orienr
tales del Orinoco y el piedemonte de la cordillera occi¬
dental de Colombia. La medida ocasionó choques y
reyertas en la región de modo que esta se tornó invi-
vible para los dos pueblos hasta llegar en el año de 1911,
un ataque sorpresivo de las fuerzas armadas peruanas
al puerto colombiano de La Pedrera, después del cual
se estableció un precario “modus vivendi” en la región,
el cual duró hasta 1922 en que se hizo un convenio
de límites conocido con el nombre de “Tratado Salomón
Lozano” el cual dejaba a Colombia una faja de forma
trapezoidal. El departamento peruano de Loreto no
estuvo de acuerdo con el trazo del trapecio y propició
una invasión a Leticia, principal ciudad de esta región
y colocó tropas considerables en toda ella. Esto dio
origen a un conflicto armado entre los dos países
que pudo detenerse gracias a la entonces llamada
Liga de las Naciones, cuya sede era Ginebra y que
tenía como finalidad el mantenimiento mundial de la
paz.
Los límites con el Brasil los arregló el Perú des¬
pués de muchas dificultades el 8 de septiembre de 1909.
La frontera peruano - brasileña avanzó hasta el río
Yavarí, tributario del Amazonas, el cuaj forma una
gran curva cuya convexidad está dentro del terri¬
torio peruano por el cual el límite va hasta encontrar
la frontera de Bolivia.
Hacia el este el Perú limita también con Bolivia.
Esta frontera parte en dos el Lago de Titicaca que está
en el centro del gran altiplano que mide aproxima-
— 115
damente 825 kilómetros de longitud por 135 de ancho.
Las diferentes tribus indígenas de ambos países, que
se agrupan alrededor del lago, se mueven de uno
a otro sin que hasta el presente esta involuntaria
violación de la frontera haya producido inconvenien¬
te alguno. El Perú no se conforma con que este alti¬
plano no le pertenezca, ya que durante el tiempo del 1
Virreinato Bolivia hacía parte del Perú y se llamaba !
entonces Alto Perú o Charcas. En 1834 el Mariscal
boliviano Santa Cruz formó una confederación inte¬
grada por Bolivia y Perú, éste dividido en dos partes
que se llamaban Perú del norte y Perú del Sur. Pero
Santa Cruz fue derrocado pronto y tuvo que emigrar
a Europa.
Hacia el año de 1878, Chile se encontraba en
una gran pobreza pero había logrado formar un ejér¬
cito disciplinado y fuerte. Perú y Bolivia se dieron
cuenta de estos preparativos e hicieron un acuerdo
defensivo que visaba una íntima coalición militar.
Sin embargo, ni mejoraron sus ejércitos, ni interrum¬
pieron sus disensiones internas. De repente Chile vio
su salvación en el salitre que surgió en la agricultura
como un abono de primera clase y que empezaron a
solicitar del exterior. Se comenzó a explotar ese pro¬
ducto en las grandes salitreras del Norte de Chile, y
como pareciera poco el producido, la ambición los
llevó a invadir la franja boliviana del litoral que
le había sido fijada desde su independencia y que cons¬
tituye hoy, aproximadamente, la provincia chilena de
Antofagasta, la cual parecía olvidada por completo a
pesar de que era muy rica en salitre.
Pero no se detuvieron allí los chilenos. Avanzaron
hacia el norte, en tierra peruana, y pronto los tres
116 —
países se vieron envueltos en un conflicto que se ha
conocido en la historia de América como la guerra del
Pacífico, que se desató en 1879. En mayo de 1880 se
efectuó una violenta batalla en sitio denominado El
Alto de la Alianza, en la cual los ejércitos peruano-
bolivianos sufrieron una tremenda derrota que obligó
a Bolivia a abandonar la contienda. El 17 de enero de
1881 los chilenos entraron triunfantes a Lima e impu¬
sieron su voluntad durante dos años hasta el 20 de
octubre de 1883 año en el cual vino la paz gracias
al tratado Ancón acordado el 20 de octubre de ese año.
Mediante este tratado el Perú accedió a que dos pro¬
vincias situadas al sur, Tacna y Arica quedaran con¬
geladas por diez años después de los cuales se fijaría
su pertenencia según un plebiscito. Pero esta conge¬
lación duró mucho tiempo. Cuando ascendió a la pre¬
sidencia de Chile el señor Alessandri, por iniciativa
del Perú se abrieron negociaciones y se nombró como
Juez al Presidente de los Estados Unidos quien fue
aceptado por ambas partes. La solución dada sobre
el terreno por el General Pershing en 1925, no fue
del agrado de Chile. Cuando alcanzó la presidencia
de este país el General Ibáñez del Campo se reabrieron
negociaciones directas y la provincia de Tacna quedó
del Perú y Arica se incorporó a Chile. Así se puso
fin a uno de los más candentes conflictos de límites
en la América del Sur.
*■
EL PREDOMINIO DE LA GEOGRAFIA.
La vida peruana, en sus diversos aspectos, está
condicionada por tres elementos geográficos, Costa,
Sierra y Montaña. La Sierra está constituida por la
región andina y la montaña, por la región amazónica
— 117
que, al partir de una altura de unos 500 a 600 metros
de la vertiente oriental de los Andes, se liga a la ama*
zonia. Cada una de estas entidades geográficas cons¬
tituye una zona aparte y una ciudad importante le
sirve como capital respectiva y las tres recorren el
Perú de norte a sur en el sentido de los meridianos.
Para conocer la geopolítica peruana es necesario ob¬
servar estas tres regiones separadamente.
LA COSTA
Uno de los fenómenos más trascendentales de la
costa peruana la constituye la corriente de Humboldt
cuyo origen se discute entre los técnicos en comentes
marítimas. Parece correr de sur a norte y llegar desde
el sur de Chile. Se trata de una corriente fría que
lleva consigo una cantidad de plactun, el alimento
perseguido por los peces. Esto ha hecho que el litoral
peruano sea una zona tan rica en pesca que se ha
colocado al país a la cabeza de las naciones pesqueras
del mundo, dejando atrás al Japón que hasta hace pocos
años ocupaba este lugar. La gran exportación de la
llamada “Harina de Pescado”, constituye una extra¬
ordinaria entrada de divisas. En la corriente circulan
enormes cardúmenes de anchovetas, tipo de anchoa
un poco más grande que las demás de su clase. Debido
a que las islas e islotes del litoral se han llenado de
“aves guaneras” que se alimentan de estos pequeños
peces y deja sus deyecciones en las islas, aparece él
guano. Este producto, inmejorable como abono ani¬
mal, aumenta la riqueza del Perú.
La corriente mide doscientas millas de ancho y
debido a la conformación andina el Perú no tiene una
verdadera plataforma continental puesto que el Zócalo
se halla a muy corta distancia de la línea de la baja
marea, circunstancia que ha hecho que juntamente con
Chile y el Ecuador, haya declarado un mar territorial
de doscientas millas y la vertical que corta esta distan¬
cia forma la llamada plataforma continental peruana.
El avance de la corriente hace que la costa sea
muy recta y por tanto haya escasez de puertos y ba¬
hías al mismo tiempo que el viento fuerte que pro¬
duce, hace que los puertos queden lejos de la costa
dejando en está solo los edificios que son necesarios
para todos los menesteres de importación y expor¬
tación. Por eso de las ciudades costeras se dice que
son dobles.
Todos los años, por la época de navidad, la corrien¬
te cálida ecuatorial del norte o Kuroshivo, que forma
una especie de enorme semicírculo uno de cuyos ex¬
tremos se acerca a la costa peruana en donde se le
llama “la corriente del niño”, debido a su presencia
en navidad. Esta corriente cálida monta sobre la fría
de Humboldt y causa trastornos en la pesca. Durante
ciertos períodos la “corriente del niño” adquiere una
fuerza inusitada que empuja la otra hacia el sur y al
calentar la corriente fría transtorna el medio ecoló¬
gico de los peces que se pierden o esconden produ¬
ciendo entonces la carencia de pesca y de guano y
afectando la economía del Perú.
Este país mantiene un constante temor de que se
abra en Panamá un canal interoceánico a nivel por
que al mezclarse las aguas de los dos océanos habría
de producirse un cambio completo en la corriente de
Humboldt que podría acarrear la ruina del país y
— 119
T
cambiar por completo la estructura del litoral y el
habitat de sus peces.
La corriente absorbe la humedad que traen los
vientos occidentales del Pacífico y como esta no llega
a tierra, se produce la carencia de flora, la falta com- j
pleta de lluvias y se forma uno de los desiertos más I
secos del mundo, que es atravesado por ríos de poca í*
consideración que descienden de la cordillera y cuyas |
aguas se utilizan para siembra de algodón de un tipo |
de fibra que se disputan los países fabricantes de telas
de este material; igualmente se produce una clase
gigante de girasol cuya semilla es un poderoso ali¬
mento para las aves de corral. La costa misma, a partir
de los límites con el Ecuador en donde hay prósperas
siembras de caña de azúcar, se prolonga con aridez |
absoluta hacia el sur y penetra en Chile. Este desierto, .
en anchura, arranca de la orilla del mar y se prolonga i
por el flanco occidental de la cordillera en toda su
extensión.
En medio de este desierto está Lima, la bella
capital peruana. Cuando Pizarro salió de Cubagua
hacia el sur, llegó al puerto de Paita, se internó en
el país hasta el Cuzco donde se hizo al oro de Ata-
hualpa y luego regresó a la costa para no perder su
conexión con panamá y fundó la ciudad el 6 de enero
de 1538 día de los tres reyes magos. Por lo cual, al con¬
cederle escudo de armas de la ciudad, se incluyeron
en él las tres coronas que ostenta. j
Lima es una ciudad nacional. De ella irradia por
toda la tierra peruana la importancia que tienen las
pocas ciudades peruanas. Es al mismo tiempo una
ciudad aristocrática. Las fluctuaciones estacionales se
120 —
sienten en ella en forma parecida a lo que sucede en
España, por eso los españoles llegaron allí, como lo
hicieron en Ciudad de México, con sus familias y la
mezcla racial fue muy restringida en comparación con
otros países suramericanos como Colombia cuyas ca¬
racterísticas climáticas retenían en la metrópoli a las
esposas, hijos y criados, lo cual ocasionó un extendido
mestizaje.
LA SIERRA
La Sierra peruana está constituida por la parte
más ancha de los Andes que sirve como una gigantesca
base sobre la cual serpentean dos ramales que se co¬
nocen con el nombre de cordillera oriental y occiden¬
tal. Allí vive más de la mitad de la población del país,
constituida por la raza indígena. Pero el indio se afe-
rra a sus costumbres al mismo tiempo que los españoles
de la costa quieren imponerle la suya. La conquista
del Perú no ha terminado todavía. A veces hay algún
mestizaje pero nunca una amalgamación de razas. Al
contrario, el producto de las dos razas es el chole, des¬
preciado por indios por lo que tiene de blanco y por
el blanco por lo que tiene de indio. Esto, más la dife¬
rencia del paisaje, los ha separado de una manera
fundamental. Por otra parte la vertiente de la Sierra
que da al Pacífico es completamente árida, por que
hasta allí ha llegado el desierto y no se encuentra en
toda su extensión planta alguna.
La Sierra fue la base del imperio incaico cuyo
origen se confunde con la leyenda. Todas las civiliza¬
ciones antiguas tuvieron su núcleo original y principal
a orillas de los grandes ríos. El Imperio Incaico no tuvo
— 121
ríos, escogió el Cuzco como base, como capital. Es un
milagro que con esa sequedad hubiera podido vivir
tantos años. El Imperio se extendió prodigiosamente.
Llegó por el sur hasta el norte de Chile y la Argentina
y por el norte hasta la parte septentrional del Ecuador.
¿Cuál fue su magnitud? No se ha podido calcular si¬
quiera aproximadamente. Algunos antropólogos le han
fijado hasta treinta millones de habitantes. En su or¬
ganización política se encuentran rasgos de las ideas
comunistas actuales hasta el punto de insinuar que el
Imperio incaico constituía un estado comunista. Segu¬
ramente la falta de alimentación produjo la eliminación
del Imperio.
Los Incas conquistaron los Ayamaras, una raza dis¬
tinta, con su lenguaje y costumbres propias, que vivía
a las orillas del lago Titicaca. Aún existe ese extraño
núcleo en el mismo lugar, dividido entre la parte pe¬
ruana y la boliviana.
Para el Perú la Sierra tiene el problema de la
lengua. Aunque muchos hablan español la mayoría
sigue con su idioma nativo que por ningún motivo
quieren cambiar. De esta manera al servicio militar y
a la educación pública les toca verse abocados a gran¬
des dificultades y al mismo tiempo prolongar enor¬
memente los períodos de enseñanza.
La Sierra misma tiene una gran cantidad de di¬
visiones netamente marcadas. Se encuentran en ella
tres elementos muy claros y diferentes que son los
cañones por donde circulan en el invierno algunos
ríos que se hacen importantes aunque pasan a gran¬
des profundidades. Separadas de éstas están las pía-
nicies cuyas partes más áridas y altas se conocen
con el nombre de “punas” y finalmente están las ele¬
vadas cumbres nevadas. Las agrupaciones humanas
serranas están separadas unas de otras y tienen cos¬
tumbres, formas de trabajo y de alimentación com¬
pletamente diferentes. Las dos cordilleras se unen a
menudo por ramales llamados “nudos”. Los habitantes
de cada uno de estos remansos andinos vive a su ma¬
nera, completamente separados de los demás. Entre
ellos está el famoso nudo del Cerro de Pasco, asiento
de la gran riqueza peruana y el cual forma a su vez
una especie de estrella fluvial.
A menudo se ha pensado en la montaña para poder
regar la costa árida. El primer pensamiento ha sido
la construcción de un túnel para desviar el Marañón
que nace en la parte alta de la Sierra e invertir su
curso de manera que vaya a desembocar al mar, des¬
pués de haber distribuido sus aguas por innumerables
canales. Otra idea, en la cual están en desacuerdo
Chile y Perú, es el desagüe del Lago Titicaca de ma¬
nera que en vez de que sus aguas tomen por el desa¬
guadero al lago Popo, vayan a la costa, obteniéndose
de esta manera una riqueza hasta ahora no imaginada.
Por el piedemonte oriental andino habrá de pasar
un día la carretera marginal de los Andes, la cual
arrancará de Maracaibo y seguirá la gran cordillera
atravesando Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia con
la intención de dar vida a la parte amazónica más
aprovechable.
Debido a las divisiones qüe acabamos de señalar
entre la costa y la sierra, parece imposible conseguir
fácilmente una unificación nacional. Sin embargo, el
— 123
país sueña siempre con la “peruanidacP que es la unir
ficación estrecha de todas estas partes aparentemente
¡discordantes.
LA MONTAÑA
Según se dijo ya, lo que se llama en el Perú la
Montaña o el Nororiente es el área que está incluida
en la región amazónica. Aunque la selva debería subir
por la pendiente andina unos quinientos o seiscientos
metros, la exhuberancia de la tierra trepa mucho más
por razón de que los vientos altos que corren ppr sobre
la selva arrastran cantidad de humedad que va a es¬
trellarse sobre el flanco cordillerano.
■¡
La ciudad principal de esta región es Iquitos, si¬
tuada a orillas del Amazonas. Durante el auge del cau¬
cho la ciudad creció en forma admirable pero luego
con la llegada del caucho sintético y la reducción de
su uso debido a la terminación de la primera guerrá
europea, empezó a decaer verticalmente. Sin embargo,
el trabajo tesonero de sus habitantes y la constitución
del puerto libre a donde llegan los barcos que vienen
de Europa y Estados Unidos, aprovechando la pro¬
fundidad del Amazonas que se convierte así en una
especie de Mediterráneo, hicieron que la ciudad si¬
guiera creciendo aunque a un ritmo más lento. A pesar
de esto Iquitos constituye, con Manaos y Belén del
Pará, las tres grandes ciudades de que se sirven como
puertos sobre el Amazonas.
Una de las cosas que ha mantenido a Iquitos con
una vitalidad notable es el hecho que desde el sur,
en las orillas del río Pachitea y las altas fuentes del
Ucayalí, se hallan las petroleras de Ganzo Azula que
124 —
han tendido hasta la ciudad un oleoducto que abastece
una refinería cuyo producto es fuente principalísima
de la navegación amazónica.
Fuera de estas fuentes petrolíferas anotadas arriba,
están también las nuevas reservas cerca de Iquitos,
en las proximidades del Río Tigre donde se han encon¬
trado grandes yacimientos en los sitios de Pavayacu,
Caripona y Trompetero, los cuales seguramente no
son sino el anuncio de una cuenca de grandes dimen¬
siones que hará del Perú uno de los países más ricos
en petróleo de toda América del Sur.
Los datos que ahora están en juego permiten hacer
esta aseveración. A unos mil kilómetros de la costa,
en el interior de la selva amazónica, se descubrió un
área que puede producir 700 millones de barriles de
petróleo. Con un empréstito de más de 5.000 millones
de dólares ha planeado y comenzado a ejecutar un oleo¬
ducto que ha de llegar a la costa, a la ciudad de Ba-
yovar, situada en la bahía de Sechura, no lejos de Piura,
rozando la profunda penetración ecuatoriana en el
Perú y aunque la tubería misma no ha sido obtenida
debido a los pedidos que todas las empresas petro¬
líferas mundiales han hecho a las casas especializadas,
mientras llega, el arreglo de los trazos que ha de re¬
correr y las innumerables obras de arte que requiere
llevar adelante por cuatro tramos en que- se trabaja
simultáneamente y que están consignados a diferen¬
tes compañías.
El oleducto compuesto por una tubería de treinta
y ocho pulgadas de diámetro deberá atravesar la mole
andina a 2.500 metros de altura lo cual exige grandes
estaciones impulsoras y moderadoras del descenso. Por
— 125
el momento está calculado que llegarán a la costa
200.000 barriles diarios y en un futuro no lejano se
podrá elevar esta cifra a 700.000 barriles.
Aunque muchos de los pozos están sellados en
espera de la llegada de la tubería conductora, ya entre
Petrobrás del Brasil y Petroperú se ha formulado un
convenio por medio del cual el Perú entrega diaria¬
mente 5.000 barriles de crudo que llegan a la refi¬
nería de Manaos utilizando las corrientes por las cuales
se deslizan “Chatas” que forman convoyes que son
arrastrados por “empujadores” de 3.800 H. P. Para
satisfacer este negocio el Perú se vio obligado a tender
tuberías y a hacer depósitos, trabajos estos que signi-
carón una fuerte erogación para el erario peruano.
No hay la menor duda de que si el sistema em¬
pieza a funcionar de acuerdo con lo planeado, el Perú
será un importante miembro de la OPEP y experimen¬
tará enormes transformaciones en todo sentido. Su
presupuesto se aliviará sobremanera porque además
de las nuevas entradas no tendrá que atender a la
compra de los 65.000 barriles diarios que extrae de los
yacimientos costaneros y economizará lo correspon¬
diente a 35.000 barriles diarios qué actualmente im¬
porta, los cuales son insuficientes para un tráfico si¬
quiera normal y puesto que hace largo tiempo viene
sufriendo restricciones violentas en todos los órdenes.
Una de las medidas ejemplares del Perú consiste
en que ya está levantando diversas fábricas destina¬
das a la petroquímica situadas en Talara, destinadas a
una gran producción de abonos químicos que tanto
necesita el país, mas solventes y negro de humo, para
todo lo cual cuenta con abundante presupuesto.
Otra medida de gran importancia que evitará en
el futuro numerosas fricciones entre el país y las com¬
pañías extranjeras consiste en el sistema económico
que ha dado en llamarse “Modelo Peruano”. Según
este medio no pertenece a las compañías ni el petró¬
leo ni la tierra. Sobre ellas pesan los gastos, y el estado
peruano les paga “sus servicios”, con cantidades de
petróleo crudo que van desde un 40 a un 59% de lo
que produzcan.
Con excepción de los ciento cincuenta kilómetros
que posee Colombia en la orilla izquierda del Amazo¬
nas todo el gran río es de propiedad en ambas orillas
del Perú y del Brasil. La constante navegación del río
y el comercio fluvial que ambos países mantienen en
la gran red fluvial ha hecho que estos dos países sosten¬
gan siempre unas relaciones muy estrechas que vie¬
nen desde hace ya muchos años. A Pucalpa, sobre el
río Ucayali, navegable hasta Iquitos, llegará la Trans¬
continental Amazónica, que construye apresurada¬
mente el Brasil y allí en Pucalpa se conectará con la
red de carreteras del Perú, y de esta manera el Brasil
alcanzará el Pacífico y tendrá un nuevo puente para
sus productos que vienen de la parte norte del hemis¬
ferio y que llevados al centro del país o a la región
amazónica, bajarán considerablemente el precio del
transporte, debido al corto recorrido considerado con
el actual.
— 127
BOLIVIA
“A los tres destinos que señala nues¬
tra geopolítica: el amazónico, el pla-
tense y el del Pacífico, se añade ahora,
para la actual generación, la conquista
de un cuarto que es sin duda el más
importante: el de nuestra frontera in¬
terior. Cuando no hayamos desarro¬
llado, en un esfuerzo mancomunado y
armónico, en el que participen todos los
bolivianos, el potencial inmenso que
atesoran nuestro altiplano, nuestros va¬
lles y nuestras llanuras orientales, otro
será el destino de Bolivia y por una
suerte de gravitación natural nuestro
país estará en grado de alcanzar el vie¬
jo anhelo de la reintegración, dentro
de una América Latina unida y solida¬
ria. Mis palabras no encierran amena¬
za para nadie, sino que alejan la frus¬
tración que siente hoy el pueblo bo¬
liviano ante un problema vital aún no
resuelto, pero al mismo tiempo la certe¬
za que bulle en el corazón de todos y
cada uno de los bolivianos de que esta
próximo el día en que se ponga fin a
— 129
este dogal que nos asfixia, y por el que
Bolivia siente que se la quisiera con¬
denar, aunque no sea ese el propósito
de nuestros vecinos a una existencia
precaria.
General ALFREDO OVANDO
El día del Mar.
bolivia
Bolivia está en el centro del continente rodeada
de países más fuertes que ella y especialmente por
tres de reconocido imperialismo como son Perú, Bra¬
sil y Argentina. Estas condiciones hacen difícil el
análisis geopolítico a lo cual contribuye el hecho de
que siendo un país “ciego”, esto es, carente de litoral,
la cultura europea ha penetrado allí en pequeña escala
y con grandes dificultades. De la misma manera la
falta de vías hace más enmarañado el asunto, pero
no hay duda que a pesar de la enorme cantidad de
riqueza que acumula el suelo boliviano, su aisla¬
miento contribuye, hasta cierto punto, a mantener la
paz continental.
EL HOMBRE:
Tiene Bolivia cinco y medio millones de habi¬
tantes, de los cuales el 80% está ubicado en la región
andina a una altura de 3.000 metros sobre el nivel
del mar. El 54% de la población es indígena, pero
de razas distintas: quechuas, aymarás y guaraníes;
aproximadamente tiene un 14% de blancos y el resto
— 131
GEOPOLITICA -8
pertenece a rezagos de antiguas familias indígenas
o extranjeras. Esto, no obstante que muchos de los
habitantes son bilingües, proporciona una tremenda
desventaja para el intercambio cultural, especialmen¬
te en lo que se refiere a la educación, a la organización
del servicio militar, a la administración pública y a
la atención al pueblo pobre y bajo.
La mayor agrupación humana está situada en los
alrededores del Lago Titicaca, que comparte con el
Perú. La homogeneidad de los grupos que rodean
el lago hacen que el paso de hombres y ganados por
la línea divisoria no presente rozamiento alguno en
lo referente a fronteras en los dos países.
Lo más importante de la geografía humana bo¬
liviana consiste en la formación de grupos. Aún entre
la gran agrupación del Titicaca hay divisiones que a
veces proporcionan disturbios políticos. Fuera de esto,
la geografía se impone de manera tremenda sobre el
hombre. Cuando Toynbee habla del reto del medio
físico sobre la raza que lo ocupa, el mejor de todos
los ejemplos que pueden ofrecerse es el de Bolivia.
Allí el desafio del medio a una población inculta, sin
medios, sin industrias, sin mar y en medio de una
irreparable clausura es tan grande, que parece im¬
posible vencerle. Le geografía que forma innumera¬
bles divisiones ha subdividido igualmente la población
y cada grupo tiene su carácter especial y único. Esto
parece a primera vista un hecho tremendo para po¬
der lograr la unidad del país. No es posible hacer
el recuento de las agrupaciones que constituyen los
1.098.518 kilómetros cuadrados con que cuenta la
nación.
132 —
Las dos cordilleras, central y occidental que bor¬
dean la inmensa plataforma de la cordillera de los
Andes, se abren un poco al sur de la frontera con el
Perú y forman un altiplano de 200.000 kilómetros
cuadrados en cuyo centro está el Lago Titicaca que
mide 8.340 kilómetros y se halla a 3.850 metros de
altura sobre la superficie del mar. Esta inmensa can¬
tidad de agua, que ha de ser una de las redenciones
americanas del futuro, se libra de las aguas sobrantes
por medio de un río, el Desaguadero, que va a des¬
embocar en un lago salado llamado el lago Popo. La
salinidad de este lago depende de que el Desaguadero
pasa por encima de grandes depósitos salinos. La
rama de la cordillera central que queda frente a La
Paz, capital de 530.000 habitantes recibe el nombre de
cordillera Real por la inmensa belleza que ostenta
al acercarse a ella, ya que sin exageración puede con¬
tarse entre uno de los más bellos espectáculos de que
goza el mundo.
A medida que se avanza hacia el este, en la cor¬
dillera oriental se produce una serie de rompimientos
y de irregularidades que se conocen con el nombre
de Yungas, que son como un laberinto de valles férti¬
les que van descendiendo hasta buscar el territorio
amazónico. Pero este descenso tiene dos direcciones
principales finales: la una hacia el noreste, a la cual
sirve de vía el río Beni cuyos numerosos afluentes co¬
rresponden al sistema fluvial del Amazonas y se con¬
tinúa al sureste por el ferrocarril Santiago-Puerto Sua-
res, una de las principales vías nacionales, que entra
al Brasil.
La otra es el Chaco Boreal que corresponde a Bo-
livia y tiene las mismas características de la región que
133
es propia de Argentina y Paraguay, en donde las esta¬
ciones tanto de invierno como de verano, tienen tal
intensidad que hacen casi imposible la vida y el trabajo
en ella y es por tanto uno de los más extensos vacíos
de la América del Sur.
ECONOMIA
Hay una especie de ley en geopolítica que indica,
cómo, casi sin excepción, el país de estado pobre y
suelo rico, está en peligro constante. Desde los prime¬
ros tiempos de la colonia, Bolivia ha sido una de las
regiones que ha ostentado bajo su suelo mayor canti¬
dad y calidad de riquezas especialmente en cuanto se
refiere a plata y estaño. De este mineral es el segundo
de los productores del mundo. Sitios, como el cerro
de Potosí, son sinónimos de riqueza. Hace pocos días
se acaba de descubrir un trozo de cordillera denominado
el cerro de Mitún en la frontera con el Brasil, extra¬
ordinariamente rico en hierro y manganeso, minerales
que necesitan imperiosamente sus vecinos, especial¬
mente el Brasil. Desgraciadamente para Bolivia los lu¬
gares más ricos en minerales van desde el Lago Titicaca
hacia la Argentina, lo cual puede dar la sensación de
una permanente tentación.
Bolivia tiene escasas industrias por razón de que
carece de carbón, hierro y acero.
La minería, la industria principal, hace que en los
diversos sitios de explotación haya agrupaciones muy
fuertes de trabajadores los cuales a menudo se enemis¬
tan entre sí y las agrupaciones en general a veces ha¬
cen huelgas, muy dañinas para el país, que causan
grandes trastornos económicos, lo cual obliga a tener
134 —
un ejército disciplinado y fuerte para poder endere¬
zar esas desagradables circunstancias que sin este me¬
dio tendrían ai país en una constante lucha interna.
Tiene también Bolivia en su parte meridional im¬
portantes yacimientos de petróleo, que explota con la
ayuda de compañías americanas. Un oleoducto que va
directamente a Arica lleva la parte que le corresponde
al exterior. Su cuota la divide entre Argentina y Bra¬
sil. Hace algún tiempo el único cliente era la Argentina
pero el Brasil que tantas delicadezas tiene para con
Bolivia toma ahora una parte principal del producto
a pesar del disgusto que esto produce a la Argentina.
En efecto, el 24 de mayo de 1974 los Presidentes de
Brasil y Bolivia se reunieron en la ciudad de Cocha-
bamba y firmaron un pacto por medio del cual el se¬
gundo país vendía al primero 240 millones de pies
cúbicos de gas de petróleo a un precio sujeto a revisión
de acuerdo con las alzas mundiales durante veinte años.
El principal depósito de petróleo boliviano se halla
en el área que rodea la ciudad de Santa Cruz de la
Sierra, sitio que recibe tensiones del norte y el sur,
es decir, del Paraná y del Amazonas.
Al mismo tiempo recibió sesenta millones de dó¬
lares para el desarrollo de la ciudad santacruzana la
cual ha cambiado en los últimos años en forma tal que
ha atraído innumerables individuos del altiplano que
hoy forman un vigoroso foco de crecimiento que va de¬
bilitando la importancia de La Paz y de Sucre que
eran los lugares de mayor interés. Ahora Santa Cruz
se ha convertido en foco dominante debido a la com¬
placiente ayuda de su vecino quien al mismo tiempo
hace importantes inversiones para la formación de
centros agrícolas y ganaderos en el mismo territorio.
135
Para facilitar la salida del petróleo al Pacífico, el
Brasil tiene el plan de ayudar a Bolivia a la construc¬
ción de un ferrocarril que úna a Arica en la costa chi¬
lena con Santa Cruz. Es lógico que con ello se habrá
abierto una nueva vía al océano a donde mira de
continuo.
Bolivia necesita para poder vivir, sacar sus mine¬
rales al comercio exterior, especialmente en los mo¬
mentos de escasez en que el precio puede ayudar pode¬
rosamente a la nación. No tiene sino tres vías para
hacerlo: el Amazonas, sometiendo su comercio al con¬
trol del Brasil pero desde allí hasta los lugares de con¬
sumo el costo del transporte eleva notablemente el
precio de venta. La otra vía es la del Paraná, en busca
de los barcos de Buenos Aires, pero ésta a pesar de las
ventajas que ofrece encarece el transporte aunque se
pueden utilizar barcos en que el transporte es barato.
Finalmente queda la dirección más conveniente que
es la del Pacífico, en la cual, según los convenios co¬
rrespondientes a la guerra del Pacífico, tiene que es¬
tar sometida la carga al control, ya del Perú ya de
Chile. Esta salida representa la cuestión política más
importante de Bolivia, y hasta ahora no parece tener
solución alguna debido a la intransigencia irrompible
de Chile y Perú. No obstante, busca maneras diplomá¬
ticas para llegar a algún acuerdo pero todas las pro¬
videncias tomadas no han dado resultado alguno has¬
ta ahora. Sin embargo un vocerío de las naciones la¬
tinoamericanas pide en todas las conferencias una sa¬
lida al mar para Bolivia. Desde mucho tiempo atrás,
voces muy calificadas de Chile reconocían la necesi¬
dad de ese acto de justicia a fin de que no se quedara
convertida en una nación mediterránea después de que
136 —
disponía en el litoral de los cuatro puertos de Antofa-
gasta, Mejillones, Cobija y Tocopilla los cuales pasa¬
ron por lá fuerza a hacer parte del territorio chileno:
“Domingo Santa María (Presidente de Chi¬
le, 1881-1886), que actuó durante la Guerra
del Pacífico, dejó estas palabras para la pos¬
teridad:
“No podemos ahogar a Bolivia. Privada de
Antofagasta y todo su Litoral que poseía
hasta el Río Loa, debemos proporcionarle
por alguna parte un puerto suyo, una puer¬
ta de calle, que le permita salir sin zozobra,
sin pedir venia”.
Arturo Alessandrí (Presidente de Chile,
1920), expresó:
“Con la franqueza que me caracteriza y la
verdad que acostumbro, les digo que Boli¬
via tiene toda la razón en pedir salida propia
al mar y Chile debe satisfacerla”.
“En la Declaración de Ayacucho, firmada en
Lima por Argentina, Bolivia, Chile, Colom¬
bia, Ecuador, Panamá, Perú, Venezuela, el
9 de diciembre de 1974.
“... el doctor Carlos Andrés Pérez, presiden¬
te de Venezuela, declaró en Lima:
“Es tiempo de demostrar que el Libertador
Bolívar no aró en el mar porque Bolivia debe
tener su mar y es el mejor homenaje que
podemos entregarle cuando celebremos el
sesquicentenario de Ayacucho”r
En la reunión de Presidentes en Santa Marta el 8
de febrero de 1975, el mismo Presidente dijo:
“En cinco años, para 1980, llegaremos, al
sesquicentenario de la muerte del Libertador
En una semana más estaremos en La Paz
celebrando el sesquicentenario de la funda-
— 137
ción de Bolivia, nación que no fue un in¬
vento casual sino expresión preclara de]
genio de Simón Bolívar. Allí estaremos pre¬
sentes para proclamar ante la conciencia
latinoamericana que si no somos capaces de
resolver el problema del mar para Bolivia,
esa injusticia nos estará gritando que lo de
la solidaridad y la unidad de nuestra Amé¬
rica no pasa de ser otro ejercicio verbal,
invocación y palabrería”.
Y en la entrevista de Charaña:
“.. .El 8 de febrero de 1975 se entrevistaron
en el pueblo boliviano de Charaña, los Pre¬
sidentes de Bolivia y Chile, y decidieron
reanudar las relaciones diplomáticas inte¬
rrumpidas (12 años después que el Gobierno
de Bolivia cerró su embajada en Santiago).
Siguiendo el espíritu de la Declaración de
Ayacucho, firmada en Lima, surgió la De¬
claración de Charaña, en la que Chile y Bo¬
livia se comprometen en forma conjunta a:
“Buscar fórmulas de solución a los asuntos
vitales que ambos países confrontan, como
el relativo a la situación de mediterraneidad
que afecta a Bolivia, dentro de recíprocas
conveniencias y atendiendo las aspiraciones
de los pueblos boliviano y chileno”.
COMO NACE BOLIVIA
El Virreinato del Perú era dueño de una poderosa
extensión territorial dentro de la cual queda hoy Bo¬
livia, llamada entonces Alto Perú o Charcas. La ri¬
queza mineral que se extraía tanto de la parte costera
como de la parte de Charcas, fue formando un camino
que desde el Perú iba a pasar a Buenos Aires en donde
el contrabando de metales preciosos se hizo de una
138 —
intensidad mundial. Para llegar a puerto se atravesa¬
ban las montañas y el altiplano por caminos arregla¬
dos precisamente para ayudar a este comercio. Había
habitaciones, animales de carga para cambio de trans¬
porte y era posible vivir a lo largo del camino. El punto
principal de todas estas vías comerciales clandestinas
era el sitio en donde, en una profunda hendidura del
altiplano, está la ciudad de La Paz, la cual se construyó
para poder establecer una constante vigilancia. Pero
en vista de estas condiciones la Corona decidió incor¬
porar a todo Charcas al Virreinato de Buenos Aires
para hacer más seguro el control. Cuando sobrevino
la independencia americana los argentinos hicieron
tres intentos armados para incorporar a Charcas a su
territorio pero a ello se opusieron los habitantes de la
región ayudados por el ejército del Perú. Por su parte,
Charcas intentó formar una república independiente
pero fracasó en sus intenciones hasta el año de 1824
en que fueron expulsados los españoles y así Bolivia
pudo hacerse libre en el año de 1826.
La formación de Bolivia constituye uno de los
más importantes hechos geopolíticos americanos. No
hay duda de que Bolívar era una de las más grandes
mentalidades espaciales de América. Para él, el sen¬
tido espacial primaba sobre todo. Bolívar tenía este
genial instinto pues consideraba que solamente, y en
América más que en ninguna otra parteólos grandes
espacios eran los únicos que iban a ser capaces de salir
adelante con los duros problemas que parecía presen¬
tar el porvenir. Este hecho se cumplió un siglo después.
Bolívar no quería que un espacio tan extenso como
el que formaba el Perú fuera dividido. Sucre, que ha¬
bía sido nombrado Gobernador de Charcas, creía que
— 139
una nación de gran extensión en el centro mismo de
la América, del Sur, con tantos vecinos y con un carác¬
ter un tanto expansivo como tenía el Perú, habría de
ser un grave dolor de cabeza para el desenvolvimiento
del continente. Las cartas de Sucre al Libertador, que
a la sazón está de Dictador del Perú, estaban llenas
de elogios y aún de halagos prometiendo que la nue¬
va nación habría de llevar su nombre. Bolívar contes¬
taba airado y aún llegaba a ser agresivo con Sucre a
quien tanto amaba. Pero el Gobernador no se dejaba
vencer hasta que al fin Bolívar fue lentamente pensan¬
do en las razones de Sucre, hasta aceptarlas por com¬
pleto. Y viajó a Bolivia desde Lima, y fue recibido
como un César y terminó por formarse la república
de Bolivia. El mismo Bolívar colocó a Sucre a la cabe¬
za del gobierno, como Presidente encargado, ya que
lo que se había pensado era hacer al Libertador Pre¬
sidente vitalicio.
Bolívar personalmente hizo la constitución para el
nuevo país, la que luego habría de ser llamada Consti¬
tución Boliviana, destinada a traerle grandes sinsabo¬
res por la forma dictatorial y extraña en que estaba
concebida. Uno de los artículos establecía, como si se
tratara de una nueva monarquía, un Presidente vita¬
licio y unos poderes públicos con cometidos diferentes
de los que se habían establecido en las diversas cons¬
tituciones mundiales.
Cuando Bolívar fue llamado urgentemente desde
Bogotá para que pusiera orden en las diferentes frac¬
ciones políticas antes de que llegara la guerra civil,
quiso poner aquí en marcha su constitución que a él
le parecía la única forma de arreglar un país para
que pudiera marchar adecuadamente. En Bogotá el
proyecto de Constitución boliviana fue estruendosa¬
mente derrotado. Todas las autoridades civiles y mili¬
tares la rechazaron con violencia, de manera tal que
hubo necesidad de dejar de lado como cosa olvidada
y casi prohibida la creación que el gran guerrero había
considerado como su hija predilecta.
Sucre, ese bello ejemplar de héroe suramericano,
quedó encargado de la presidencia de Bolivia. Su nom¬
bre lo dió el pueblo a su capital, antes de que se dis¬
pusiera que el poder ejecutivo se trasladara a La Paz
y quedara un país con dos capitales, legítima la una,
e improvisada la otra, y ambas como una rama de los
poderes. Así empezó pronto a sentirse deseos de mu¬
chos militares-políticos a alcanzar la Presidencia. Este
anhelo fue creciendo y ocasionando sinsabores en el
mando, hasta llegarse a una tentativa de asesinato del
grande hombre, quien al verse herido y sangrante por
aquellos por quienes había luchado denodadamente
hasta darles personalidad, abandonó el poder.
<r. ’
Al dejar Sucre la Presidencia sin reclamó alguno
y sin que hiciera el menor esfuerzo por conservarla,
vino a ese puesto el Mariscal Santacruz que se adueñó
del mando empleando en él toda la fuerza que fuera
necesario para que no tuviera que dejarlo por mucho
tiempo. Las ideas del nuevo mandatario fueron de lar¬
go alcance. Valiéndose de la situación caótica en que
se encontraba el Perú, decidió formar una gran con¬
federación compuesta por tres países que resultaba,
dividiendo el Perú en dos, constituida así: Bolivia, Alto
Perú y Bajo Perú. Contaba con un ejército fuerte para
sostenerla. Chile y Argentina se opusieron por que
creían que para ellas era una verdadera amenaza. El
mismo pueblo boliviano no consideraba muy buena la
— 141
medida y vino el derrocamiento de Santacruz quien se
refugió en Chile desde donde se vio obligado a exiliar¬
se en Europa por el resto de sus días.
Restablecido el Perú, en su antigua magnitud y
fuerza decidió atacar a Colombia para lo cual formó
un ejército poderoso y por la vía de Tarqui, en la fron¬
tera peruano-ecuatoriana, penetró en tierras colombia¬
nas. Bolívar, desde Bogotá, después de crudas amena¬
zas a los invasores peruanos, formó un ejército que
entregó a Sucre para que rechazara los intrusos. Tuvo
lugar una batalla que lleva históricamente el nombre
de la batalla del Pórtete de Tarqui, en donde el jefe
del ejército peruano, General Lamar, fue escandalosa¬
mente derrotado. Sucre, por su parte, tras de vencer
a Lamar, hizo con él el trazado de Girón, en el cual el
vencedor se mostró más hábil como militar que como
diplomático, dadas las grandes ventajas que otorgaba
al vencido, ventajas que después habrían de presentar
serios inconvenientes para el trazo de los límites de
los países.
Cuando se formó la república de Bolivia lo prime¬
ro que se hizo sabiamente fue el trazado claro de los
límites que enmarcan su territorio. Este alcanzaba el
mar en la región de Antofagasta, por cerca de dos
grados terrestres. Es cierto que esta lengua de tierra
por medio de la cual Bolivia se convertía en país
oceánico, era estéril y que su administración por los
poderes centrales era difícil, pero era en cambio un
don extraordinario que le permitía mantener su contac¬
to con el exterior.
Con todos estos avatares, la república de Bolivia
se entregó al caos y se entronizó una serie de dictaduras
que no ha terminado todavía.
Después de la tremenda derrota sufrida por las
fuerzas bolivianas en la guerra del Pacífico a manos
del ejército chileno, la pobreza de Bolivia empezó a
sentirse de manera aguda y para aplacarla no había
otro medio que la de exportar sus minerales. Tenía
tres caminos, de que ya se habló: el del Amazonas, el
del Paraná y el del océano a través de tierras que ya
había perdido. Y como la reconquista de la ribera per¬
dida era la más importante, decidió buscar todos los
medios para conseguirla. Lo primero que hacía falta
para ello era un ejército disciplinado y fuerte a fin
de pasar por entre Chile y Perú sin que sus flancos
fueran fácilmente rotos y su ideal deshecho, quizás
para siempre. El ejército empezó a ser formado por
un notable general alemán, el General Kundt, quien
lo puso a la altura del alemán que acababa de ser de¬
rrotado en la primera Guerra mundial y Bolivia fue
una verdadera potencia militar comparada con lo que
hasta entonces había sido aún en los más duros tran¬
ces de la independencia. Pero llegado el momento de
emprender la operación, y como el caso era de vida
o muerte, se optó por el plan del Paraná para el cual
Bolivia debía derrotar por completo al Paraguay y por
el río de este nombre pasar al Paraná y por él seguir
hasta Buenos Aires. Paraguay valeroso y heroico de¬
cidió hacer frente a la invasión y se presentó la lla¬
mada Guerra del Chaco, ya que era en este tremendo
teatro de operaciones en donde habría de realizarse.
La gente de ambos países murió de manera que aterró
a América. El conflicto parecía no tener fin a pesar de
la superioridad numérica de Bolivia y al mismo tiempo
presentaba los más sombríos caracteres debido a la
carencia de elementos, de alimentos y de agua en los
tiempos de sequía. América entera se unió para ter-
— 143
minar con un conflicto que tenía tan tremendas carac¬
terísticas y se logró suspenderlo. Se trazó una línea
de “alto al fuego” por donde había de pasar la frontera
de ambos y así se hizo. En el trazo, Bolivia perdió una
considerable cantidad de terreno que encerraba, entre
otras cosas, ricos yacimientos petrolíferos.
Con la pérdida del terreno a que tuvo que some¬
terse, la situación en Bolivia se hizo más caótica e
inmanejable; los dictadores se sucedieron con inusitada
frecuencia y tres potentados, Patiño, Aramayo y Has-
child se hicieron dueños de la riqueza minera bolivia¬
na. Los habitantes trabajan para ellos y así lo hicieron
hasta que los convirtieron en los mayores potentados
de la América Latina. Pero el pueblo estaba en extre¬
ma pobreza y por fin, apoyado por el ejército un Pre¬
sidente resolvió que las minas fueran para los bolivia¬
nos y no para tres privilegiados. Una revolución difícil
de ganar a causa del dinero que en ella pusieron los po¬
derosos que habían poseído las riquezas, fueron supri¬
midos como dueños de las minas y se dedicaron a dar
al pueblo una vida mejor que la que llevaban en aque¬
llos tremendos momentos. La población se dedicó a
trabajar con ahinco en la extracción de los metales
pero a menudo las huelgas contribuyeron a producir
grandes crisis económicas por lo que los obreros pen¬
saban que mientras más metal obtuvieran, sus salarios
podrían ser más elevados sin tener en cuenta que su
precio está sometido a las alzas y bajas del mercado
mundial y a la forma en que distribuían los mismos
bienes los otros productores en el comercio de los me¬
tales. Por mucho tiempo hubo en Bolivia una situación
anormal que todavía la conmueve.
r
EL TITICACA
Pero no son solamente los minerales los que cons¬
tituyen la riqueza de Bolivia sino el agua que se en¬
cuentra en el altiplano, en medio de una tierra poco
fértil y que recoge el inmenso lago Titicaca. El Des-
j aguadero, por donde el gran lago bota el agua sobran-
' te, se encuentra con un río importante, el Murí, y a
partir de esa unión, los bolivianos han pensado en la
posibilidad de proporcionarle un desagüe, que siga la
misma dirección de la vía del ferrocarril que va de La
Paz hasta Arica. Esta obra gigantesca y redentora para
el desierto de la costa necesita solamente en su trayec¬
to un bombeo de unos 350 metros y luego vendría un
descenso de 4.100 metros hasta el árido valle de Luta.
Pero resulta que la empresa se ha demorado a pesar,
de su importancia por razón de que Chile quiere de
r todas maneras beneficiarse ampliamente de estas aguas
y especialmente de sus caídas. Ya se habló del caso
del río Lauca; una cosa semejante intentaba hacer
Chile con el río Caquena, que tenía condiciones fron¬
terizas parecidas al Lauca. El intento estaba planeado
por la Corfo que es una poderosa institución chilena
para aprovechar de todas maneras las aguas del Altiplo
y las demás que puedan desprenderse de la cordillera.
La Corfo tiene propuestas para ofrecer a los damnifi¬
cados, como por ejemplo, devolver en fuerza eléctrica
una cantidad superior a todos los daños que hubieran
) sufrido con las medidas tomadas por ella. Este plan lo¬
gró milagrosamente y oportunamente suspenderlo Bo¬
livia pensando en el futuro. El país vive alerta con es¬
tas medidas hidráulicas tan avanzadas porque el río
Lauca, que es fronterizo, fue sin aviso alguno desviado
completamente de curso y dirigido al desierto en: don-
— 145
de Chile hizo grandes centrales para poder transformar
el cobre y de esta manera obtener mayores beneficios.
Este hecho produjo un tremendo rompimiento de rela¬
ciones entre Chile y Bolivia en 1962, época desde la
cual estuvieron rotas las relaciones entre los dos paí¬
ses hasta el 8 de enero de 1975, cuando se logró el en¬
cuentro de los dos Presidentes para reanudarlas pero
sin dejar nada resuelto en cuanto una salida al mar.
El despacho de los minerales bolivianos se hace
principalmente por el ferrocarril que parte de Oruro,
un riquísimo yacimiento que viene explotándose con
ventaja desde los tiempos de la colonia. Pero la clase
de ferrocarril, las inmensas alturas a que tienen que
elevarse y los pocos carros que por las grandes pen¬
dientes se ve obligado a llevar, encarecen el mineral
de manera considerable. En Arica, Chile ha permitido
a Bolivia tener los establecimientos necesarios para
hacer el transporte a los buques, pero el gran deseo
de la nación y que convendría también a Chile, sería
poder emplear la carretera Oruro - Iquique, vía que
permite por su trazado y sus relativamente cortas pen¬
dientes, aumentar notablemente el transporte y ha¬
cer el embarque en mejores condiciones. Pero Chile
se niega y Bolivia queda sometida a un inadecua¬
do medio de transporte, el alza del coste y final¬
mente a que en cualquier momento Chile ciegue la
línea para que Bolivia pueda salir de su estancamien¬
to. Antes de asfixiarse y atravesar una crisis econó¬
mica tremenda tendría que buscar la salida por Mate-
rani, en el Perú, con un recorrido mayor y con las mis¬
mas posibilidades de alza de tarifas o suspensión de
los permisos de exportación e importación.
146 —
No hay duda de que el pensamiento obsesionante
de Bolivia es el de su salida al mar y que desde hace
ya algún tiempo ha empezado a despertar en el alma
de la juventud la necesidad de hacer un esfuerzo su¬
premo, sea cual fuere la cantidad de sangre que cueste,
para volver al Pacífico. El cumplimiento del sueño
está lejano porque la profunda parcelación nacional
es uno de los más tremendos obstáculos para conseguir¬
lo. Quienes dirigen el adoctrinamiento de la juventud
lo han visto claramente. A este respecto son sabias geo-
politicamente las palabras del desaparecido presidente
general Alfredo Ovando en una alocución vibrante a
los niños y jóvenes bolivianos. “A los tres destinos que
señala nuestra geopolítica: el amazónico, el platense
y el del Pacífico, se añade ahora, para la actual gene¬
ración, la conquista de un cuarto que es sin duda el
más importante: el de nuestra frontera interior. Cuan¬
do hayamos desarrollado, en un esfuerzo mancomu¬
nado y armónico, en el que participaran todos los bo¬
livianos, el potencial enorme que atesoran nuestro al¬
tiplano, nuestros valles y nuestras llanuras orientales,
otro será el destino de Bolivia y por una suerte de gra¬
vitación natural nuestro país estará en grado de alcan¬
zar el viejo anhelo de la reintegración, dentro de una
América Latina unida y solidaria” (1).
(1) Discurso del Presidente de Bolivia en el “Día del Mar”.
— 147
CHILE
“La situación especial de Chile ha dado
a su pueblo un carácter insular que no
ha degenerado, hasta aquí en un sen¬
timiento de superioridad. Al sur, el
país está cerrado por la barrera de los
hielos antárticos, al norte, desiertos in¬
hospitalarios y sin vida lo aislan de
sus vecinos. A su espalda se alza el te¬
lón majestuoso de los Andes, y ante
él se despliega el más vasto de los océa¬
nos. No es de extrañar que, hasta la
aparición del aeroplano, Chile haya
tenido la mentalidad de una isla. La
geografía ha librado a los chilenos de
la tentación del gigantismo. La vida
florece en pequeñas comunidades: ciu¬
dades azotadas por los vientos y ro¬
deadas por los bosques impenetrables
en el sur: valles fértiles pero cercados
por montañas en el centro, adustos cam¬
pamentos de mineros aislados en la in¬
mensidad del desierto del norte. El país
ha llevado una existencia comparti-
mentada, cada región se ha dejado ab-
sorver por propios problemas y se ha
ocupado en luchar contra sus enemi¬
gos: los indios, los bosques, el clima. Es-
— 149
ta existencia, sin embargo, ha dado na-
cimiento a una lealtad nacional, común
a todas las provincias, pero no ha po¬
dido alentar excesivos sueños de gran¬
deza”.
TIBOS MANDE
América Latina en escena
CHILE
“Los Aymarás, que durante siglos ocuparon gran
parte de la nación, le dieron el nombre de Chile, pala¬
bra que en su lengua significa “donde la tierra acaba”
La palabra tiene un sabor infantil, irresponsable como
el primer rayo de sol que pasa acariciando nuestra
tierra en un amor rápido de amanecida y que, de un
vuelo, alcanza hasta el mar. Porque la tierra de Chile
es angosta. Hay regiones en que basta subir a un mon¬
te para poderlo abarcar con la vista desde la cordille¬
ra hasta el océano. Si el mar quedara en seco, po¬
dríamos bajar desde una altura de cuatro mil metros,
en la cordillera, hasta una profundidad de tres mil
en el mar sin haber recorrido más de ciento veinte
kilómetros en línea recta, entre la frontera y el fon¬
do del Pacífico” (1). *
Chile está situado en la parte suroriental de la
América del Sur y de todas las naciones suramerica-
nas es la que está más apartada de Europa y Africa,
lejos de los grandes centros culturales del mundo. En
(1) B. Subercaseaux. Chile o una loca- geografía.
GEOPOLITICA - 9
— 151
cambio, ocupa una excelente posición respecto a Ocea-
nía y a Asia suroriental. Por el norte empieza en Con¬
cordia, límite con el Perú y por el sur en la Antártida
en donde posee vastas extensiones. Queda así dividido
en dos partes, la una continental y la otra polar.
La parte continental, a pesar de su situación me¬
ridional, tiene tres salidas al Atlántico. La primera
está constituida por el Estrecho de Magallanes que
rompe la frontera argentina. Sobre este canal se pre¬
sentaron muchas discusiones hasta que el trazo fron¬
terizo fue pronunciado por el Rey de Inglaterra Eduar¬
do VII quien cortó bruscamente la frontera aunque
quedó el estrecho bajo la soberanía completa de Chi¬
le. Este fue el sitio del comercio y tráfico durante
muchos, casi podría decirse que siglos, hasta cuando
la ingeniería americana abrió el canal de Panamá. Es¬
ta apertura fue un golpe mortal para una región. La
segunda salida la constituye el canal de Beagle, situa¬
do más al sur y que pertenece por igual a Chile y Ar¬
gentina, hecho este que se presta a una estrecha vigi¬
lancia y a menudo produce rozamientos entre las dos
naciones que afortunadamente arreglan sus diferen-
dos con seguridad y prontitud. Y finalmente, todavía
más al sur, está el canal de Drake, el más difícil de
todos para la navegación y el que ofrece mayores peli¬
gros dada su situación extremadamente meridional don¬
de las estaciones ostentan una fuerza poco común.
En 1535 llegó del norte a Chile Diego de Alma¬
gro. Venía del Perú y había prestado oído a las con¬
sejas de los indios de que en aquellos lugares había
riquezas más impresionantes que las encontradas en
México y Perú. La avaricia empujada con fuerza.
Escogió como vía la de la altura de la cordillera,
152 —
“la puna”, en donde el camino se hizo duro y mu¬
chos de los indios que lo acompañaron murieron.
Al llegar, encontró nativos beligerantes y valerosos
resueltos a defender su tierra. La lucha duró mucho
tiempo sin que Almagro pudiera hacer cosa de pro¬
vecho, por lo cual las épocas de conquista y colonia
empezaron con gran retardo si se comparan con las
demás naciones, y esta demora habría de durar hasta
la independencia. En el afán de ganar tiempo se in¬
ventaron los más tremendos tormentos para los in¬
dígenas, en ellos la “empalada” que consistía en
sentar al indio sobre una estaca puntiaguda hasta
que su extremidad saliera ventajosamente por la
cabeza.
Ya estaban prácticamente independizadas de la
dominación de España la mayoría de las repúblicas
suramericanas cuando Bernardo de O’Higgins lu¬
chaba desesperadamente para conseguir la libertad de
su país, sin que le fuera imposible conseguirlo, unas
veces a causa de las disenciones internas y otras debido
a la intervención del Perú, cuando Don José de San
Martín vino con un ejército en ayuda de O’Higgins y de
esta manera se pudo conseguir la libertad. Pero como
en todos los que de un salto pasan de la esclavitud
a la libertad, la formación de juntas y partidos, los
grupos enemigos del sistema seguido por él Libertador
¡ y las ansias de poder hicieron imposible la vida de
O’Higgins igual que el manejo del país que tuvo que
abandonar para vivir como un refugiado en el Perú
por espacio de veinte años, en donde murió, soñando
siempre en Chile porque su última palabra fue esta:
¡Magallanes!
— 153
Chile tiene una superficie de 756.945 kilómetros
cuadrados de superficie sin incluir la parte de la An¬
tártida que mide 1.250.000. De la porción continental,
son desiertos y cordilleras 240.000 kilómetros cuadra¬
dos inadecuados para la vida del hombre. La longitud
de su costa es de 4.270 kms. Los sitios que se pueden
denominar como fértiles y que son fuertemente traba¬
jados, están distribuidos en el territorio y muy lejanos
a menudo, unos de otros. Esto hace de Chile una na¬
ción completamente compartimentada, de agrupacio¬
nes humanas muy distantes, aunque su topografía pro¬
duce innumerables paisajes de una belleza inigualable.
Abundantes son también muchas de sus riquezas na¬
turales.
LAS FRONTERAS
Si se mira un mapa de Chile se nota que su actual
frontera con la Argentina es la cima de la cordillera
de Los Andes, pero no siempre ha sido así. Una gran
parte de la nación transpasaba la gran cordillera y
llegaba más allá del piedemonte oriental en tierras que
pertenecen hoy a la gran nación del Plata. En 1563 per¬
dió la región de Tucuman en virtud de disposiciones
perentorias de la corona española. En 1876, por razón
semejante, perdió una considerable extensión en la re¬
gión de Cuyo y en 1881, para poder quedar como due¬
ño absoluto del Estrecho de Magallanes, debió conce¬
der a la Argentina parte de la Patagonia. Sin embargo,
como resultados de la guerra del Pacífico ganó al nor¬
te las provincias de Tarapacá, Antofagasta y Arica que
hoy integran su suelo.
Para poder delimitar su territorio Chile ha tenido
que resolver serios y complejos problemas con sus ve-
154 —
r
V
!
i
i
cinos. Limita al norte con Bolivia y Perú, al oriente
y sur con la Argentina.
El primer intento se efectuó con Bolivia. Después
! de estructurada la nación boliviana se reunieron en
Chuquisaca el 15 de noviembre de 1826 los Congresos
[ de Perú y Bolivia y se fijaron los límites de una manera
i confusa, especialmente a causa de que en muchas partes
se trataba de regiones que eran prácticamente descono¬
cidas. Bolivia quedaba convertida en cuatro provincias
mediterráneas sin el menor contacto con el mar. El
Mariscal Sucre, forjador de Bolivia, se dio pronto cuen¬
ta de este error y mandó una comisión para que esco¬
giera un punto en el cual el nuevo país encontrara el
Océano. La comisión determinó que la línea de deli¬
mitación boliviano-peruana debería ser una recta que
a partir del puerto de Cobijas, nombre que le fue cam-
• biado personalmente por Sucre por el de La Mar, su
compañero de campañas, alcanzara la cima de Los
Andes.
Al llegar Bolívar encontró este trazo fronterizo
desprovisto de toda lógica y completamente inútil pa¬
ra Bolivia y ordenó que se procediera de inmediato a
una inspección y que la línea se convirtiera en una
faja suficiente para mantener un comercio activo de
importación y exportación. Fue especialmente duro
con Sucre porque su espada victoriosa parecía privar¬
lo de sus dotes como diplomático. En su carta, Bolívar
* decía al Mariscal:
“¿Cuál sería la suerte de Bolivia si continua¬
se en su estado de separación? Segregada de
comunicaciones fáciles y directas con las po¬
tencias europeas y con muchas de las ame¬
ricanas se vería como repudiada por la civi-
— 155
lización; su comercio sería precario, costoso
y dependiente de la voluntad de sus vecinos
pues nadie ignora que el puerto de La Mar
es una empresa quimérica que jamás pro¬
porcionará ventaja alguna” (*).
Bolívar con su prodigiosa visión del futuro pensa¬
ba ahincadamente en la formación de la Federación
de Los Andes. Bolivia, Ecuador, Colombia y Vene¬
zuela deberían pertenecer a ella y si fuere posible se¬
ría integrada por el Perú a pesar de los pocos deseos
que mostraba. Con el objeto de hacer las cosas más
fáciles pedía al Perú que transfiriera a Bolivia toda
la parte del litoral situado al sur del río Sama, y aque¬
lla entregaría en cambio la provincia de Apolobamba
situada al oriente, pero el Perú rechazó la proposición.
Bolivia empezó lentamente a tratar de convertir
en faja de una cierta anchura la línea que le había
sido fijada al momento de su formación hasta cuando
subió a la presidencia del país el Mariscal Santa Cruz
(1829-1839) en que trató de dar a su país la autoriza¬
ción para realizar sus deseos.
Pero pronto empezaron a presentarse dificultades:
Hacia el año de 1862 cuando España trató de reconquis¬
tar el litoral Pacífico que antes le había pertenecido,
en acuerdo entre Bolivia y Chile en relación con los
límites, Bolivia podría hacer uso sin restricciones de
la línea del paralelo 24 al mismo tiempo que ejercer
el comercio en la forma que lo deseara en la parte del
litoral comprendida entre los paralelos 23 a 25, re¬
partiéndose las ganancias de la importación y expor¬
tación y constituyendo el departamento de Antofagas-
(*) Jorge Basadre. Historia del Perú. Tomo I. pág. 72.
156 —
ta. Pero Bolivia decidió por su cuenta ampliar más su
litoral anunciando para ello que se lo habían usurpa¬
do. Esta medida produjo una gran exacerbación en
Chile y la elevación del precio de exportación tomado
unilateralmente por Bolivia lo acrecentó. Después de
hacer el tratado secreto con el Perú de que se habló
anteriormente, el Congreso boliviano dio al gobierno
la siguiente autorización: “se autoriza al poder ejecu¬
tivo para declarar la guerra al gobierno de Chile,
siempre que, agotados todos los medios conciliatorios
de la diplomacia, no obtuviere la reivindicación del
territorio usurpado o una situación pacífica compatible
con la dignidad nacional”.
El límite entre las dos naciones no vino a arreglar¬
se sino en el año de 1904. Se trata de una línea que en
general no se ciñe a ningún principio. Mide unos ocho¬
cientos kilómetros de longitud y va desde el cerro
Caquecota hasta el cerro Zapaleri, esto es, entre el
Mar y la cresta andina.
La frontera entre Chile y Argentina mide unos
4.000 kilómetros incluyendo en ellos ese ángulo que
fija el laudo inglés de 1881 que llegó hasta la unión de
los océanos Atlántico y Pacífico en lo que pudiera
llamarse punta del continente suramericano.
Estas fronteras dan a Chile la forma de una es¬
trecha faja que podría decirse que sirve *de molde a
la política y vida chilena de acuerdo con las carac¬
terísticas que ofrece.
La primera cosa que determina es el sistema vial.
En efecto, un ferrocarril y una gran carretera centra¬
les van de norte a sur a lo largo del país, obligando a
un sistema vial en forma de espina de pescado porque
— 157
de esa línea principal se desprenden tanto hacia el
mar como hacia la cordillera ramales que conectan las
diferentes partes del país.
De otro lado, la longitud enorme del litoral impo¬
ne un extenso servicio de cabotaje. Aunque hay tre¬
chos de la costa que tienen forma de arrecifes hay
otros en que el mar penetra profundamente. Venga
de donde viniere, un país que tiene en longitud y la¬
titud desiguales dimensiones, puede ser roto en el sen¬
tido de los paralelos dividiéndolo en dos partes, una
al norte y otra al sur, situación ésta que desde el punto
de vista estratégico podría llevar fácilmente a una
catástrofe. Por esta razón también tiene distribuidas
a lo largo de su superficie un número considerable de
guarniciones que pueden contrarrestar el menor in¬
tento en este sentido.
Pero el mayor de los inconvenientes que trae con¬
sigo la forma es el establecimiento de grupos humanos
muy distanciados unos de otros que se han formado
en los sitios fértiles. Estas agrupaciones son diferentes
por la forma de vida que llevan, los trabajos a que se
dedican y la cantidad de extranjeros que han llegado
hasta ellos de manera tal que a menudo se cree que
se trata de naciones completamente distintas.
Si miramos a Chile en conjunto nos damos cuenta
de que parece una isla terrestre encerrada por la costa
y la cordillera al occidente y al oriente respectiva¬
mente. Al norte está el desierto y al sur el archipié¬
lago que limita el continente.
158 —
r
I la costa
!
' Ya habíamos dicho que cuando se fundó Bolivia
el límite chileno-boliviano pasaba por el paralelo 22
grados al sur del río Loa, y también que cuando el
caso insólito de la guerra con España, en que se unie¬
ron las dos naciones, el litoral boliviano se alargó
hasta el paralelo 24 grados sur, el cual duró hasta
cuando Bolivia expidió la Ley de 1878 en que gravó,
sin consulta, con un alza de diez centavos en la ex¬
portación del salitre y que los salitreros se negaron
a pagar. Fue entonces cuando se irritó Chile y vino
el pacto entre Perú y Bolivia, y se desató la guerra
del Pacífico en la cual se perdió todo contacto boli¬
viano con el mar.
El mar de Chile es muy profundo de tal manera
que casi prácticamente carece de plataforma continen¬
tal. Por eso desde antes de la Convención de Ginebra
de 1958 en que lo reafirmaron, fijaron de acuerdo con
el Ecuador y Perú, que se hallan en condiciones seme¬
jantes, una plataforma continental de doscientas millas
(Declaración Tripartita de 1925).
Los chilenos hacen figurar en su litoral la parte
de la Antártida que les corresponde. Carlos V cedió
a Gerónimo Alderete la totalidad de las tierras austra¬
les, pero éstas se mantuvieron en el olvido, y final¬
mente muchas naciones quisieron una párte de ese
sector perdido en el polo sur. Sólo en 1959, durante
la Presidencia del Doctor Aguare Cerda, pudo repar¬
tirse la Antártida entre los aspirantes, después de
prestar los trece países que se la repartieron, jura¬
mento solemne de que ese pedazo de globo sería dedi¬
cado exclusivamente para fines pacíficos. Se pensaba
— 159
entonces que alrededor de esa masa helada tenía su
origen la corriente de Humboldt, el mismo Humboldt
lo había dicho así, pero luego se sostuvo autorizada¬
mente la teoría de que la corriente viene de la sur-
gencia de las olas inferiores a medida que las de la
superficie son movidas por el viento. El deseo de po¬
sesión de una parcela en aquellos lugares provino de
que pueden existir debajo de la inmensa capa de hie¬
lo, grandes riquezas especialmente de las que están
ya agotadas en los otros continentes, y que se obten¬
drían si por algún medio de la técnica moderna pudie¬
ra producirse un deshiele. De igual manera se piensa
que esa inmensa mole helada puede ser la “nevera”
del mundo.
LA CORDILLERA
Desde los tiempos coloniales los pueblos de Ar¬
gentina y Chile no se quieren no obstante que las re¬
laciones diplomáticas son estrechas. No puede saberse
exactamente de donde viene esa antipatía que también
existe entre otros pueblos suramericanos. Aunque la
altísima cordillera los divide, y mira el uno hacia el
Pacífico y el otro hacia el Atlántico, dándose espalda
con espalda, parecen vivir orgullosos de su posición.
Quizás en parte se deba a que la Argentina no podrá
nunca ser país de “dos caras” es decir, extenderse en¬
tre los dos océanos y en cambio Chile, con su tierra
dura para el trabajo, siente subconscientemente la en¬
vidia de no poseer las fértiles tierras argentinas. Los
dos pueblos no tienen mucha confianza entre sí. Lo de¬
muestra el hecho de que en todas las grandes depre¬
siones de la cordillera ambos mantienen fuertes guar¬
niciones como si siempre temieran una irrupción
160 —
repentina. Se ve esto de modo muy claro en la gran
ensilladura que hay en el descenso andino por donde
van el ferrocarril y la carretera, más o menos en línea
recta entre Valparaíso, el primer puerto chileno, y
Mendoza una de las más pobladas y prósperas ciuda¬
des argentinas. Esta línea pasa inmediatamente al nor¬
te de Santiago, la capital chilena, de un lado y por el
otro toca el comienzo de la formidable red de comuni¬
caciones argentinas. La cordillera es la muralla que
defiende a Chile de que la Argentina vaya de mar
a mar.
Chile es un país andino. Los Andes son allí uno
de los sistemas de los más altos del mundo. Hacia la
mitad de su recorrido se produce el fenómeno del FO-
HEN, que consiste en que al pasar los vientos orienta¬
les por encima de la cordillera y descender por el otro
flanco con una temperatura mucho más alta que al co¬
mienzo, hecho éste que hace que el clima, en latitudes
muy bajas sea más tibio y agradable que en paralelos
semejantes. Otra cordillera, que aparece como una es¬
pecie de muro a la orilla del mar por un trayecto con¬
siderable y se conoce con el nombre de Cordillera del
Mar, anula los efectos de la corriente de Humboldt,
de manera que el centro de Chile se libra así de ser
un desierto como al norte, en Atacama, que es una
de las regiones más áridas del mundo.
Es la cordillera fuente de los minerales chilenos;
algunos de ellos inexplotados como el azufre de los
volcanes en donde se encuentra en una desconcertante
abundancia aunque en vez de constituir establecimien¬
tos que lo purifiquen y arreglen para el consumo, ex¬
trae tan poco que sólo alcanza para los requerimientos
internos y consumen el que se importan de Bolivia.
— 161
Cosa semejante sucede con el manganeso. Sólo el ni¬
trato se ha explotado científicamente con la circuns¬
tancia de que los productos químicos que hoy se pro¬
ducen como abonos de primera clase, van día a día
haciendo decaer la importancia de aquel. El hierro es
escaso comparada su cantidad con los diferentes paí¬
ses de América, pero tiene en cambio la ventaja de
que la distancia de los yacimientos al mar permite
económicamente transportar el mineral tanto para ser
trabajado como para la exportación. A pesar de lo dicho
la gran riqueza de Chile es el cobre. Grandes yaci¬
mientos explotados como los de Chuquicamata y el
Teniente lo colocan en segundo lugar entre los pro¬
ductores del mundo y es indudablemente el elemento
que equilibra y regula el presupuesto nacional. La
extracción de este mineral ocupa inmensa cantidad
de trabajadores. Es por eso que las huelgas de esta ra¬
ma en Chile producen efectos catastróficos sobre la
economía. Un juego muy inteligente es preciso para
mantener el precio equilibrado con el de los otros
productores: Estados Unidos, Zambia, Canadá, Congo
y Perú. Estas minas de cobre quedaron dentro del te¬
rritorio que tuvo que ceder Bolivia a Chile después
de la guerra del Pacífico. Como el país era pobre para
emprender grandes empresas de extracción, fue ne¬
cesario apelar al capital americano el cual a su vez se
hizo dueño de gran cantidad de acciones. Pero estas
fueron poco a poco compradas por Chile que logró
nacionalizar completamente su producido.
La cordillera no detiene, por así decirlo, su im¬
pulso hasta llegar al Cabo de Hornos, final de Suramé-
rica, pero al alcanzar el Estrecho de Magallanes salta
162 —
por encima de éste. En dicho salto forma una región
petrolífera, muy rica y casi única de Chile porque
aunque existen yacimientos más al norte, estos no son
lo suficientemente ricos como para permitir la im¬
plantación de refinerías. Al sur, sólo hay dos. Por eso
en aquellos lugares se buscan hoy de manera casi des¬
esperada nuevos yacimientos de esta fuente de ener¬
gía. Sin embargo, como la parte sur es muy rica en
pesca, se hace necesario que los residuos de las refine¬
rías confluyan al río Aconcagua, para evitar la impu¬
reza de las aguas especialmente en todas las islas de
ese laberinto que constituye el sur de Chile. La exis¬
tencia petrolera es pequeña: parece que sus reservas
no durarán al paso actual más de ocho años. Esa es la
región más importante desde el punto de vista ener¬
gético para Chile y por eso el estrecho se vigila cons¬
tantemente.
Esa angustia que causa las condiciones geográficas
de Los Andes han hecho que las demás naciones ame¬
ricanas busquen la manera de establecer una amistad
sincera entre Argentina y Chile. Uno de estos intentos
ha consistido en colocar en la parte más alta de la de¬
presión que se encuentra entre Valparaiso y Mendoza,
a 12.000 pies de altura, con el material de viejos ca¬
ñones que sirvieron en guerras diversas, una gigantes¬
ca imagen de Cristo. “El Cristo de Los Andes!’ que fue
levantado el 17 de enero de 1937 con representantes de
toda América, como promesa de amistad. A los pies
de la imagen se escribió:
“Estas montañas han de convertirse en pol¬
vo antes de que argentinos y chilenos que¬
branten la paz que han jurado mantener a
los pies de Cristo Redentor”,
— 163
El hielo de la cordillera podría un día llegar a ser
recurso fecundo cuando se logre conseguir un medio
técnico que permita derretir la nieve que la cubre.
Entonces Chile será un país húmedo y uno de los más
prósperos agrícolamente del mundo. Durante el verano,
se produce el deshielo y hay agua en abundancia, pre¬
cisamente cuando más se necesita, pero desgraciada¬
mente, debido a las altas presiones marítimas que se
forman al este y al oeste de la tierra chilena no ha
sido posible fijar el ritmo que siguen estas presio¬
nes, y por tanto los calores, fríos, nevadas, no pueden
predecirse con alguna exactitud siquiera aproximada,
lo cual causa frecuentemente grandes trastornos en la
agricultura.
Chile continental puede dividirse de norte a sur
en tres regiones vitales: al norte está el desierto, una
especie de paisaje lunar que tiene un río único que
lo atraviesa en todo tiempo, el Río Loa. Su riqueza
principal está constituida por los minerales de cobre
y por el salitre cuyos depósitos aparecen de lejos como
lagos lechosos repartidos irregularmente en el paisa¬
je. Quizás nadie ha podido pintar mejor esta tierra
que Gabriela Mistral en su libro, Cantando a Chile:
“Desierto tendido en una extremidad del mundo viene
a resultar el padre de las cepas italianas o rehace el li¬
mo anémico de las hortalizas en cualquier granja eu¬
ropea. La Pampa salitrera paga con su desgracia, como
santo penitente, el logro de los hombres cuya cara no
ha visto nunca y un poeta podría llamar “el Cristo
desnudo de la tierra”. La pampa se quema por su
propia virtud como ocurre con los dones excesivos.
Ella no conoce la piedad del río ancho, que desaltera
las arcillas en la misma medida que el sol abrasa; ella
164 -
recibe a lo más, la humedad traída que le pone la “ca-
manchaca”, una niebla ni espesa ni frecuente”.
Viene en seguida el centro, el gran valle chileno
al cual la cordillera de la costa ha salvado de ser un
tremendo desierto. Se trata de una tierra privilegiada
que agrupa la gente, trabajadora siempre, en sus pe¬
queñas parcelas en donde para obtener un resultado
económico hay necesidad de sembrar artículos que
puedan venderse a altos precios como las frutas y las
uvas escogidas para el inigualable vino chileno. El des¬
hielo de la cordillera dota de agua el valle y de ello
se ufana su capital, Santiago, una urbe siempre son¬
riente y alegre.
A partir del meridiano 42 grados S. la costa se des¬
fleca en islas. Fuertes vientos vienen del Atlántico al
atravesar Los Andes dejan humedad en las vertientes
de las islas en las cuales unas veces se producen los
pinos en una cantidad enorme y otras crecen pastos
que sirven de alimento a enormes manadas de corde¬
ros que son una de las mayores riquezas chilenas que
ayudan a su alimentación.
EL HOMBRE
La geografía ha hecho de Chile una nación com¬
pletamente compartimentada. Cuando llegaron allí los
españoles encontraron diversos grupos indígenas, unos
nativos como los araucanos, y otros venidos de lejanos
lugares: los Chibchas de Colombia, los Aymarás del
Titicaca, los Incas del Perú y los Guaraníes del Brasil
y del Paraguay, todos ellos diferentes entre sí por sus
costumbres y sus lenguas. La longitud del viaje impi¬
dió a los peninsulares, como sí pudieron hacerlo en
— 165
México y Perú, traer sus familias. La falta de muje¬
res extranjeras y la abundancia de las propias ayu¬
daron a un mestizaje muy extendido. Atraídos por
grandes riquezas, seguramente por la fecundidad del
valle central, llegaron emigrantes de diversas naciones
europeas, entre ellas yugoslavos e italianos que cons¬
tituyeron sus grupos y se establecieron formando abi¬
garrados conjuntos humanos. Después de la guerra
franco-alemana de 1870, Bismark tuvo la idea enorme
de hacerse dueño de la América del Sur y seleccionó
conjuntos numerosos y fuertes que fueran a las diver¬
sas partes. Unos que llegaron a la zona tórrida, a Co¬
lombia por ejemplo que no soportaron la agresión cli¬
mática y se debilitaron pronta y profundamente. En
cambio, en la parte de la zona templada como el sur del
Brasil, Argentina y Chile, se aclimataron fácilmente
y pudieron trabajar y adelantar sin dificultades ma¬
yores. En el año de 1950 se hizo un censo de extranjeros
que arrojó la cifra de 105.000. Es claro que todos estos
grupos tenían que trabajar duramente para conseguir
el dinero soñado o para poder traer sus familias en
el menor tiempo posible. Así se formó una raza fuerte,
distinta de los habitantes de las otras repúblicas sur-
americanas. Chile ha hecho siempre un esfuerzo enor¬
me por la educación del pueblo y ha logrado, para su
difícil defensa nacional, con raíces alemanas, formar
un ejército ejemplar en su preparación. Todas estas
circunstancias han hecho del chileno el hombre más
amante de su suelo lo cual ha llevado a un intenso
nacionalismo.
./
166 -
EL PACTO ANDINO
“Para nosotros la América Latina no
debe ser un simple mercado. Aquí se
juega el destino de Europa, que es co¬
mo decir el destino del mundo tal co¬
mo nosotros lo concebimos. Asia y Afri¬
ca son importantes, sin duda, para el
viejo continente. Pero en los próximos
cincuenta años la reserva de Europa
será la América Latina. Es nuestro re¬
ducto. Si aquí se pierde la libertad,
Europa irá a la deriva, Occidente ha¬
brá perdido la batalla”.
GIUGLIO ANDEREOTTI
Discursos políticos
— 167
EL PACTO ANDINO
El Pacto Andino es un acuerdo internacional he¬
cho entre los países que participan de la gran cordillera
de Los Andes que va desde Venezuela hasta Chile. Está
constituido por Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú,
Bolivia y Chile (1). Estos seis países que constituían
la parte más débil y discutida del continente se han
unido ahora para formar una especie de barrera que
hará frente a ese prodigioso cambio que se va suce¬
diendo en el mundo mediante el cual va perdiendo su
secular primacía el Atlántico para dar campo a ese
despertar gigantesco del “mar sin fin” que se denomina
“la era del Pacífico” que encierra casi la mitad del mun¬
do. Alrededor de este océano que comprende la sexta
parte del globo y casi la mitad de la parte enjuta de
la tierra cuenta con las mayores potencias existentes
hoy y una enorme cantidad de países en proceso de
desarrollo. En esa faja se encuentran todas las reli¬
giones, las razas, las ideologías políticas, las culturas,
(1) Después de levantadas estas líneas, Chile se separó del
Pacto Andino, aunque su decisión actual no parece
definitiva.
— 169
las industrias y en fin, una parte notable de lo que
constituye la civilización moderna. El todo, por extra¬
ño que pueda parecer, rompe los viejos moldes a que
estábamos acostumbrados y se mueve en toda dirección
para formar una unidad cuya meta no tiene aún per-
fines muy definidos pero cuyo dinamismo creciente es
notorio en todos los países que participan de esa uni¬
dad inmensa y que se aprestan para tomar parte en
la nueva civilización. Esta área desmesurada estuvo
por siglos dormida porque los barcos no podían atra¬
vesarla durante la navegación a carbón; cuando los
buques se movilizaron con petróleo y fue fácil mover¬
se en sus aguas de un extremo a otro, y la situación
empezó a cambiar. La aviación y las comunicaciones
redujeron el espacio y permitieron el contacto fácil
entre todas las entidades políticas circundantes. Fi¬
nalmente, la segunda guerra mundial dio cuenta de
las capacidades de esa fabulosa extensión, de las ri¬
quezas que contenía y de las capacidades humanas,
políticas y económicas de que podían disponer. Los Es¬
tados Unidos, Rusia y China son superpotencias que
cada día afirman las ventajas que logran obtener de
ese movimiento para sus ideas ecuménicas de conquis¬
ta económica o política o ambas a la vez. Los países
subdesarrollados no pueden obtener beneficios sino
en la medida de su capacidad de desarrollo. Por eso
Suramérica, con pleno conocimiento del futuro, com¬
prendió que sólo lograría grandes resultados por me¬
dio de unidades fuertemente constituidas. Por esa ra¬
zón el Pacto Andino representa una idea magnífica
para amalgamar una serie de naciones que puedan en
el porvenir obtener importantes beneficios. Otros paí¬
ses como Argentina y Brasil, para poner solamente dos
ejemplos, hacen cuanto está a su alcance para llegar
170 -
a las costas de ese mar del porvenir, de un porvenir
que ya empieza a ser una realidad.
Al hacer mención del Pacto Andino no se puede
asegurar que sea una unión geopolítica pero dentro
de poco, por su desenvolvimiento tendrá un contenido
geopolítico inmenso.
Hay que tener en cuenta que esas bases económi¬
cas muestran a través de la historia cómo en un mo¬
mento dado se convierten en entidades poderosas: “in¬
ventaron los americanos del norte, en 1782, el mercado
común como punto de partida al crear su república
federal y así han podido agrupar en siglo y medio
cincuenta y dos estados cuyo creciente poder les ha
permitido salvar a Europa en dos ocasiones. Siguiendo
ese ejemplo, los rusos montaron un mercado común
al proclamar en 1918 la República de los Soviets, y
hoy andan ya camino de la Luna. Tan evidentes han
1 sido estos resultados, que ahora Europa llega al ex¬
tremo de integrar los términos opuestos tradicionales,
Francia y Alemania, en un esfuerzo casi heroico por
formar su bloque y crear su continente” (*).
Conviene recordar que la conquista de Suramé-
rica fue una hazaña periférica. La parte hispana fue
dividida maquiavélicamente en muchas secciones para
gobernarlas mejor, lo cual trajo después de la inde¬
pendencia choques entre muchas de ellas y enredadas
controversias de fronteras, que aún no han podido arre-
* glarse y un conjunto de leyes que a pesar de ser ob¬
soletas, nos siguen marcando caminos y afirmando
costumbre de las cuales a través de siglo y medio no
hemos podido abandonar en innumerables aspectos.
(•) Germán Arciniegas.
— 171
GeOPOUTICA - 10
Los países, ya desprendidos de la * metrópoli se
sentían autónomos y hacían su comerció en lá forma
que querían. Pero las cuatro quintas partes del con¬
tinente está en la zona tórrida¿ productora de mate¬
rias primas que no podían transformarse y se vendían
a menudo a idénticos compradores que imponían en
cada caso los precios que les convenía y nos devolvían
los productos manufacturados a los valores que ellos
imponían. Esto tendría que mantener a una gran can¬
tidad de países en un angustioso subdesarrollo del
cual se esfuerzan por salir.
“A menuda se habla de la-importancia del comer¬
cio suramericano, pero es un comercio fragmentario
debido muchas veces a nuestras rencillas políticas ¿y
a menudo intentamos hacernos competencia, acción es¬
ta que nos trae resultados catastróficos. Solo haciendo
lirí frente común podemos llegar a una unidad sólida
qué hará que nuestro comercio tenga uri verdadero
valor en la conciencia mundial.
“Pienso que esa unidad será forjada desde abajo
hacia arribajes decir, a partir de los hechos, iniciati¬
vas y esfuerzos individuales y públicos, pero sobre
todo individuales. La unidad débé prender primero' en
las mentes; por eonsiguiénte, la primera prioridad és
convencer a los dirigentes dé la América Latina de
que íá unidad es una tarea inaplazáble, sin cumplir lo
cual las demás serán ineficaces, y que ello fortifica el
que hacer de las generaciones de hoy.” (*).,
(*) Ottocar Rosarios. América Latina^; una nación.
172 —
SINTESIS DEL PACTO ANDINO
En el año de 1966, siendo presidente de Colombia
el Doctor Carlos Lleras Réstrepo, fue visitado por los
Presidentes de Chile, y Venezuela y representantes de
los gobiernos de Perú y Ecuador. El sentido principal
de la visita consistía en buscar la manera de formar
un sistema de integración regional. .
Acordados los lincamientos generales de este his¬
tórico intento se firmó un Pacto que fue denominado
Acta de Bogotá. El gobierno de Bolivia pidió luego
ser admitido como firmante del citado documento.
- i
Con el fin de hacer una reglamentación detallada
y precisa, se efectuó una reunión de Plenipotenciarios
de los gobiernos de Colombia, Bolivia, Chile, el Ecuador
y él Perú, 'quienes después de llegar a numerosos por¬
menores los consignaron en un estatuto modelo que
se denominó Pacto de Cartagena. Venezuela se abstuvo
dé firmar; este documento.
Como al tratar de llevar a la práctica el Pacto
se encontraron algunas dificultades, ,se convino en ha¬
cer en la capital peruana una reunión para considerar
las modificaciones del caso y en 1973 quedó completo
un Convenio que incorporaba a Venezuela al Acuerdo
de Cartagena. Las reformas y nuevas condiciones para
la integración se denominó Consenso de Lima.
f . En el Pacto Integral se designaron las distintas
autoridades que debían ordenar en. los diferentes ra¬
mos la táctica que convenía-seguir. Las más altas de
estas fueron la Comisión y la Junta, las cuales cuen¬
tan con la ayuda de diferentes comités.
La comisión, que es el órgano máximo del Pacto,
está constituida por un representante plenipotencia¬
rio de cada uno de los países miembros. Su cometido
principal es fijar la política general del acuerdo y adop¬
tar las medidas necesarias para lograr la meta fijada
y resolver los problemas que puedan presentarse en el
cumplimiento del Pacto y al mismo tiempo reglamen¬
tar el ingreso de capitales extranjeros.
En segundo lugar viene la Junta que es el orga¬
nismo técnico formado por tres miembros que se re¬
levan cada tres años y deberán pertenecer a un país
latinoamericano y trabajar solamente en los objetivos
trazados por la Comisión y a ella someterán en consul¬
ta todos los planes de acción que piensan poner en
práctica.
Después está el Comité Consultivo, integrado por
personal de los países miembros. Su principal cometido
es el de asesorar a la Junta en los trabajos que esta
le solicite. Este comité es el órgano a través del cual
los países signatarios están en estrecha vinculación con
la Junta..
Está en seguida un Comité Asesor Económico y So¬
cial integrado por representantes de los trabajadores
y empresarios de los países miembros.
Aparte del Acuerdo de Cartagena se convino en
formular dos acuerdos más: el Convenio constitutivo de
la Corporación Andina de Fomento (CAF) que aspira
a una equitativa repartición de las inversiones y crea¬
ción y ampliación de empresas, ciñéndose a lo dis¬
puesto por el Acuerdo de Cartagena y luego el Con¬
venio Andrés Bello de integración educativa, cientí¬
fica y cultural que busca desarrollar estos cometidos
174
en la Región Andina, trazando las normas y haciendo
los esfuerzos necesarios para lograr su meta.
El Pacto Andino es indudablemente un paso muy
importante en la unidad suramericana. Si miramos un
mapa de este continente vemos de inmediato que mues¬
tra tres sistemas orográficos dispuestos en forma tri¬
angular y por cuyos intervalos corren tres de los más
importantes ríos del mundo: el Orinoco, el Amazonas
y el Paraná. El Amazonas, que recibe las aguas de las
tres vertientes interiores, el mayor del globo, corre por
una gran llanura a la cual Humboldt denominó la
Hylea Amazónica y tiene una superficie aproximada
de ocho y medio millones de kilómetros cuadrados.
La disposición geométrica de la hidrografía y la
orografía, ha dado ya origen a dos unidades multina¬
cionales que son el Pacto Andino y la Cuenca del Pla¬
ta. Falta solo una confederación amazónica para cubrir
el suelo suramericano.
Hay que considerar, sin embargo, que de los países
andinos que integran el Pacto, Chile es el único que
no participa en la Hylea. Los demás sí la comparten
lo cual acarrea un doble compromiso de cada uno de
ellos con características completamente diferentes. Di¬
ficultades se van a presentar en el futuro con los paí¬
ses que tienen un elemento primordial que sirve de
base a sus presupuestos como sucede con el café de
Colombia, el cobre de Chile y el estaño de Bolivia.
Otras más serias aún consisten en la necesidad de
salvar a Bolivia de su mediterraneidad y la búsqueda
de una solución al mal entendimiento que existe entre
175
Ecuador y Perú debido a la no aceptación del pueblo
ecuatoriano del trazo que hizo; de sus fronteras la reu¬
nión de Cancilleres americanos que se efectuó en Río
de Janeiro en el año de 1941.
De todas maneras al formar estas unidades es: ab¬
solutamente indispensable que los países estén dis¬
puestos a ceder un poco, de su nacionalidad en bene¬
ficio del conjunto. ■ .
LA CUENCA DEL PLATA
“Necesitamos conseguir que esas lar¬
guísimas fronteras vacíás se dinamisen
y pueblos con habitantés que vivan eh
paz y seguridad; debe ser, en mi con*-
cepto, el propósito y el objetivo del
programa a cumplir. Y esto constituyó
el desafío más grande que se haya he¬
cho en nuestra época a la capacidad y
la imaginación creadora del hombre.
Para enfrentar ese desafío necesitamos
no sólo los más modernos conocimiem
tos técnicos, sino también una aptitud
moral y una especial actitud espiritual
que nos permita ver los problemas y
buscar soluciones con una gran com^
prensión para nuestros mutuos anhe¬
los y aspiraciones y con gran perspec¬
tiva histórica. Necesitamos integrarnos,
necesitamos participar de nuestros pro¬
blemas, de nuestras necesidades, de
nuestras aspiraciones culturales y so¬
ciales. La integración económica es un
aspecto muy importante pero no es en
absoluto toda la integración”.
JUAN DOMINGO PERON
IV Conferencia de Cancilleres de los
países de lá cuenca del Plata
177
CUENCA
DEL
PLATA
o
178
la cuenca del plata
Los geólogos después de detenidos estudios han
logrado comprobar que Suramérica está constituida
por dos continentes que debido a las fuerzas marítimas
y al levantamiento del fondo abisal llegaron a unirse.
Los Andes detuvieron ese movimiento de avance hacia
el oeste dejando en la unión de las dos partes una
profunda hendidura que va desde la desembocadura
del Orinoco hasta la del Paraná en el Río de la Plata.
Esta división profunda, selvática y húmeda, trazó en
cierto modo el destino de nuestro continente porque
fijó los campos de colonización española y portugue¬
sa. Y este tipo de fisura ha definido la organización
continental. España se dedicó a la parte occidental y
Portugal tuvo campo abierto para hacer su colonización
gigantesca del Brasil aparte de los trabajos españoles.
Estas dos partes se distinguieron en que el Brasil for¬
mó una civilización homogénea, mestiza y casi indí¬
gena, única, mientras que la parte española se dividió
en una serie de países de organización y raza distinta.
Quedaba allí incluida la Argentina, en parte, y al for-
— 179
marse como nación veía como su vecina crecía des¬
mesuradamente mientras ella se encontraba en condi¬
ciones de inferioridad.
Si uno contempla el mapa ve que esa hendidura
tiene un levantamiento pequeño aproximadamente en
el paralelo 16 grados sur donde las estribaciones an¬
dinas de Matogroso casi se unen a la del planalto bra¬
sileño, formando así dos vertientes, una que va hacia
el norte y otra que va hacia el sur. La parte que se
dirige a la punta del continente es la que se ha deno¬
minado Cuenca del Plata. Por ese levantamiento que
sirve de divisoria de aguas se estableció el camino que
iba desde el Virreinato del Perú hasta Buenps Aires,
ya para negocios oficiales o de contrabando tan frecuen¬
te en aquellos tiempos por la abundancia de la plata y
el oro, que tanto mortificó al rey Carlos III que ló lle¬
vó a formar el Virreinato de Buenos Aires que después
habría de ser honra y prestigio de la Corona.
Sebastián Caboto en 1526 de paso por las costas
del Brasil oyó hablar de que al sur había grandes ri¬
quezas, monarcas que se vestían de plata y que éste
metal, lo mismo que el oro, abundaban. Se trataba de
una especie , dé Dorado que lanzó a los conquistadores
en su búsqueda. Por eso llegó a la desembocadura del
Paraná y siguió-río arriba en una codiciosa aventura,
ya que este río venía a formar el eje de la región en
donde debían encontrar los habitantes millonarios. En
vista de los fracasos obtenidos, pero siempre con la
idea de que en algún lugar pudieran encontrarse ri¬
quezas sin cuento, la corte española nombró a Pedro
de Mendoza para que hiciera un reconocimiento deta¬
llado. Mendoza siguió el Paraná y continuó su direc¬
ción hasta llegar al Perú, pero hallando allí todas las
180 —
cosas organizadas y sintiéndose fuera de dominio al¬
guno se dirigió al Paraguay en donde se radicó por
mucho tiempo. Otra expedición hacia la Cuenca salió,
del Perú pero al llegar á Buenos Aires se encontró con
que todo estaba organizado por los residentes y que
nada podría obtener para sí mismo. Lo mejor que po¬
día hacer era sumarse a los hombres que se habían
establecido , én el comienzo de la piudad en su entrada
del Paraná, que habían denominado Buenos Aires. Otra
expedición salía de Chile, se adueñó de la parte orien¬
tal de la cordillera y en sus flancos formó ciudades que
fueron progresando lentamente a mucha distancia de
Buenos Aires. Todos los expedicionarios terminaban
por fijarse a la tierra que era fértil y volverse hacen¬
dados en áreas tan extensas como lo quisiera su codicia.
De la Cuenca del Plata participan el sur del Bra¬
sil, el suir de Bolivia, el Paraguay, él Uruguay y la Ar¬
gentina. Es raro que al establecerse las nacionalidades
después de su independencia hubieran resultado, dos
países de enorme extensión, uno hacia el norte, el Bra¬
sil, y otro hacia el sur, la Argentina, ambos ricos. Y
al mismo tiempo aparecieran dos países pequeños y
pobres, Paraguay y Bolivia. El Brasil, con todo su ade¬
lanto y poder, entró a formar parte muy importante
de la Cuenca a pesar dé su grandeza y prosperidad.
El sistema fluvial del Rio de la Plata'es uno de
las mayores del mundo. Su superficie es aproximada¬
mente de 3,100.000 kilómetros cuadrados.
El río Paraná es indudablemente el más impor¬
tante de los ríos de la Cuenca y el que le sirve de eje.
Es, por decirlo así, el padre del sistema hidrográfico.
Todo el Paraná superior se encuentra en el Brasil,
— 181
luego forma el límite entre Brasil y Paraguay y Ar¬
gentina y Paraguay para .después internarse en la Ar¬
gentina, en seguida de recibir el gigantesco afluente
del río Paraguay, e ir a desaguar en el río de la Plata.
La hidrografía de la Cuenca tiene características
muy especiales. Está formada en síntesis por tres gran¬
des ríos que son el Paraguay, el Uruguay y el Paraná,
el mayor de todos y uno de los ríos más largos del mun¬
do, que están separados por pequeñas alteraciones oro-
gráficas. Cada uno de ellos tiene innumerables afluen¬
tes, y el conjunto del Paraná y el Uruguay, se unen
y desembocan en el mar en una profunda entrada que
ha sido denominada Río de la Plata. Pero la cáracte-
rística principal de la hidrografía de la cuenca es cómo
corre en descenso creando una especie de escalones
que forman caídas, las cuales constituyen para el área
uno de los emporios de fuerza hidroeléctrica más im¬
portantes del globo.
Como en la región el petróleo no es muy abun¬
dante, se ha tratado de aprovechar esta circunstan¬
cia para reemplazarlo, hasta donde es posible, con el
fluido eléctrico. Baste decir que fuera de las centrales
hidroeléctricas actuales hay 35 proyectos estudiados y
algunos de ellos de dimensiones enormes como sucede
con el de Itaipú que habrá de producir cerca de
100.700.000 Kw lo que hará de ella la mayor de las
represas eléctricas del mundo. Se pueden citar algu¬
nos que están muy adelantados y empezaran a funcio¬
nar dentro de poco tiempo como sucede con la central
de Urubumpunga entre Paraguay y Brasil, el de Gay-
ra que producirá de 1.6000.000 Kw, lo cual traerá una
economía cerca de US$ 100.000.000 al año, Salto Gran¬
de en el río Uruguay entre este país y la Argentina
182 —
en la cual los militares han influido para que quede
dividido por razones estratégicas, en las dos riberas
del río. La presa de Yacy-retá entre el Paraguay y Ar¬
gentina, sobre el Paraná, con una producción de
2.100.000 kilovatios y así sucesivamente hasta hacer
una lista interminable.
Cuando el gran geógrafo alemán Ratzel estudió
desde el punto de vista geopolítico la Cuenca del Plata
dijo entre otras cosas algo que conviene recordar aquí:
“El río en territorios planos y en países meridionales,
es el enlace y la fuerza de atracción entre los países ri¬
bereños. El territorio de una misma cuenca fluvial for¬
ma, ante todo, una unidad geográfica y económica que
puede trascender políticamente si no concurren otros
factores. Las diferencias nacionales en una misma cuen¬
ca hidrográfica se forman, no en el sentido horizontal,
sino en el vertical en correlación con los distintos secto¬
res de su curso, el superior, el medio y el inferior. Los
territorios situados en este último son los más indepen¬
dientes. Los del curso superior serán los más aislados
y los del curso medio servirán de punto de transición.
entre el primero y el último pero más unidos con el
sector inferior por la atracción incontrastable del mar.
Si a los distintos sectores del curso del río se corres¬
ponden terrazas de dislocación que den un nivel dis¬
tinto al territorio, las diferencias entre aquellos pue¬
blos serán más notorias llegando a extremos de ver¬
dadera contraposición”.
Esta inconveniencia de los ríos como fronteras tie¬
ne razones importantes: los grupos humanos que se
enfrentan en las dos orillas, debido especialmente al
clima, llevan una forma de vida y de trabajo seme¬
jante; ambos se sirven del río como vía de comunica-
— 183
ción, fuente de alimentación y muchas otras cosas que
hacen la vida y las necesidades homogéneas. Pero en
cambió* a partir de cada orilla, hay leyes díferéntek,
distintos códigos de navegación, prescripciones aduá-
néras diferentes y a veces antagónicas, facilidad de
paso de indocumentados y cosas pór el estilo son con¬
diciones que separan los países en lugar de unirlos y
esto facilita los rozamientos entre habitantes y auto¬
ridades que enfrentadas, pueden llegar, aunque parez¬
ca cosa de poca monta a convertirse en conflictos
nacionales. Las cuatro quintas partes. de las diferen¬
cias diplomáticas y aun de los conflictos armados sur-
americanos, han sido conflictos de “humedad”, es de¬
cir, que en ellos un río juega el papel preponderante.
La diplomacia suramericana podría llamarse úna diplo¬
macia fluvial. Es debido a estas condiciones que la
Cuenca del Plata es uña de las regiones que mayor
número dé conflictos armados ha tenido en la América
del Sur, en donde se ha vivido más azarosamente y
por temporadas muy largas a veces y en donde ha
habido menos comprensión y armonía entre las nacic^-
nes. Con alguna razón esta área se ha llamado “Los
Balcanes de Suramérica”. !
Durante mucho tiempo la Cuenca del Plata, a
pesar de ser una neta unidad geográfica, estuvo divi¬
dida políticamente sin intento alguno de unificación
hasta el momento en que : se comprendió que era un
error dejar que tierras tan fértiles que tanto podían
servir como auxilio mutuo, estuvieran completamente
aisladas. Después de la reunión de la Asociación y
Libre Comercio ALALC, en punta del Este, Argentina*
se quizo reparar el error y se pensó entonces en for¬
mar una sociedad de ayuda mutua que en forma co-
184 —
mún explotara todas las facilidades y las riquezas
que ofrecía, especialmente en cuanto a su potencial
hidráulico. Desgraciadamente en lá primera reunión
que se hizo para llegar a un acuerdo, Argentina, en una
forma por demás arrogante, puso como condición pri¬
mordial que al establecerse la entidad era, ella Ja que
en último término debía dar la decisión sobr% cual¬
quier obra que se emprendiera. Los demás países se
negaron a aceptar esta propuesta que consideraban de¬
nigrante para su soberanía.
Pasados unos días Argentina protestó porque el
Brasil y el Paraguay, en el río Paraná que les servía
de frontera, habían planeado la gigantesca represa dé
Ittaipú, la cual era considerada como perjudicial para
la navegación del Bajo Paraná que atraviesa su terri¬
torio. Brasil y Paraguay se negaron a aceptar las obje :
dones de Argentina ya que se trataba de la represa
más grande del mundo y no tocaba sino el límite co¬
mún. El Presidente argentino Juan Domingo Perón,
comprendió en su segunda Presidencia que era una
idea equivocada y que había que ceder en la cuestión
de Ittaipú y las demás que se presentaran, por medió
de diálogos amistosos, que nada tuvieran que ver con
discusiones o imposiciones de los países más fuertes,
y así empezó a tratarlo llegando a arreglar muchas
divergencias. en forma amigable.
*»
En el año dé 1966 cuando ocupaba la Presidencia dé
la Argentina el Dr. Arturo Illia* se logró formar imá
anidad que se conoció cómo el Comité Inter guberna¬
mental Coordinador de la Cuenca del Plata y se le de-?
signó con la sigla CIG. Se pensó que la obras podían ser
comunes a dos naciohes o a tres, y no era necesario que
fuera una empresa para el total de la Cuenca, pero se
— 185
deseaba que se pensara y obrara a fondo en las obras de
infraestructura que permitieran repartir fácilmente los
recursos entre todos.
Durante algunos años los progresos fueron escasos,
especialmente debido a cierta escondida rivalidad en¬
tre Brasil y Argentina que no se arreglaban fácilmen¬
te, basada especialmente en la construcción de obras
relacionadas con la fuerza hidráulica. Pero Perón, que
comprendió la magnitud del problema y que por otra
parte soñaba obstinadamente con la unidad surameri-
cana, hizo hábilmente los arreglos para limar las as¬
perezas y seguir adelante en el desarrollo de la región
que en ese momento tenía setenta millones de habitan¬
tes y que al terminar el siglo contaría con cien millo¬
nes. Suavizadas las cosas se empezó a hacer reuniones
periódicas como las de la ciudad boliviana de Santa
Cruz en 1966, la de Brasilia en 1967 y la de Buenos
Aires en 1968 que tenían por finalidad perfeccionar el
tratado. El Documento quedó redactado a satisfacción
de todos. Deja en libertad a los países, salvando su so¬
beranía, de hacer los planes nacionales que a bien tu¬
vieren y del mismo modo se podía hacer todo proyec¬
to de conjunto sin necesidad de formar un comité su-
pranacional por cuanto podían venir desavenencias a
causa de la prelación del mando. La autoridad máxi¬
ma del CIC residía en los cancilleres de los cinco paí¬
ses y aunque en el tratado podían encontrarse algunas
dificultades para realizar determinados trabajos, se
había dado un gran paso adelante.
Ahora era la Argentina la que más se interesaba
porque el plan se llevara a cabo lo más pronto posible
y al mismo tiempo que se ampliara tanto como fuera
realizable. Perón, en la VI Conferencia reunida en
Buenos Aires se expresó de la siguiente manera:
186 —
“Queremos conseguir que esas larguísimas
fronteras se dinamisen y pueblen con habi¬
tantes que vivan en paz y seguridad. En mi
concepto debe ser el propósito y objetivo
del programa a cumplir. Y esto constituye
el desafío más grande que se haya hecho
en nuestra época a la capacidad y a la ima¬
ginación creadora del hombre. Para enfren¬
tar este desafío necesitamos no sólo los más
modernos conocimientos técnicos sino tam¬
bién una especial aptitud moral y una acti¬
tud espiritual que nos permita ver los pro¬
blemas y buscar las soluciones con una gran
comprensión de nuestros mutuos anhelos y
con una gran perspectiva histórica”.
Pero no hay la menor duda de que el problema
geopolítico más importante que se presenta en la cuen¬
ca es el relacionado con la parte fluvial y marítima
del llamado Río de la Plata. El delta terminal del Pa¬
raná comienza a 320 kilómetros de su desembocadura
con un ancho variable entre 18 y 61 kilómetros, y cu¬
bre un área de 14.100 kilómetros cuadrados. El delta
va aumentando anualmente entre 70 y 90 metros lo
cual se explica por la enorme cantidad de sedimentos
que arrastra el río, especialmente los provenientes de
los afluentes y de manera muy particular del río Ber¬
mejo que descarga sobre el gran río cerca de 100 tonela¬
das de residuos al año. El río cae en el de la Plata por
innumerables brazos, como el Paraná, Bravo, el Para¬
ná de las Palmas y muchos otros que por sí mismos
parecen ríos gigantescos. Prácticamente el -Río de la
Plata está formado por la desembocadura del Paraná
y el Uruguay que se unen para tocar el agua del mar.
Durante la colonia se fundaron en el río de la Pla¬
ta dos ciudades: una en la misma desembocadura de
— 187
los ríos, como puerto militar que pudiera defender de
invasiones el territorio que fue llamado Buenos Aires
y otra 200 kilómetros afuera llamada Montevideo cuyo
cometido era facilitar el comercio. Hasta el 30 de ene¬
ro de 1961 el estuario del Plata era una especie de ba¬
hía cuyas aguas estaban abiertas a la libre navega¬
ción de todos los barcos del mundo. En esa fecha Ar¬
gentina y Uruguay convinieron en que el Río de la
Plata no era una bahía para el uso universal sino un
río y su vigilancia y aprovechamiento competía so¬
lamente a las dos naciones. Ya prácticamente más
afuera, se trazó una línea de base desde la Punta del
Este en Uruguay hasta el cabo San Antonio en Ar¬
gentina quedando la entrada como aguas interiores,
con dos grandes ciudades que son Buenos Aires y Mon¬
tevideo, que a pesar de la distancia están enlazadas
entre sí. Sin embargo la preponderancia comercial y
política la ejerce la Argentina.
El trazo de esta base y la denominación de aguas
interiores que dieron a la bahía se ha prestado a dis¬
cusiones a veces desagradables, entre los dos países
dueños. Una de las dificultades es el trazado de la lí¬
nea media correspondiente, la cual presenta grandes
contratiempos. Uno de estos consiste en que el canal
para los buques de gran calado va muy cerca de la
costa uruguaya en razón de una isla denominada de
Martín García que se halla a unos trescientos metros
de la costa y por entre ella y el litoral pasa el thalweg
del río, lo cual, desde el punto de vista estratégico, ha
molestado a la Argentina la cual pretende que la línea
media no sea trazada de acuerdo como lo pide el Uru¬
guay, por la mitad de la bahía, sino por el thalweg,
de tal manera que la isla no puede pertenecer al Uru-
188 —
guay. Brasil e Inglaterra quisieron apoderarse de esta
isla y llegaron a dominarla por algún tiempo hasta que
de nuevo volvió a ser propiedad Argentina como lo
había sido durante la Colonia y la República. La am¬
bición además de su posición estratégica de primera
clase, es debido a que se han encontrado en la isla
j algunos yacimientos de petróleo que si bien no son de
ventajosa explotación, si son un anuncio de que en el
fondo del río y en las islas que forman los distritos
que vienen por el Paraná, puedan existir cantidades
grandes de petróleo que serán una riqueza inmensa
para poder satisfacer la falta actual de este elemento
para las dos naciones. Las diferencias sobre la perte¬
nencia de la isla se ha sometido a diversos tribunales
¡ pero siempre han fallado en favor de la Argentina.
En cuanto a la navegación que se hace del Paraná
! hacia el mar o viceversa para llegar a Buenos Aires,
hay necesidad de hacer un largo rodeo para seguir el
thalweg acercándose hasta casi tocar la costa urugua¬
ya. Para evitar esta vuelta, que encarece el transpor¬
te de carga, se construye ahora por parte de la Ar¬
gentina un canal, al sur de la isla de Martín García
que una la capital directamente con la entrada del mar,
aprovechando el brazo de la desembocadura del Para¬
ná denominado Paraná de las Palmas. Es una obra de
gran aliento, que asegura a Buenos Aires su navegación
por el Paraná en una forma directa y exolusiva.
¡ Pese a todo lo anterior hay que considerar un he¬
cho que podría llamarse singular en el conjunto de
la cuenca del Plata. Entre los cinco países que la inte¬
gran los tres más débiles, Uruguay, Paraguay y Boli-
via han resuelto unirse más estrechamente para formar
una especie de confederación que además de ser una
entidad económica fuerte, sirva como ejemplo de uni¬
dad a los otros países suramericanos. El nombre del
conjunto se ha formado con las sílabas iniciales de los
tres nombres: URAPABOL. Constituida en 1963, su es¬
caso dinamismo no le había permitido destacarse con¬
venientemente.
r
ARGENTINA
“El pueblo argentino no se conforma
con ser una nación entre otras: quiere
un destino peraltado, exige de sí mismo
un futuro soberbio, no le sabría una
historia sin triunfo y está resuelto a
mandar. Lo logrará o no, pero es so¬
bremanera interesante asistir al disparo
sobre el tiempo histórico de un pueblo
con vocación imperial... Creo que esa
alta idea de si mismo anidada en este
pueblo es la causa mayor de su pro¬
greso, y no la fertilidad de su tierra
ni ningún otro factor económico. La as¬
piración hacia lo alto es una fuerza
de sucesión que moviliza todo lo infe¬
rior y automáticamente produce su per¬
feccionamiento.
JOSE ORTEGA Y GASSET
— 191
GEOPOLITICA - I 1
j
i
ARGENTINA
La Argentina tiene la forma de un inmenso tri¬
ángulo cuya base es el trópico de Capricornio, el lado
occidental lo forma la cordillera de Los Andes y el
oriental el océano Atlántico.
La cordillera de Los Andes constituye una alta
pantalla contra los vientos del Pacífico y se obtiene así
un clima muy semejante a la parte templada de Eu¬
ropa. Las inmensas planicies que encierra y su extra¬
ordinaria fecundidad, constituyeron una “tierra de pro¬
misión” para los inmigrantes y especialmente para
aquellos que viajaban de continuo entre Argentina y
Europa que se han conocido a través de la historia con
el nombre de “golondrinos”.
El geógrafo alemán Plank pensó siempre en que la
tierra en vez de los hemisferios convencionales debería
dividirse en un hemisferio terrestre y otro marítimo. El
primero contendría la mayor parte de la corteza te¬
rrestre mientras que el segundo estaría compuesto por
la mayoría de las aguas del globo. Pero este alcanzaba
a contener algunas partes de la tierra y en estas se ha¬
llaba comprendida la Argentina. Sus inmensos re-
— 193
cursos estaban distanciados de los mercados del norte
del continente y no tenía comercio hacia el sur. Esta
circunstancia hizo que tomara contacto con Europa y
se olvidara casi por completo del resto de América,
razón por la cual se interesaba poco por los pactos con¬
tinentales al mismo tiempo que iba adquiriendo ideas
y costumbres europeas.
La larga costa que tiene hacia el sur la obligaba a
mantener una armada siempre vigilante apoyada por
las fuerzas armadas que al mismo tiempo defendían su
poderosa flota mercante. Debido a diversas negocia¬
ciones fronterizas Argentina perdió la posibilidad de
salir al Pacífico por el estrecho de Magallanes que
quedó íntegramente en poder de Chile. Sólo pudo ha¬
cerlo por el canal de Beagle, situado más al sur y que
pertenece tanto a ella como a Chile. Esto le permite
no tener necesidad de descender hasta el Cabo de Hor¬
nos para salir al otro mar. Esta comunidad se presta
a menudo a rozamientos que pueden llevar un día cual¬
quiera a una desavenencia de consideración.
FEDERALISMO Y CENTRALISMO
De los extranjeros que llegaban a Buenos Aires
muchos se quedaban allí y poco a poco se fue forman¬
do una aristocracia de sangre y riqueza. Era gente en
constante contacto con el mar y por ello tenía la mente
abierta a todas las ideas y opiniones. Es cierto que
muchos iban al interior y fundaban grandes haciendas
o se asociaban en grupos de trabajo que poco a poco
fueron dando origen a ciudades. De otro lado, muchos
vecinos del Perú, Paraguay, Chile y Bolivia entraron
a esa tierra prometida y fueron fundando ciudades.
Eran sus habitantes muy diferentes a los de la costa,
194 -
porque aislados, tenían una mentalidad cerrada y tra-
dicionalista que poco a poco fue tomando aversión a
la aglomeración de Buenos Aires, en donde la vida era
más fácil y el gobierno tomaba medidas que protegian
más a los habitantes. Poco a poco el odio iba creciendo
y la capital quería dominar la nación, pero la gente
de provincias deseaba, y no sin cierta razón, que las
provincias, distribuidas en tierra tan extensa, era lo
que constituía verdaderamente la nación y que por
tanto eran ellas las que debían dominarla. Los del
puerto se llamaron a sí mismos “porteños” que serían
superiores por mil títulos a los provincianos, a los cua¬
les denominaban “arriabeños”. La animadversión en¬
tre estas dos partes llegó a tal punto que se planteó
la guerra entre ellas. Tiranos y guerreros notables apa¬
recieron durante la contienda. Así surgió en Buenos
Aires don Juan Manuel de Rosas quien durante diez
y siete años gobernó desde la capital y mantuvo la
guerra contra los unitarios en la forma más sangrien¬
ta que conozca la historia de América. Durante esos
años gobernó, no como dictador sino como tirano; ter¬
minó con los indios de las pampas, manejó la capital
a su antojo, proscribió la Constitución y las leyes. Sólo
imperaba su voluntad. Su tiranía se hizo notable no
sólo en América sino en Europa. Los intelectuales fue¬
ron desterrados, entre ellos uno de los más ilustres:
Faustino Sarmiento tuvo que asilarse en Chile. Su
crueldad no perdonó a los extranjeros, especialmente
a los franceses, en forma tal que un día naves de Fran¬
cia bloquearon la ensenada del Río de la Plata, toma¬
ron la isla de Martín García y amenazaron con des¬
truir a Buenos Aires. Por fin se logró poner en paz
a los franceses y continuó su gobierno en forma más
violenta que antes y a tal extremo llegó que estaba
— 195
defendido por un grupo implacable denominado la
“Mazorca”. Las provincias fueron formando un ejér¬
cito, y con la ayuda del Brasil y el Uruguay llegaron
a constituir el llamado Ejército Grande y desbarataron
las fuerzas de Rosas quien tuvo que buscar refugio en
un barco inglés y veinticinco años después murió en
Inglaterra cubierto de olvido y de odio.
Derrotado Rosas, se convino en aplacar la guerra
que devastaba al país, y Buenos Aires se hizo una
provincia, la provincia de Buenos Aires nombre igua¬
litario que sirvió para que la nación pudiera vivir en
paz. Se dictó entonces una constitución en un congreso
general reunido en Santa Fe. Fue aprobado por el país
entero y nació la Federación Argentina.
Las ciudades fundadas por los inmigrantes muy le¬
jos de Buenos Aires se hallaban muy distantes entre
sí y los grandes yacimientos de riquezas estaban ale¬
jados en los puertos. Fue entonces necesario instalar una
red de ferrocarriles, levantada por los ingleses, y se
vino a constituir una de las más importantes redes fe¬
rroviarias del mundo que formaba una especie de aba¬
nico que iba a converger a Buenos Aires. Desgraciada¬
mente, muchas de estas líneas iban a los sitios más
ricos dejando algunas ciudades aisladas y de otra par¬
te las vías se trazaban con diferentes trochas lo cual
hacia imposible la construcción de líneas de “enroque”
para unir durante su recorrido unas líneas con otras ya
que cuatro tipos de trochas lo impedían. Todo este gi¬
gantesco sistema ferroviario era movido por carbón y
el que existía en Argentina era completamente insu¬
ficiente y para ese efecto tenía que importarse en gran
parte de la misma Inglaterra, a la cual vendía sus
productos.
196 -
La población fue creciendo hasta llegar a los
25.000.000 con que cuenta actualmente e hizo necesario
construir ciudades enteras en los puertos para man¬
tener un bodegaje adecuado y al mismo tiempo fue
forzoso también romper la ciudad en diversas direc¬
ciones para que los artículos de exportación pudieran
llegar a los puertos en forma directa y rápida. De cada
una de esas direcciones o rompientes se construyeron
avenidas que hacen de la capital una de las más bellas
de América.
La Argentina empezó desde principios del siglo
XIX a pensar en su independencia absoluta pero en
1806 Inglaterra, que en esos momentos era la Reina
de los Mares, decidió adueñarse del estuario del Río
de la Plata como uno de los sitios más importantes
para la navegación universal. La invasión se produjo
por sorpresa, y cuando los navegantes entraron a Bue¬
nos Aires las autoridades españolas huyeron. Sólo los
criollos pasada la confusión, decidieron enfrentarse a
los invasores tan denodadamente que estos tuvieron
que pedir auxilio a la metrópoli para poder tener un
dominio completo, ya que la tentativa estaba a punto
de fracasar por la mala apreciación que habían hecho
de la capacidad de combate de los criollos. Poco tiem¬
po después llegaron los refuerzos, pero en lugar de
dirigirse a Buenos Aires tomaron la ciudad de Monte¬
video para quitarle a la Argentina todo medio de ayu¬
da. Se trataba de un contingente de ocho mil hombres,
pero el invasor de Montevideo los dividió en quince
columnas para atacarla en quince direcciones distin¬
tas. Hombres y mujeres de la ciudad se enfrentaron
a cada una de las fracciones que este táctico absurdo
había formado. Los dominadores de Buenos Aires vien-
— 197
do la derrota del auxilio que había llegado, resolvie¬
ron tratar con los habitantes y con los mandos de
las agrupaciones criollas y convertir la ofensiva en un
pacto comercial con lo cual quedó la ciudad libre para
siempre. Pero cuando vino la paz, el pueblo tomó nota
inmediatamente que las autoridades españolas eran in¬
capaces de hacerle frente a cualquier dificultad y que
su temor era grande cuando se presentaba algún peli¬
gro. Eso sirvió de base para que tuvieran la idea de
que la independencia de España era una cosa mucho
más sencilla de lo que anteriormente se consideraba.
El 31 de enero de 1814 se hizo una especie de congreso
popular en Tucumán, se dictó una Constitución y apa¬
recieron libres las “provincias unidas del río de la Pla¬
ta”. Pero a pesar de esta Constitución el fermento de
la lucha entre federalismo y centralismo surgió con
fuerza que aún se nota en el pueblo argentino.
La superficie de la Argentina es de 2.776.655 Kms2
sin considerar la parte de la Antártida que le corres¬
ponde y dejando de lado las islas que posee en el
Atlántico. Pero a fines del siglo XVIII el Rey Carlos
III quiso que Buenos Aires fuera un especial centro
de comercio de las colonias. Partió en dos el Virreina¬
to del Perú que antes llegaba hasta el Paraná, y dió
a esa nueva formación parte de los territorios del
Paraguay y el Alto Perú. Pero con el paso de los años
y los acomodos que la Corona creía convenientes, las
fronteras del Virreinato fueron variando hasta llegar
a las actuales.
El territorio argentino se divide en cuatro grandes
regiones de naturaleza distinta. La primera es la Pam¬
pa, palabra de origen incaico que significa “tierra sin
árboles”. Si se toma a Buenos Aires como centro y se
198 -
traza un semicírculo de unos 700 Kms., de radio, se
tiene una tierra plana, de asombrosa fertilidad, de
una inmensa monotonía a causa de aparecer como una
planicie interminable en donde el horizonte no se al¬
canza nunca y siempre, al final, la tierra y el cielo
parecen unirse. De este semicírculo hasta la cordillera
de Los Andes puede trazarse otro que es llamado la
Pampa Seca, por carecer de las condiciones envidia¬
bles de humedad que tiene la otra. Esta Pampa, en
donde la humedad no alcanza a ser suficiente para
el crecimiento de grandes árboles, es la tierra privi¬
legiada para la producción de cereales y especialmente
las plantas que producen aceite como la linaza que son
de gran pedido en el comercio mundial.
La Pampa se dedica a los pastos y al ganado que
ha hecho a la nación una de las más importantes del
mundo en este sentido. De una manera no rítmica, pero
frecuente sopla de noreste a sureste sobre la pampa un
viento tremendante fuerte que se conoce con el nombre
del “pampero” que hace grandes destrozos en la agri¬
cultura. Otras veces, sin que su presencia pueda adi¬
vinarse con anticipación, aparece del sureste, a causa
de enormes altas presiones debidas a las inmensidades
oceánicas del sur, otro viento, denominado comúnmen¬
te la “sudestada” que en parte penetra por el río de la
Plata, represa el Paraná y produce grandes inundacio¬
nes que a menudo alcanzan la parte costera de la in¬
mensa ciudad de Buenos Aires.
Al norte de la pampa se abren los ríos Uruguay y
Paraná que con numerosos afluentes dan a la región
la denominación de la Mesopotamia; es tierra de gran¬
des inundaciones y mucha humedad lo que permite
el crecimiento de bosques; es en realidad el área bos-
— 199
cosa del país. En la parte nororiental los dos ríos pe¬
netran audazmente en el Brasil para formar una pun¬
ta que limita el río Iguazú y que termina con las más
bellas cataratas del mundo. Esa entrada se conoce des¬
de la conquista con el nombre de “El Territorio de
Misiones” y es la tierra privilegiada por sus árboles,
en parte, y en otra por ser la mayor productora de
“yerba mate” que es una de las riquezas más impor¬
tantes de la Confederación del Plata. Perteneció esta
región a Paraguay pero fue perdida por éste en una
de las tantas rectificaciones de fronteras que ha tenido
la región.
Hacia el sur de la Pampa Seca se encuentra el
río Colorado que puede tomarse como límite de la ter¬
cera región argentina que se denomina La Patagonia,
la cual absorbe el 25% del territorio nacional y tiene
una personalidad que la diferencia del resto del terri¬
torio. La niebla y el viento la mantienen en un estado
completo de humedad y a pesar de que tiene algunas
entradas notables la mayoría de sus costas están com¬
puestas de arrecifes; el despedazamiento que sufre el
territorio y la cantidad de islas con que cuenta la con
vierten en una tierra que exige una constante vigilan¬
cia estratégica. Desflecamientos de Los Andes que lle¬
gan hasta Cabo de Hornos y que siguen normalmente
una dirección norte-sur permiten el crecimiento en las
vertientes occidentales de pastizales en los cuales se
mantiene una exagerada crianza de corderos. En su
parte occidental hay una profusión de lagos que facili¬
tan el turismo en tiempos de verano.
La última de las particiones corresponde al Chaco.
Es una región baja situada al norte del paralelo treinta
grados, en donde se dan las mayores temperaturas
200 —
americanas en verano y se producen grandes inunda¬
ciones que allí se denominan “bañados”. Esta región
de condiciones tremendamente difíciles para la vida,
sobrepasa la frontera argentina y llega hasta el Brasil,
Paraguay y Bolivia. Su riqueza principal es el “que¬
bracho” árbol de extrema dureza y que tiene gran
demanda en el extranjero; pero su acarreo ofrece tan¬
tas dificultades que casi no se cuenta como industria.
Muchos extranjeros viven alrededor del Chaco para
aprovechar las maderas y con autorización nacional ha¬
cen sus fundos y luchan por alcanzar una riqueza que
casi siempre después de los años se convierte en
un mito.
Al extremo sur del país está la isla de los Estados
que termina en el célebre cabo denominado San Juan.
De allí parece desprenderse una serie de afloramien¬
tos como las Geórgicas, las Orcades del Sur, etc., que
viven casi siempre cubiertas de hielo y que parece
que fueran a buscar la Antártida.
Y es preciso al hablar del espacio nacional argen¬
tino mencionar la Antártida. Mientras el océano gla¬
cial Artico está completamente rodeado por las ma¬
sas de tres continentes, la Antártida es una extensión
ondulada circundada por aguas sin límites que miden
una profundidad que oscila entre los 5.000 y 6.000 me¬
tros de profundidad; de allí emerge la tierra sin ba¬
rrera defensiva alguna y se desprenden enormes masas
de hielo que son empujadas por los vientos hacia el
este y otras que hacen su camino alrededor de la punta
del continente. A ese aislamiento y conformación se
debe un clima infinitamente más frío que el que existe
en el polo norte. Se cree que en algunos sitios de la
Antártida se halla el polo mundial del frío que supera
— 201
en intensidad al llamado “polo frío del mundo” situado
en Siberia y denominado Verkhojansk en donde se lle¬
ga a los 90 grados bajo cero. Estas condiciones no im¬
piden que vivan allí miles de científicos de todo el
mundo que permanecen haciendo investigaciones de
toda clase entre ellas las condiciones climáticas del
Hemisferio sur.
La superficie de la Antártida se calcula entre 12
y 14 millones de kilómetros cuadrados pero el dato
no puede ser exacto porque se ignora donde empieza
la tierra y hasta donde llega la gigantesca capa de
hielo que lo cubre; con todo, se tiene seguridad de
que es por lo menos una y media veces igual a la su¬
perficie de Europa.
El Capitán inglés Robert F. Sccot fue el primero
en llegar al polo sur, pero a su regreso pereció con
todos sus acompañantes. El 14 de diciembre de 1911
el capitán noruego Roald Amundsen tomó oficialmente
posesión del polo. Pasada la primera guerra mundial
diversas naciones se abalanzaron sobre la Antártida
a fin de adueñarse de vastas extensiones confiando en
que allí se encontrarían en un futuro próximo enor¬
mes riquezas de tantas que ya faltaban en la corteza
terrestre. Rusia, aunque sin delimitarlos, alega sus de¬
rechos en aquellas soledades; ya han señalado su parte
los Estados Unidos, Chile, Argentina, Nueva Zelandia,
Francia, Australia, Gran Bretaña y Noruega. Todos
creen que puede, en cualquier momento, ser ese sitio
una especie de “nevera del mundo”, centro de vuelos
mundiales o base para una contienda armada cuyo
carácter se desconoce.
Hay acuerdo entre todos en que es una tierra des¬
tinada a menesteres completamente pacíficos, y está
202 —
prohibido el uso de elementos explosivos atómicos. No
obstante esas ideas de paz, la Argentina disputa una
parte de su territorio a la Gran Bretaña y niega el
derecho a los límites que ha trazado Chile llegando
a veces por esta razón a agrias controversias que algún
día puedan desencadenar una tormenta.
LAS MALVINAS
Se trata de un archipiélago compuesto de unos
cien islotes colocados alrededor de dos islas de impor¬
tancia denominadas Isla Occidental e Isla Soledad, se¬
paradas por un estrecho llamado San Carlos. Entre
todas las islas suman unos 12.000 kilómetros cuadra¬
dos y hay unos 2.200 habitantes. Se trata de una tierra
árida que apenas si produce un pasto pequeño én donde
i se crían extensivamente cabros y corderos. Están azo-
. tadas por los vientos polares del suroeste. El Archipié-
| lago se halla en la plataforma continental argentina
i pero está bajo la dominación inglesa. Argentina las
reclama como suyas y desde hace muchos años ha ve¬
nido la controversia por el derecho de pertenencia.
Los ingleses las llaman Flaklan, para acentuar su pro¬
piedad y, los argentinos Malvinas para distinguirlas.
Inglaterra se apoderó de aquellos territorios con el ob¬
jeto de tener un punto en donde detener los barcos
que fueran hacia el Cabo de Hornos, o ha*cia los cana¬
les de Beagle o de Magallanes o hacer comercio sin
j contar con su autorización o prohibir que se le hiciera
¡ competencia a su comercio. Hoy sólo puede llegarse
¡ a ellas por avión, no obstante lo cual la discusión por
la propiedad sigue cada día más candente entre ingle¬
ses y argentinos.
— 203
LA DESMEMBRACION
Después de la tormenta que siguió a la independen¬
cia aparecieron en la Cuenca del Plata, como nacio¬
nes libres, Argentina, Uruguay, Bolivia y Paraguay.
Se había dicho ya que los ríos dividen la unión ante¬
rior era impuesta casi por la fuerza de la geografía,
a la cual se sumaba la política. Estos factores fueron
una fuerza separatriz notable y al mismo tiempo los
países que tuvieron más pujanza fueron los que esta¬
ban más cerca de la capital que contaba con tantas
ventajas geográficas. Pero la separación sería una tre¬
menda fuente de litigios en el futuro.
En el año de 1910 quiso Argentina hacer un blo¬
que suficientemente fuerte para contrarrestar el pre¬
dominio que los Estados Unidos tenían sobre los países
del “cono sur” y se estableció el bloque denominado
A.B.C. —Argentina, Brasil y Chile— pero los conflic¬
tos internos debilitaron el pacto hasta que este murió
definitivamente, lo cual hace pensar en ello con una
cierta pesadumbre porque si hubiera subsistido habría
servido de base firme para la unión de todos los países
suramericanos, los cuales unidos estrechamente po¬
drían representar una fuerza mundial.
Después de este fracaso se formaron en Argentina
dos divisiones, cada una de ellas fraccionada a su vez
en dos partes. La primera hacía relación al comercio.
Pensaban que dada la riqueza de la Argentina debería
—y el hecho era muy posible— abrirse paso en los
comercios mundiales y convertirse en una de las gran¬
des potencias del globo. Los otros querían que en vez
de buscar esa resonancia extranjera era más conve¬
niente hacer de la Argentina el país más próspero de
204 —
América y en donde hubiera abundancia para todos,
dejando lo que sobrara para enviar al exterior.
La segunda división es de carácter político. Un
grupo considerable de hombres, entre los que figuraba
la intelectualidad nacional, quería que se hiciera del
país con todos sus dones, una democracia ideal y per¬
fecta que serviría de ejemplo a muchos de los pueblos
de la tierra. Otros creían que un país tan extenso no
podía manejarse democráticamente, dada la separación
de ciudades importantes y sus diferencias en todo sen¬
tido y que sólo la dictadura podría mantener la nación
a la altura que debía estar por su organización y buena
marcha de todos sus elementos.
En medio de esas tendencias la capital, Buenos
Aires, crecía —hoy sobrepasaba los 10.00.000 de habi¬
tantes— y se iban estructurando diversas clases socia¬
les y económicas, convirtiéndose en un verdadero cen¬
tro cultural y tornándose en una ciudad nacional, que
ha dejado muy atrás a todas las demás de provincia.
En medio de su desarrollo actual la Argentina
tiene una característica permanente y es la influencia
de las Fuerzas Armadas en la política. En 1930 el Ge¬
neral Uriburo derrocó al presidente Irigoyen quien
estaba conduciendo pésimamente el país. Los errores
parecieron subsanarse rápidamente pero en ese mo¬
mento se dieron cuenta los militares de,, lo fácil que
era adueñarse del poder y desde ese instante fueron
interviniendo cada vez más en política. Cuando subió
al poder el Presidente Castillo, cargado de años, los
militares lo derrocaron y mantuvieron la nación en el
puño por tres años durante los cuales dieron la sensa¬
ción de hacer cosas verdaderamente magníficas para
el país. Pero la supresión violenta de toda oposición
— 205
fue minando la fe del pueblo en el ejército hasta que
éste comprendió que era necesario volver al estado
constitucional y así lo hizo, sin dejar por un momento
de mantener un ojo abierto sobre el cumplimiento de
la constitución y los desmanes de algunos hombres
destacados del gobierno.
Una de las cosas que pretendían los políticos ar¬
gentinos era quitarse la tutoría comercial de Ingla¬
terra y los Estados Unidos. En 1946 subió al poder
Juan Domingo Perón, el hombre de mayor visión in¬
ternacional que tenía el país, que veía cómo la Ar¬
gentina iba teniendo una sólida posición internacional
pero una pésima política interior. En compañía de
su esposa implantó un fuerte gobierno popular y de¬
cidió que una gran nación no llegaría nunca a serlo
mientras no fuera dueña de tan importante indus¬
tria pesada y los grandes productos de exportación
empezó a invertirlos en fábricas que tenían como
finalidad producir muchos de los productos que impor¬
taba. Desgraciadamente lo que salía de la agricultura
no regresaba a la agricultura. El gobierno popular, pese
a su habilidad en la política exterior, fijó topes de ga¬
nancias a los propietarios de la ganadería y la agri¬
cultura las cuales empezaron a cambiar y a decrecer.
Llegó un momento en que la importación tenía que
alimentar al país más rico de América. Mientras tanto
Buenos Aires crecía hasta alcanzar 10.000.000 de habi¬
tantes y convertirse en una gran metrópoli mundial y
su crecimiento obligó a romper la ciudad como ya se
dijo, para hacer grandes avenidas para que los produc¬
tos pudieran llegar directamente a los puertos que se
habían a su vez convertido en grandes ciudades. Pero
Argentina tenía que importar petróleo porque la ex-
206 —
tracción de su propio suelo era mínima y se vio obli¬
gada a buscar la manera de construir enormes bases
hidroeléctricas las que suplían en algo el carbón que
importaba de Inglaterra. Pero a pesar de eso, el carbón
era el combustible que movía la gigantesca red de fe¬
rrocarriles. Para obtener petróleo tuvo necesidad de
buscar por todo su suelo. Al fin encontró yacimientos
verdaderamente importantes al sureste en el sitio de¬
nominado Comodoro Rivadavia. Pero como el produ¬
cido era insuficiente, luego de extender interminables
oleoductos hasta la capital, tendió otros hasta la ciudad
Boliviana de Santa Cruz de la Sierra que servían tanto
para gas como para petróleo crudo. Pero llegó el mo¬
mento en que se veía venir una nueva escasez de pe¬
tróleo y Perón debió contratar la búsqueda de nuevas
fuentes por medio de concesiones a compañías ameri¬
canas. Este negocio despertó la ira de las fuerzas ar¬
madas, las cuales lo derrocaron y deportaron. En el
año 1974 se pidió a Perón que regresara ah país con
el fin de que buscara la manera de poner orden en él
ya que se perdía en el desorden y la anarquía. Perón
trató de organizar la política interna de una manera
equilibrada pero su estado de salud lo llevó pronto
a la muerte. Le sucedió su nueva esposa Isabel quien
quiso hacer frente a todas las dificultades y trató dé
llevar de nuevo su posición de vanguardia a la gran
nación argentina. Pero para llegar a esa meta era nece¬
sario dos dones de los cuales carecía: una voluntad
de hierro que domara las convulsiones internas que
quieren llevar al país en múltiples direcciones, muchas
de ellas opuestas. Esto no ha podido lograrlo sino un
tipo como Juan Domingo Perón cuya influencia na¬
cional constituyó el más espectacular fenómeno socio-
político de la historia argentina y quizás de Hispano-
— 207
américa; y además se requiere una comprensión geogrn
fica que abarque todos los factores, afortunados unos y
desafortunados otros, especialmente relativo a la sitúa
ción que constituye la esencia de la vida nacional.
No hay duda de que Perón, pese a los enorme»
errores y abusos que cometió en su gobierno, era un
hombre que poseía un don carismático en grande es
cala, tan grande que aglutinó la nación, dominó las
masas, fue ídolo de su pueblo y cuando los militarc.'i
lo arrojaron del poder, desde su lejano destierro seguía
influyendo decisivamente en la política argentina. Y
cuando se vio que se cernían enormes desastres sobro
el país, se le hizo regresar a la Presidencia como único
camino de salvación y a su llegada el peronismo estaba
vivo y vivo permaneció aun después de su muerte.
Perón comprendió los dos elementos fundamenta¬
les de su país: política interna y situación geográfica.
Se dio cuenta por ejemplo, de que la cuenca del río
de la Plata atraía el comercio y las miradas ajenas
como un imán, que era el porvenir de Argentina y el
centro de sus condiciones geopolíticas, pero que la ene¬
mistad con el Uruguay, condueño de la bahía era un
error fundamental y arregló con ese país en forma sa¬
tisfactoria el lío de fronteras argentino-uruguayo que
hacía más de un siglo que se venía planteando agresi¬
vamente. Siguiendo sus planes, su viuda, cuando hubo
heredado la Presidencia y en vista de las miradas co¬
diciosas del Brasil sobre el Uruguay, uno de los puntos
neurálgicos de la comunidad del Plata, perfeccionó
el arreglo, más conveniente para el Paraguay que para
la Argentina, de la fundación de la gran central hi¬
droeléctrica de Yaciretá Apipé, una de las más im¬
portantes de Hispanoamérica.
208 —
Alberto Methol Ferré, estudioso de estas cuestio¬
nes geopolíticas argentinas, sostiene lo siguiente: “El
desequilibrio entre Brasil y Argentina es tan grande,
que Argentina no puede permitir ninguna interven¬
ción brasileña en el Uruguay. Ni del Brasil ni de na¬
die, hacerlo sería consentir un suicidio histórico... Ar¬
gentina se latinoamericaniza como cuestión ya de so¬
brevivencia... Por todo esto se hace difícil concebir
una nueva “Triple Alianza” para intervenir al Uru¬
guay. Como desearían sectores militares brasileños. Si
para el Brasil “la guerra civil uruguaya” o un cambio
de gobierno con signo de izquierda nacionalista, es una
amenaza a su seguridad interna, pues puede tener con¬
secuencias incalculables en las masas populares bra¬
sileñas, el proceso de los últimos años hace más impro¬
bable su asociación con Argentina para una interven¬
ción común en el Uruguay. Hoy, una asociación entre
Argentina y Brasil, para intervenirnos, se hace, no in¬
imaginable, salvo que fuera en beneficio exclusivo de
la Argentina, lo que es aún más inimaginable”.
Pero la idea más impresionante de Perón es la
de las relaciones internacionales, modelo distinto de
que se hubiera nunca concebido en la Casa Rosada,
basado en una especie de círculos concéntricos traza¬
dos desde Buenos Aires y en los cuales el círculo pe¬
queño abarcaba a las naciones vecinas, luego venía
otro que encerraba los países latinoamericanos, luego
el tercer mundo diseminado en la zona tórrida y por
último la comunidad internacional. Sus concepciones
geopolíticas iban mucho más allá del poderío conti¬
nental. Pero entre esas lucubraciones estaba la inte¬
gración con las naciones suramericanas como una sal¬
vación, tanto para la Argentina como para los países
— 209
de Suramérica. A fin de expresar claramente este pun¬
to en su Geopolítica de Liberación, Norberto Creoso-
le, graba esta otra cita de Ferré: “Hoy como ayer el
destino argentino se juega el corazón de América La¬
tina. En el mismo ámbito de Ayacucho, que hoy está
revuelto y encierra las mayores posibilidades imagi¬
narias para el más gigantesco despliegue industrial,
con la liberación de las más amplias masas, con un
mercado potencialmente fabuloso. Si el complejo in¬
dustrial argentino se convierte en apoyo y sostén de
ese proceso de liberación, la Argentina podrá alcanzar
una estatura distinta: la de San Martín y no la de
Rivadavia”.
Otras cosas que Perón conoció perfectamente fue
la situación de la Argentina en el Pacífico Sur. A pesar
de que Panamá restó mucha importancia al estrecho
de Magallanes, todo en poder de Chile, manejó con
cuidado el difícil canal del Beagle como un medio de
tener contacto, aunque no fuera llamativo, con el Pa¬
cífico. Pero había que darle fuerza al extremo pata¬
gónico donde los dos océanos se encuentran. Al respec¬
to la idea es muy clara por parte del Brasil expresada
por Golvery en su Geopolítica del Brasil: “Si la geo¬
grafía atribuye a la costa brasileña y a su promontorio
nordestino un cuasi monopolio del dominio del Atlán¬
tico Sur, ese monopolio es brasileño, debe ser ejercido
exclusivamente por nosotros, por más que estemos, sin
tergiversaciones, dispuestos a utilizarlo en beneficio de
nuestros hermanos del norte, a quienes nos ligan tantos
y tan tradicionales lazos de amistad y de intereses y
en defensa al mismo tiempo de la civilización cristiana
contra el imperialismo comunista de origen exótico”.
210 —
Eso para la Argentina sería una forma eficaz de
evitar la tutela que los Estados Unidos han ejercido
sobre las naciones suramericanas. Al mismo tiempo
se trata de neutralizar la apropiación de una parte de
la Antártida sin tener en consideración su irrupción
en la helada extensión que ya estaba dividida entre va¬
rias naciones.
Hay un hecho que debe tenerse en cuenta porque
no sólo atañe a la política argentina sino a la política
suramericana y es la inmensa empresa para la produc¬
ción de aluminio ALUAR (Aluminio Argentino), si¬
tuada en Chubut extensión del sur del país exigida
por las Fuerzas Armadas. La nación gasta aproxima¬
damente unos setenta millones de dólares al año en
la compra de este material cuyo precio sube día a día
en el mercado. La planta que se monta va a quintupli¬
car la producción y aunque carece de bauxita, la ma¬
teria prima, la ha conseguido en Australia y la pagará
con los sobrantes del producto. El aluminio será dedi¬
cado a un descomunal ensanchamiento de la aviación
que en parte servirá para abastecer a los países sur-
americanos.
No será difícil para ella la construcción de naves
aéreas ya que sus instalaciones para producir arma¬
mento que al principio parecía casi imposible, ha dado
espléndidos resultados y puede fabricar £n grande
escala. Si a esto se le suma la posibilidad de construir
una bomba atómica de que ya se habló, la Argentina
podrá llegar a ser una gran potencia bélica americana
pese a su ubicación excéntrica en el continente.
— 211
GEOPOLITICA - 12
URUGUAY
“Toda aquella era, en realidad, una mis¬
ma tierra, igual en su aspecto geográfi¬
co, admirable distribución de aguas y
numerosas y suaves colinas. Sobre esta
tierra vivía una misma sociedad huma¬
na, en que las diferentes razas y len¬
guas habían combinado entre sí mu¬
chos de sus elementos, hasta casi fun¬
dirlos en un tipo físico, y un idioma
arrevesado, mezcla de español, portu¬
gués y guarany. Y todá esa misma so¬
ciedad vivía de una misma industria,
la “vaquería”, la faena del ganado va¬
cuno que, libre, se procreaba por aque¬
llas llanuras sin término.
Una misma tierra y una misma sociedad
humana que vivía de una misma in¬
dustria, tal era la campaña de la Banda
Oriental; pero esa Banda Oriental esta¬
ba gobernada por tres autoridades dis¬
tintas: Montevideo, BuenÓs Aires y Mi¬
siones. He aquí lo que en vano intentó
arreglar el gobierno de Montevideo.
ALFREDO R. CASTELLANOS
Vida de Artigas
— 213
"1
EL URUGUAY
Se ha dicho frecuentemente que el Uruguay es
un país que geográficamente pertenece al Brasil y po¬
líticamente a la Argentina.
Se trata de una nación que tiene 3.000.000 de ha¬
bitantes y sólo 177.508 Km 2 , pero a pesar de esta mag¬
nitud reducida es dos veces más extenso que Bélgica
o que Portugal.
Está constituido por un triángulo cuyo vértice se
halla hacia el norte en la confluencia de los ríos Cua-
ray y Uruguay. Este último forma el lado occidental
y sirve íntegramente de frontera con la Argentina. Al
nororiente, en su límite total con el Brasil figuran casi
íntegramente dos ríos que son el Cuaray y el Yaguarón
entre cuyos nacimientos queda un trecho abierto ha¬
cia el gran país del norte. Este límite tiene su fin en
la Laguna de Mirím por detrás de la cuai, y separando
el territorio del océano, estira una franja de tierra el
Brasil como si quisiera rodearlo completamente.
La base del triángulo la forma el litoral que se
divide en dos partes: la una es la del Río de la Plata
que va desde la desembocadura del Uruguay hasta la
línea que cierra hora el estuario y que, como se dijo,
— 215
va desde Punta del Este en el Uruguay hasta el cabo
San Antonio en la Argentina, línea desde la cual el
mar ha sido considerado como aguas interiores. La otra
parte del litoral va desde Punta del Este hasta el sitio
de Chuy, lugar a donde alcanza la faja que marca el
amistoso abrazo del Brasil. Esta costa esta llena de be¬
llas playas que han sido especialmente adaptadas para
un extenso turismo nacional y extranjero que es una
de las principales rentas del país.
La capital es Montevideo, construido desde la co¬
lonia como un importante puerto militar que debería
gobernar, por así decirlo, todo el comercio de la bahía
tanto de exportación como de importación.
No hay duda de que la bahía del Plata es uno de
los sitios estratégicos más importantes para la nave¬
gación americana y que por tanto ha sido codiciada
por varios países entre ellos Inglaterra, Italia y Fran¬
cia. Los portugueses comprendieron —seguramente
guiados por la intuición del gran director de la marina
portuguesa, Don Enrique el Navegante—, que debían
integrar a su soberanía este lugar codiciable e inicia¬
ron excursiones bélicas al Uruguay, entonces Banda
Oriental; y para defenderse de cualquier ataque que
pudieran hacer los españoles, especialmente los agru¬
pados en la provincia de Buenos Aires, decidieron ha¬
cer un fuerte denominado Colonia de Sacramento en
donde resistían las periódicas invasiones de sus ene¬
migos. Pero como día a día las incursiones de parte
y parte eran más numerosas y sangrientas, se convino
en hacer un Tratado entre España y Portugal y éste
cedió el fuerte a los españoles e hizo la diplomática
promesa de suspender sus ambiciones sobre el estua¬
rio. Sin embargo, cuando los españoles de Buenos Ai-
216 —
res quisieron dominarla y acabar con la idea federalis¬
ta que tantos dolores de cabeza había proporcionado, el
Uruguay fue la parte más reacia a ese dominio y para
ir contra los españoles se formó un ejército al mando
de José Gervasio Artigas quien proporcionó a los penin¬
sulares una tremenda derrota en el sitio denominado
de Las Piedras, lugar famoso en la historia uruguaya.
Artigas pasó luego el río Uruguay y erróneamente se
desplegó en su orilla derecha en donde fue fácilmente
batido por los otros. A pesar de la derrota se unieron
a Artigas numerosos argentinos que marcharon con
él al Uruguay en un largo recorrido que se conoce
con el nombre del “Exodo del pueblo Oriental”. Pero
esos argentinos que llegaron a la nueva tierra resol¬
vieron establecerse en ella intentando hacerse dueños
de todo cuanto en ella había y aun por la fuerza, quitar
muchas de sus pertenencias a los habitantes de Pro¬
vincia Oriental. Fue esta tremenda guerra civil la cual
atendía Artigas con una sorprendente habilidad y tra¬
taba de que los vecinos volvieran a su tierra.
Mientras, la sangre corría en las ciudades y había
desorden y caos en la provinciá, los portugueses cre¬
yeron que era el momento de la anexión tan codiciada
y así lo determinaron, dándole de antemano el nombre
de “Provincia Cisplatina”.
Artigas, uno de los más puros, valerosos y fer¬
vientes patriotas que ha tenido la América Hispana,
dejó su lucha contra los argentinos parh enfrentarse
al Brasil. Formó un Ejército que fue llamado de “Blan¬
dengues” y se lanzó contra los invasores. Sus triunfos
fueron resonantes, y su nombre emergió no sólo en
su país sino en toda América y especialmente en la
Argentina. Por una de esas cosas extrañamente tor¬
pes que tiene la humanidad, a la Argentina no le im-
— 217
portó tanto la invasión portuguesa que iba contra ella,
como acabar con el nombre de Artigas. Se escribieron
contra él libros llenos de calumnias que se hicieron
circular entre sus propios soldados y tenientes, se le
suprimió toda ayuda. Ante esa situación, viendo la
magnitud de la amenaza del Brasil y la impotencia de
dominarla que día por día iba siendo mayor, resolvió
abandonar el mando y refugiarse en el Paraguay en
donde murió en 1850, como exiliado y casi prisionero
del Doctor Francia, dictador de aquel país, en la mise¬
ria y el abandono, después de 25 años de olvido.
Pero Inglaterra seguía viendo en el Río de la Pla¬
ta uno de los sitios más apropiados para mantener su
dominio completo de los mares y comprendía que si
ese sitio excepcional quedaba en manos de la Argen¬
tina o del Brasil, que por sus excepcionales condicio¬
nes podrían en el futuro convertirse en grandes po¬
tencias, era necesario que una parte quedara en ma¬
nos de una pequeña nación e intervino para hacer la
paz consiguiente con ella la formación del estado “ta¬
pón” que evitara los derramamientos entre las dos po¬
tencias del porvenir. Así se firmó un tratado de Paz
de Río de Janeiro el 18 de junio de 1830. Uruguay fue
libre; se denominó a sí mismo la República Oriental y
se dio una Constitución que le permitiera llevar ade¬
lante una organización de país civilizado y progresista.
En 1835 Juan Manuel Rosas tomó el poder en Bue¬
nos Aires. Su tiranía no ha tenido paralelo en América
y una vez que hubo tomado posesión del gobierno fijó
como objetivo principal aplastar al Uruguay y reinte¬
grarlo a la unidad argentina. Inglaterra y Francia com¬
prendieron que aquél hombre inflexible, tirano y domi¬
nador podía desbaratar el pacto de Río de Janeiro y to¬
mando como motivo el mal trato a algunos extranjeros,
218 —
sus flotas llegaron al Río de la Plata y obligaron a
Rosas a firmar un nuevo pacto de condiciones iguales
al anterior pero expresadas sus cláusulas en una for¬
ma más perentoria. El Brasil diplomáticamente apro¬
vechó esta situación para obtener algunas concesiones.
Poco después el pueblo argentino se levantó contra
Rosas, lo derribó del gobierno y se le permitió marchar
a Inglaterra en donde 25 años más tarde murió entre
la pobreza y el olvido.
Pero vinieron, como llegan siempre esos trágicos
momentos, los conflictos interiores y se implantó por
mucho tiempo una lucha a muerte entre dos partidos
políticos “blancos” y “colorados” que se disputaban
el poder sin tener en cuenta los medios que se necesi¬
tan poner en juego para conseguirlo.
Uruguay, a pesar de su tamaño, tiene dos grandes
ventajas: tierra plana, apenas con algunas pequeñas
alturas que sirven para evitar las inundaciones. Esto
ayudó a que se construyeran fácilmente vías de comu¬
nicación; los ferrocarriles unieron las diferentes ciu¬
dades y más tarde una excelente red de carreteras lo
cruzó en todas direcciones. La otra condición es la de
las lluvias moderadas que permiten el crecimiento de
pastos de excelente calidad. Sólo existen bosques de
galería en los ríos, que aunque no de gran tamaño
fuera del Uruguay, son muy numerosos. El trigo se
produce en gran abundancia a pesar de que^el “pampe¬
ro”, viento tremendo que llega del norte, hace a me¬
nudo grandes daños en las cosechas. Y los ríos, que vie¬
nen con el declive natural de la cuenca del Plata, per¬
miten un gran desarrollo de la electricidad. El Para¬
guay ha convenido con la Argentina empezar la formi¬
dable represa de Salto Grande que ayudará con su
energía a economizar petróleo.
— 219
Por estas condiciones el Uruguay llegó a ser uno
de los países ganaderos que iban a la vanguardia del
mundo. Primero exportaba la carne en bruto y más
tarde construyó fábricas que permitían enlatarla, lo
cual facilitaba y aumentaba el comercio. Gran par¬
te del sobrante de las a veces fabulosas exportaciones,
se dedicaba a la instrucción pública hasta obtener el
pueblo más culto de América en materia de analfabe¬
tismo del cual sólo tiene el 7%. Fundó universidades,
centros de investigación, levantó el nivel de la cultura
artística hasta llegar a tener algunos de los artistas más
conocidos del continente; pintores, escritores, poetas y
escultores dieron un imperecedero nombre a la Re¬
pública.
A pesar de las buenas relaciones diplomáticas y
el contacto que existe entre las dos capitales, los celos
entre Uruguay y Argentina no han desaparecido toda¬
vía. De igual manera la ambición del Brasil no se ha
borrado todavía y es posible que algún día este país
maravilloso caiga en manos de uno de los dos grandes
y deje de ser el estado “tapón” que soñó Inglaterra.
Infortunadamente el Uruguay afronta el problema
de minerales. En cuanto a petróleo tiene que vivir de
la importación. La capital es rica en fábricas que ab¬
sorben la mayoría de la población y tienen un alto ni¬
vel de vida. Para los uruguayos existe la ley de que
“a mayor población y alto nivel de vida en las ciuda¬
des y empleados en las industrias y en los servicios,
mayor es la civilización de un pueblo”.
Este país al que la naturaleza concedió una serie
de dones entre los cuales figuran principalmente la si¬
tuación, el clima, la topografía y la clase del suelo, que
220 —
iba a la cabeza de América en desarrollo, riqueza y
cultura,¡empezó dé repente, gracias a los abusos de
la holgura y de las excepcionales condiciones de vida,
a jugar con el destino hasta llegar a una increíble ban¬
carrota.
| f r. . || ... * . i ■}
Sucede con Uruguay algo a lo que son ajenos todos
i los demás países de América: su población en vez de
aumentar disminuye. Casi podría asegurarse que la
mitad de sus habitantes están fuera y lejos de su te¬
rritorio. Y como los dos tercios de la población vivían
en Montevideo, los campos se quedaron solos, cosa de
inusitada gravedad para un país agropecuario de don¬
de llegaban la casi totalidad de sus divisas.
La situación económico-social empieza aproxima¬
damente hacia 1950 y veinte años después la vida ha
alcanzado caracteres increíbles. Se asegura que aun¬
que la rata de crecimiento es la más baja, pues no
pasa de 1,2 la población desciende de manera pasmosa.
En 1950 se hablaba de 2Vz millones de habitantes; se
señalan ahora dos millones, y hasta colonias que pare¬
cían arraigadas definitivamente como las maronitas
y rusas se han disgregado.
Entre lós años de 1972 y 74 pasaron a la Argentina
400:000 uruguayos. Cosa semejante sucede con la emi¬
gración hacia el Brasil cuyos estados del sur reciben
ambiciosamente todos los trabajadores calificados que
lleguen. Los que han tenido medios para hacerlo han
ido a Norte América y muchos a Australia.
Pero lo grave de este problema consiste en la emi¬
gración de gente joven que ve la posibilidad de hacer
fortuna en tierras lejanas por lo cual se dice, que el
Uruguay es el país más viejo del mundo. Y transfor¬
mar el problema parece difícil. Cuando todos los emi-
— 221
l
grantes logren establecerse, la segunda generación ya
no querrá volver a su tierra. La población de los Esta¬
dos Unidos lo demuestra.
Hay, sin embargo, un hecho que debe ser tenido
en cuenta al estudiar al Uruguay. Si miramos un mapa
de Suramérica notamos inmediatamente que el área
fuerte de la Argentina, la parte europea y desarrollada
se encuentra hacia el norte y a través del arrevesado
pasadizo de Misiones, tropieza con la parte europea y
fabril del Brasil. La parte brasileña del norte y la me¬
ridional de Argentina se hallan distantes de ese cen¬
tro, el más importante y poderoso de Suramérica. La
situación política confusa del Uruguay, una especie de
suicidio nacional, ha sido aprovechado por el Brasil
para llevar hasta la frontera uruguaya dos grandes
líneas primarias de comunicación. Argentina, en cam¬
bio, decidió olvidar las viejas disputas sobre fronteras
que llevaban más de un siglo y unir su territorio con
el de su vecino por medio de vías de gran importan¬
cia. La primera la constituyó un puente de 2.600 me¬
tros que une la ciudad argentina de Colón con la uru¬
guaya de Paysandú sobre el río Uruguay, al mismo
tiempo que se emprendía la construcción de otro más
ambicioso denominado Fray Bentos-Puerto Unzé que
unirá las poblaciones de estos nombres. La obra, que
mide 5.366 metros, estará terminada antes de 1977. En
seguida viene el puente para ferrocarril y carretera
que ha de unir las redes ferroviarias de los dos países.
Con las dos primeras obras unirán el “cono sur-
americano”. Montevideo quedará a 740 kilómetros de
Buenos Aires y a 1.750 de Santiago de Chile. La capital
argentina estará entonces a 1.196 kilómetros de Porto
Alegre y a 2.728 de Río de Janeiro.
222 —
PARAGUAY
“La dictadura revolucionaria fue de tipo
romano y no provocó, ni quiso ni aceptó
el aislamiento del Paraguay. Fue el re¬
sultado de ese aislamiento y el instru¬
mento de la resistencia a muerte contra
él. Surgió como una creación ineluc¬
table de la geografía y de las circuns¬
tancias históricas. Fue el órgano que
creó para sobrevivir, con la ayuda del
tiempo y de un heroísmo estoico, una
nación sitiada... Lo qué desconcierta,
y contribuye al extravío de los juicios,
es como ese sitio duró cuarenta años y
se manifestó, no en épicas batallas, sino
en el cierre de los ríos, en la piratería
fluvial, en el secuestro de los productos
del país acorralado, en una hostilidad
distante pero implacable. Buenos Aires,
para abatir la independencia nacional,
persiguió el comercio paraguayo, secues¬
tró sus barcos con las mercancías que
llevaban e impidió la llegada de los
que venian de Europa, y la nación, que
carecía de poderío suficiente para re¬
plicar a estas agresiones, se replegó so¬
bre sí misma para eludir la inaudita y
constante sangría de su vitalidad y re-
— 223
dujo su mercado a la exportación al
Brasil, a donde podía enviar a sus pro¬
ductos por Itapúa, cruzando las Misiones
hoy argentinas, que hasta 1876 formaron
parte integrante del patrimonio terri¬
torial del Paraguay”.
NATALICIO GONZALEZ
Geografía del Paraguay
PARAGUAY
Es imposible comprender los aspectos geopolíticos
del Paraguay sin conocer las raíces profundas de su
historia. En el año de 1617 fue creada la gobernación
de Asunción como parte integrante del Virreinato del
Perú. Y cuando en 1776 se constituyó el Virreinato del
Plata pasó a hacer parte de él. Los conquistadores es¬
pañoles a pesar de su crueldad y su valor no pudieron
dominar a los guaraníes y llegaron a cansarse dé su
empresa. Fue entonces cuando un grupo de jesuítas
de los conventos de Lima decidieron afrontar el de¬
signio de reducir esta tribu a su voluntad y para lo¬
grarlo emplearon métodos antagónicos a aquellos que
se habían puesto en práctica hasta entonces.
Tomaron contacto con los indígenas, aprendieron
su lengua, respetaron sus costumbres, toleraron sus
trádicionés y les enseñaron pacientemente la agri¬
cultura y algunos oficios que aprendieron con facilidad.
Pasado algún tiempo los sacerdotes eran los mejores
amigos de los indios. Los nuevos dominadores se dis¬
tribuyeron entre los grupos humanos y formaron en
cada uno una especie de sociedad llamada “Misión” y
— 225
poco a poco las misiones se multiplicaron y crecieron.
Su trabajo principal se reducía a la agricultura cuyo
producto se dividía en tres partes: una para la familia
de los trabajadores; otra, destinada al mejoramiento
de la misión y otra, llamada “la parte de Dios”, dedi¬
cada al bienestar de los niños, los ancianos que ya no
podían trabajar y los enfermos. Cuando una misión
estaba bien establecida ayudaba a otras o se juntaba
a las vecinas para formar una entidad más poderosa.
Esta forma de gobierno y de vida de un pueblo, causó
admiración no sólo en América sino en Europa en
donde los sociólogos siguieron con toda atención la for¬
ma como iba evolucionando y aun llegaron a creer que
ese podría servir de modelo de vida de muchos pueblos.
Como tribus lejanas, algunas de ellas guiadas por
españoles atacaban muchas veces, los Jesuítas les ense¬
ñaron a los indígenas la fabricación de armas y métodos
de defensa que los convirtieron en combatientes de
primera calidad.
En estas condiciones el guaraní nunca fue esclavo,
era un hombre libre, trabajador, aguerrido y con una
alta comprensión de los beneficios que producía la
unidad y la hermandad en todas las cosas.
Pero esta suerte de prodigio terminó violentamente
por una orden real del Rey Carlos III dictada el 27
de febrero de 1767, por medio de la cual disponía que
los jesuítas abandonaran inmediatamente todas las
colonias españolas y establecía graves sanciones para
todo aquél que por cualquier medio tratara de dilatar
o entorpecer el cumplimiento de la soberana disposi¬
ción. Así terminó la más perfecta organización colonial
de América.
226 —
Se intentó reemplazar los Directores de Misión
por empleados del Estado pero se llegó a un completo
fracaso. En vista de esto, una gran multitud indígena
se dirigió a Asunción a pedir que se volviera a la
antigua organización, pero los demandantes fueron tra¬
tados con toda violencia.
Los Guaraníes, y aun los mestizos a quienes ellos
dominaban, nunca supieron lo que era esclavitud ni
sirvieron como tales; de allí salieron hombres libres,
guerreros y valientes. Por eso cuando se les quiso
someter, se hizo indispensable una mano extremada¬
mente fuerte, lo cual explica la ininterrumpida serie
de dictaduras que ha tenido en sus manos las riendas
del país.
Cuando se declaró la independencia de Buenos
Aires, el Paraguay por su parte se reconoció así mismo
un país libre, completamente independiente del Virrei¬
nato al cual estaba antes adscrito. El 1^ de Octubre
de 1813 declaró su independencia absoluta, formó la
República del Paraguay y le dio como capital a
Asunción. Era esta una ciudad hecha para la lucha.
Muchos españoles que se encontraban en Buenos Aires
en los primeros tiempos de la colonia, después de te¬
ner conocimiento de los grandes tesoros hallados por
Pizarro en el Perú y no existiendo oro ni metal precioso
alguno en las extensas llanuras argentinas subieron
el río Paraná y luego, para acercarse al Perú, tomaron
el río Paraguay hasta su encuentro con el Pilcomayo
y en esa confluencia pese a la hostilidad de los na¬
tivos, levantaron un fuerte denominado Nuestra Se¬
ñora de la Asunción. La ventaja de estar esta población
unida con la bahía del Plata hizo que fuera creciendo
considerablemente. La ciudad sirvió de punto de par-
— 227
tida para las diferentes expediciones que iban en diver¬
sas direcciones en busca de El Dorado, fantasma que
debía existir hacia el oriente y que nunca encontraron
y se vieron obligados a luchar hasta el cansancio contra
la perpetua hostilidad de los guaraníes. De todas ma¬
neras Asunción llego a ser el centro estratégico prin¬
cipal para el dominio de la parte sur del continente.
Al llegar la libertad, el pueblo formó una junta
de gobierno compuesta de dos cónsules y más tarde
el Congreso quiso que el doctor Gaspar Núñez de
Francia, uno de los cónsules, dirigiera el país por un
período de cinco años, pero él conservaría el puesto
hasta su muerte ocurrida muchos años después.
Lo primero que hizo el Dr. Francia fue aislar al
Paraguay de todos los vecinos a fin de que no llegaran
hasta allí las ideas revolucionarias que existían en
el contorno; fue una nación ermita. Las fronteras
fueron fortificadas. Comprendiendo la fuerza que cons¬
tituía el pueblo guaraní columbró que debía mante¬
nerlo contento y dedicó a él sus indomables y tremendas
energías; así mismo desencadenó una crueldad sin
límites contra los españoles que habitaban en el país
y contra sus descendientes y se denominó así mismo
el Director único del clero nacional. Para el pueblo
hizo escuelas, decomisó las haciendas de españoles,
dió trabajo y en su favor dirimía cualquier reclamo
o pleito que pudiera presentarse. Todo el que entraba
al país no podía regresar a parte alguna. Casos se
vieron como el de Artigas, el Libertador del Uruguay,
que tuvo que permanecer como prisionero hasta su
muerte que sobrevino treinta años después de su en¬
trada al Paraguay. Cosa semejante aconteció con el
sabio francés Bompland, quien en busca de especies
228 —
raras de plantas americanas, se atrevió a cruzar la
frontera y tuvo que vivir allí hasta sus últimos días.
El caso de Bompland, es necesario aclararlo para en¬
tender aquella situación política. Bolívar envió nu¬
merosas cartas rogándole que concediera la libertad
al naturalista para bien de la ciencia, pero las cartas
no fueron contestadas o a veces se supo de ellas por ra¬
zones llegadas en las cuales se hacía gala del desprecio
del Primer Supremo Dictador, como él mismo se llama¬
ba, para el Libertador. Simón Bolívar se creía un tanto
culpable de la grave situación del sabio porque él le
había rogado que regresase a América a continuar sus
trabajos que serían en el futuro un verdadero tesoro pa¬
ra el continente. Ante la tenaz negativa del Dictador, el
Libertador esbozó una gran jugada especial que ha po¬
dido cambiar el rumbo de la historia continental: Ar¬
gentina deseaba ardientemente la reincorporación de
Paraguay a su territorio. El plan bolivariano consistía
en invadir al Paraguay siguiendo el río Bermejo, de¬
rrocar a Francia, liberar a Bompland y devolver el
Paraguay a la Argentina. Esta lo deseaba pero se
obstinaba en no participar en el menor detalle de la
operación por temor a una intervención del Brasil.
El héroe lo haría por su cuenta y riesgo. Pero cuando
consultó su plan a Santander, éste, en una dura carta
escrita el 21 de enero de 1826 le decía entre„otras cosas:
“No tenemos derecho ninguno sobre el Paraguay ni
la provincia está dependiendo del gobierno español;
tampoco en calidad de auxiliares, porque en virtud
¿de qué pacto u obligación auxiliamos a Buenos Aires
en sus diferencias intestinas?”. Estas observaciones hi¬
cieron desistir al Libertador de su plan.
— 229
Francia gobernó 26 años. Murió el 20 de septiem¬
bre de 1840. Todavía el indígena Guaraní lo recuerda.
Cuando se habla de él, se llevan los dedos índice y
pulgar al ala del sombrero como recuerdo del “finado”
como ellos se expresan cuando se habla del tirano,
cuyos enemigos sustrajeron su cadáver y lo arrojaron
al río Paraguay para que se perdiera para siempre.
La vida paraguaya después de la muerte de Francia
fué difícil y tormentosa hasta el año de 1862 cuando
el Congreso eligió a Francisco Solano López para que
dirigiera el país con todas las facultades de que quisiera
disponer. Este nuevo señor abrió completamente las
fronteras paraguayas y trató por todos los medios a su
alcance borrar la imágen que su patria había exhi¬
bido en el exterior. Solano López se había educado en
Francia y era insaciable imitador de Napoleón cuya vi¬
da y obras conocía en todos sus aspectos.
Un día cualquiera, el Brasil, según las instruc¬
ciones del Emperador don Pedro II, procedió a invadir
al Uruguay con el fin de ayudar a que su Presidente,
Berro fuera derrocado por el expresidente Flores, muy
amigo del Brasil. Solano López tomó parte en el asunto
y con su ejército entró en defensa del Presidente cons¬
titucional del Uruguay y obtuvo algunos resonantes
triunfos sobre las tropas brasileñas. Como consecuen¬
cia de esto el primero de mayo de 1865 se fundo la
“triple alianza” —Uruguay, Brasil y Argentina— que
con más de cuarenta mil hombres invadió al Para¬
guay con el objeto de adueñarse del país y destruir
la dictadura de Solano López. Las operaciones empe¬
zaron por estrangular los ríos para evitar la entrada
de elementos de toda clase. La idea era hacer una
guerra relámpago para alcanzar su objetivo en pocos
230 —
días, pero la situación fue completamente diferente por
que los invasores no habían calculado el valor y la
capacidad de lucha innatos en el pueblo paraguayo.
Durante cinco años tuvieron que luchar los tres, entre
ellos los dos colosos suramericanos, porque solamente
el cinco de mayo de 1870 lograron acorralar a Solano,
acompañado de su querida, la escocesa Amelia Linch,
y sus dos hijos, el mayor de diez años y algunos sol¬
dados que quedaban ya extenuados, y dieron muerte
implacable a Solano en el cerro Corá, luchando todos
de uno contra veinte. Pocas veces se ha visto valor
semejante en todas las acciones bélicas de América.
Francisco Solano López es un ejemplo de valor para to¬
dos nuestros pueblos. Sólo quedó viva una tercera par¬
te de la población y en ella se hallaban comprendidos
los niños, los ancianos y los enfermos. Uruguay no
quiso recibir territorio del país vencido pero para los
otros, el espacio les despertó la sed de espacio. A la
Argentina le correspondieron 94.090 kilómetros cua¬
drados del territorio conquistado y al Brasil 62.325.
Hubo severas discusiones que trataron de agriarse
varias veces entre Brasil y Argentina, para fijar los
linderos de su conquista. Pero a pesar de este despojo,
Argentina luego se apoderó, en el norte del Paraguay,
en dirección al Perú, de una enorme faja de terreno
comprendida entre los ríos Pilcomayo y Paraguay.
Hubo protestas americanas por la rapiña inmisericorde
e intervinieron los Estados Unidos para que la última
parte arrebatada por la Argentina fuera devuelta al
Paraguay, que perdía así casi la mitad de su territorio
y sólo vino a conseguirse este acto de justicia en 1880
— 231
GEOPOLITICA - 13
cuando se pidió a los Estados Unidos que dictara un
fallo al respecto y este país dio una solución que fue
aplaudida por todo el continente:
“Hago saber que yo, Rutherford, Presidente
de los Estados Unidos de América, habiendo
tomado en debida consideración las refe¬
ridas exposiciones y documentos, vengo a de¬
cir por la presente que la expresada repú¬
blica del Paraguay tiene legal y justo título
a dicho territorio situado entre los ríos Pilco-
mayo y Verde, así como a la villa occidental
comprendida dentro de él; en consecuencia,
vengo a adjudicar por la presente a la expre¬
sada república del Paraguay el territorio
situado sobre la orilla occidental del río de
dicho nombre entre el río Verde y el brazo
principal del Pilcomayo, inclusive la Villa
Occidental”.- 12 de noviembre de 1878.-
En el año de 1928 empezaron a experimentarse
rozamientos en la frontera boliviano-paraguaya en la
región del Chaco. El Paraguay, ya restablecido de los
desastres de la guerra de la Triple Alianza había for¬
mado un ejército disciplinado y lleno de fe en la de¬
fensa de su territorio y al mismo tiempo conocedor
del terreno en donde un poco después debían desen¬
cadenarse las operaciones que se denominaron la “Gue¬
rra del Chaco”. Bolivia por su parte, contaba con unas
fuerzas armadas disciplinadas y bien mandadas, pre¬
paradas por el General Alemán Kundt y sus subal¬
ternos, pero este ejército estaba constituido para llevar
a cabo la lucha en una tierra desértica que debía
cumplirse con maniobras largamente estudiadas pero
del todo inadecuadas a la feroz y típica área del
Chaco. Esta región está situada en la parte occidental
del Paraguay y constituida por una inmensa llanura
aluvial que empieza en el piedemonte andino, en el
232 —
río Pilcomayo y que abarca alrededor de 247.000 ki¬
lómetros cuadrados. Está cruzada por grandes ríos
que en época de lluvia forma extensas inundaciones
debido a que en general está colocada sobre una capa
“margosa” que la cubre y permite la absorción del
agua muy difícilmente. Se ha dividido siempre en Alto
y Bajo Chaco, situado éste al sur del anterior. La
parte nororiental está cubierta de plantas espinosas y
aun de grandes vacíos estériles. El bajo Chaco, en
cambio, es rico en bosques de quebracho, planta muy
apreciada por su dureza y por la cantidad de tanino
que contiene.
La rudeza de las estaciones constituidas por las
lluvias constantes durante la mitad del año con sus
“bañados” o inundaciones y seis meses de una sequía
que cuartea el suelo y mustia las plantas, ha hecho que
sea la parte más deshabitada pese a su extensión. Fue
precisamente en esta parte en donde se libró la guerra
que tuvo como tablero el terreno más difícil de la
tierra para atender a una logística ordenada como lo
requiere todo conflicto bélico.
A esta zona se permite la afluencia de extranjeros
que quieran trabajar la tierra. La Ley 514 de Junio
de 1921 dió grandes privilegios a la comunidad “Meno-
nita” para que se instalara con sus ritos y costumbres
en el Chaco. Colonias europeas y canadienses se hallan
hoy allí en condiciones similares. *
La guerra del Chaco tuvo una ferocidad inigualable
y murieron miles de soldados de ambos bandos en
medio de la escasez de recursos y la lucha contra el
medio. Comandó el final de las operaciones, que fueron
favorables al Paraguay, el General Estigarribia, quien
ya pasado el conflicto, murió en un accidente aéreo.
— 233
Mucho se ha dicho sobre la inutilidad de una guerra
que exhibió tantas muestras de crueldad y de sufri-
miénto ya que el terreno no vale la pena por sus con¬
diciones especiales. Sin embargo, allí se presentaban
pozos de petróleo que indicaban una gran cuenca pe¬
trolífera y que podían considerarse como una verda¬
dera riqueza.
No hay duda de que una de las circunstancias
fundamentales para el retardo en el desarrollo del
Paraguay se debe al escaso número y difícil ubicación
de las vías principales.
Debido al enclaustramiento del país la dirección
principal de su comercio es la que va de Asunción a
Buenos Aires. La dificultad en la navegación de la
parte limítrofe del río Paraná y la longitud del ferro¬
carril que une la capital con aquel puerto, interrum¬
pido por numerosas férrovías situadas en los ríos que
lo cruzan, elevando enormemente el precio del trans¬
porte. Úna carga que va de Asunción a Buenos Aires
cuesta lo mismo que el transporte de Buenos Aires
a Yokohama en el Japón. Además tanto la vía fluvial
como la férrea pasan en sú mayor parte por territorio
argentino qué muy a menudo eleva considerablemente
los fletes que impiden toda posibilidad dé comercio y
producen grandes trastornos económicos. Si a esto se
agregan las múltiples medidas aduaneras, el caso se
agrava. En vista de estas condiciones el Brasil facilitó
carretef as y un puerto sobre el Atlántico con lo cual hi¬
zo un fuerte contrapeso a las medidas argentinas. Sola¬
mente el General Juan Domingo Perón se dió cuenta
exacta de lo qué significaba para el porvenir de su
país las facilidades y atracciones que ahora prestaba
el Brásil; y Perón en su segunda presidencia ofreció
234
al Paraguay todas las facilidades posibles, para, que
siguiera haciendo uso del ferrocarril y del río. Paraná.
Tanto este río como el Paraguay nacen en el Brasil y
van a morir a la Argentina, lo cual constituye una
constante amenaza para el país de las pampas.
El Paraguay es una especie de zona que aproxi¬
madamente en el sentido de los meridianos separa
dos países marcadamente imperialistas que son Brasil
y Argentina. Está partido en su centro por el río Para¬
guay. Al norte está la región del Chaco de que se habló
anteriormente y al sur la región paranaense, la que
contiene mayor parte de la población, tiene ricas tierras
para la agricultura y ganadería y cuenta con la ver¬
tiente de la Serranía de Maracajú que hace parte del
planalto brasileño. Fuera de esto posee el don de tener
en su frontera, tanto con Argentina como con el Brasil,
un gran trecho del alto Paraná que viene desde su
nacimiento en las tierras brasileñas con una marcada
inclinación e intempestivos cambios de nivel que lo
hace uno de los lugares más aptos para el desarrollo de
una gigantesca sociedad de presas hidroeléctricas.
Como los dos grandes países que lo circundan ca¬
recen del petróleo necesario para su consumo, hacen
todo, cuanto está a su alcance para reemplazarlo con
electricidad lo cual es posible por las facilidades que
la naturaleza ha puesto en la Cuenca del Plata; pe¬
ro esta actividad, pese a los tratados o convenios ge¬
nerales o particulares, no deja de prestarse a roza¬
mientos enconados entre los diferentes países.
La frontera común a los tres tiene un punto triple
en donde se encuentran y lo constituye la desemboca¬
dura en el Alto Paraná del río Iguazú. En este sitio
— 235
se forma la gigantesca catarata de Iguazú, una de las
mayores del mundo y de una magnificencia y belleza
superior a las cataratas de la Reina Victoria que en
Africa forma el río Zambeze. Aunque podrían ser
utilizadas para la producción de un no calculado nú¬
mero de kilovatios, las tres naciones han resuelto no
usarlas en el sentido hidroeléctrico, sino dejarlas en
su estado actual, ya que constituye una de las mayores
atracciones turísticas existentes.
Un poco al norte de esta maravilla hay siete saltos
sucesivos del río conocidos con el nombre de las Siete
Quedas -las siete caídas- en donde se pensó hacer una
represa monumental. Pero como después de estos saltos
hay una estrecha orografía, especie de cañón que se
prolonga por varios kilómetros se aprovecha ahora
para la construcción de la represa de Itaipú (la piedra
que suena) represa que ha de producir 100.700.000
kilovatios y que la señala como la mayor de las re¬
presas del mundo. La Argentina se ha opuesto fiera¬
mente a esta construcción, aunque nada tiene que ver
con ella su frontera, porque la obra tendrá un dique
de una elevación de 135 metros que es muy superior
a la cota máxima que puede alcanzar la represa ar¬
gentina, la Corpus, que alcanza sólo una cota de 130
metros. Y para ganarse la buena voluntad del Para¬
guay lo hizo partícipe de la presa de Viciret-Apipe.
Pero tanto Brasil como Paraguay sostienen que el
pacto de la Cuenca del Plata permite y aún más es¬
timula el desarrollo de empresas binacionales.
Pero hay que recordar que en las vertientes bra¬
sileñas del alto Paraná se han establecido ya numerosas
centrales hidroeléctricas y este es ya un principio de
dominación de la cuenca.
236 —
La gigantesca represa de Itaipú será construida
por el Brasil la que absorberá casi completamente la
fuerza producida, y como se considera que el Paraguay
es dueño de la mitad de ella, recibirá lo que le corres¬
ponde en dinero contante. De esta manera Paraguay
llegará a ser el mayor vendedor de electricidad del
mundo. Pero no debe olvidarse que, a pesar de la
riqueza que puede desarrollar la Argentina en múl¬
tiples aspectos, las facilidades comerciales que le ha
dado el Brasil al Paraguay son una especie de dominio
brasileño que va haciéndose cada día más fuerte al
mismo tiempo que indispensable para Paraguay. Las
carreteras brasileñas y el puerto de cargue y descargue
ofrecido al país de los guaraniés son anillos de una
cadena que día a día, sumadas a la compra de ele¬
mentos paraguayos en condiciones muy apreciables,
lo ligan al país.
Argentina ve en esta especie de dominación llevada
suavemente, un intento de dominación brasileña en
la Cuenca del Plata, busca el señorío absoluto del
“cono sur” de la América del Sur y quiere ligarse
estrechamente al Pacto Andino para dar una salida a
sus productos y a un cierto expansionismo de su pres¬
tigio continental que parece que va haciéndose cada
vez más reducido y aun ha propuesto que el ferro¬
carril que va de Buenos Aires a Santa Cruz de la Sierra
de Bolivia se alargue hasta Cochabamba y descienda
hasta llegar a Lima con lo cual quedaría construida una
especie de ventosa que atraería el comercio argentino,
y dando paso fácil al Paraguay moderaría la influencia
brasileña, pero esta idea es todavía un sueño muy di¬
fícil de realizar.
— 237
CONFEDERACION BRASILEÑA
238 —
BRASIL
“Decir que el Brasil es un país es exacto;
pero lo es también el asegurar que
constituye él sólo casi un continente con
sus 8.500.000 kilómetros cuadrados de
superficie. Es un país, un Estado, ya que
disfruta de una cohesión política y eco¬
nómica que sorprende a menudo al ex¬
tranjero. Es, sin embargo, casi un conti¬
nente, puesto que ofrece al hombre el
mayor espacio útil, no teniendo monta¬
ñas inaccesibles, ni desiertos helados o
abrasadores. Y no obstante, el Brasil nos
ofrece una variedad de paisajes descono¬
cida en cualquier otro país. En el norte
comprende el inmenso caudal de agua
del Amazonas, que corre desde el pie de
la cordillera de los Andes, cuyas cimas
más altas están en Colombia, Ecuador
y Perú hasta el océano Atlántico. Si¬
tuado debajo del Ecuador es el dominio
de la selva virgen, muy difícil de pe¬
netrar, paraíso de pájaros y de las ma¬
riposas de colores resplandecientes, don¬
de reina la pantera y los reptiles domi¬
nan, imperio rico en misterios y leyen¬
das. En el nordeste se encuentran los
Estados de Ceará, Río Grande del Norte,
— 239
Paraíba y Piauí. Allí el clima es más
seco; la vegetación menos abundante
conforma al “SERTAO” vastas exten¬
siones de tierra a veces devastadas por
terribles sequías. Hugo celebraba el
siglo pasado cuando escribía a los bra¬
sileños: “Teneís la doble ventaja de una
tierra virgen y de una raza antigua. Un
gran pasado histórico os une al conti¬
nente civilizador. Reunís la luz de Eu¬
ropa al sol de América”.
KURT PETER KARFELD
Brasil
LA CONFEDERACION BRASILEÑA
Cuando el primer viaje de Colón confirmó la re¬
dondez de la tierra los reyes católicos pidieron al
Papa Alejandro VI que fijara la marca hasta donde
podían llegar las conquistas españolas que iban en
sentido inverso a las portuguesas. El Pontífice, por
medio de la Bula Intercoetera del 4 de mayo de 1493
fijó una línea que iba de polo a polo y pasaba cien
leguas al oeste de las islas Azores y de Cabo Verde.
Con esto, a Portugal no le correspondía en la América
del Sur sino el pequeño espacio constituido por el
extremo oriental del continente. Airado por el trata¬
miento y afianzado en la imprecisión de la línea ale¬
jandrina, se negó a aceptarla e inclusive llegó hasta ha¬
cer preparativos bélicos para respaldar su decisión. Fue
entonces necesario para España cambiar la línea por
otra que se fijó en el tratado llamado de Tordesillas,
firmado el 7 de julio de 1494 y que pasaba doscientas
ochenta leguas al occidente de la anterior. Este nuevo
trazo entregó a Portugal el espacio comprendido al
este de la recta que iba de la desembocadura del Ama¬
zonas a la punta de Patos frente al Uruguay de hoy,
en el Atlántico.
— 241
Portugal dividió su espacio en catorce fajas para¬
lelas de treinta a ochenta leguas de ancho a las cuales
llamó Capitanías cada una de las cuales entregó,
con carácter hereditario, a distintos amigos de la mo¬
narquía.
La pésima administración de las capitales obligó
a la Corona a hacer transformaciones substanciales;
cambio el trazado, redujo su número, y dejó la Capi¬
tanía Real de Todos los Santos para las autoridades
nombradas por el Rey con jurisdicción en toda la
colonia. Los enviados construyeron como ciudad capi¬
tal y base administrativa El Salvador.
Una fuerte masa de inmigrantes llegó y se instaló
en el litoral en tierras aptas para sus cultivos y para
establecer con el extranjero el comercio de Palo del
Brasil cuya savia rojiza era tenida en grande estima
para el trabajo de las pieles. El árbol dejó su nombre
de Brasil al territorio.
Vino luego la siembra de caña de azúcar que se
adaptó muy bien al ambiente, especialmente en la par¬
te norte. Nacieron grandes latifundios azucareros en¬
sanchados y arreglados gracias a la importación abun¬
dante de mano negra africana. El negro se convirtió
en esclavo y esta esclavitud llegará más tarde a pro¬
ducir resultados políticos de gran trascendencia. El
hombre del ingenio se convirtió en señor poderoso
y consiguió influir definitivamente en los asuntos po¬
líticos y sociales brasileños. Fue esta la época llamada
“del azúcar”, la primera gran época de la vida del
Brasil.
Como los inmigrantes, cuyo número crecía cons¬
tantemente, se habían estabilizado en la costa, se for-
242 —
marón agrupaciones llamadas “bandeiras” que resol¬
vieron lanzarse hacia el oeste, dominando los grupos
indígenas y buscando riquezas minerales. Las “ban¬
deirantes” pasaron sobre la línea de Tordesillas y
en su empuje llegaron hasta el río Yavary, que hoy
forma el límite con el Perú y desemboca cerca al te¬
rritorio colombiano. Ante este movimiento heroico lle¬
vado en todas direcciones España propuso a Portugal
un nuevo tratado de límites firmado en San Idelfonso
el 1? de octubre de 1777 por medio del cual la Corona
española aceptaba el avance de los bandeirantes, tres¬
cientas leguas al occidente de la línea de Tordesillas,
esto es,hasta el río Yavary.
El sistema de los bandeirantes de ir organizando
el espacio que conquistaban y su entrega a la Corona
como un todo indiviso, dejó en la política internacional
brasileña el principio de reconocer como de su propie¬
dad la tierra que hubiera sido ocupada, de donde nació
la modalidad del Uti-Possidetis de Facto que pasó
a la colonia y luego a los Estados Unidos del Brasil.
España, en cambio, repartió su parte continental
en numerosas unidades políticas que formaban una
especie de federalismo intransigente. Les fijaba por
disposiciones especiales las fronteras que las separaban
y cada una de ellas administraría su región por sí mis¬
ma sin tener muy en cuenta las subdivisiones que se le
habían querido imponer. Lo esencial entonces era la
frontera ocupada o desconocida pero legalmente se¬
ñalada. El Uti-Possidetis Juris es decir, el espacio
fijado legalmente vino a ser la regla española la que
a lo largo de su historia ha sido fuente de dictaduras
y de discordias.
— 243
Este tiempo de los bandeirantes constituyó la se¬
gunda gran época brasileña conocida con el nombre
de la “época de oro” debido quizás a la abundancia de
este mineral hallado en diferentes partes del país.
Pero en la colonia portuguesa va a sucederse un
importante fenómeno político. En 1808 Napoleón in¬
vade a Portugal y la real familia lusitana, con su mo¬
narca Juan IV, llegaron al Brasil. A la caída de Napo¬
león don Juan regresó a la Metrópoli dejando encargado
de la colonia a su hijo don Pedro quien, forzado por
graves circunstancias políticas, independizó al Brasil de
Portugal y empezó a regir el país como un imperio.
Se llamó así mismo Pedro II. Su reinado sería largo
y fructífero (1840-1889). El nuevo emperador empezó
una era de progreso material y político que trans¬
formó completamente el país. Durante su reinado se
sembró el café, primero en la parte norte y luego en
el sur en donde se adaptó maravillosamente a las con¬
diciones ambientales y su cultivo se extendió como
una nueva fuente de riqueza y surgió el período deno¬
minado “La etapa del café”. Pero para atender la nueva
industria se hicieron grandes importaciones de esclavos
africanos los cuales eran tratados sin piedad. Ya en
el año de 1889, Don Pedro, conmovido por el trato
que se le daba a los negros, resolvió decretar la libertad
de los esclavos. La Ley se cumplió pero el Emperador
perdió el trono y tuvo que regresar a Portugal después
de una revolución sin graves consecuencias. Apareció
entonces la nueva nación: Estados Unidos del Brasil.
Pero lo más importante del reinado de don Pedro
II fue sin duda la cuestión de fronteras. El Emperador,
dueño de un gran sentido espacial, se empeñó en arrojar
244 —
del Imperio por la fuerza a las diversas invasiones
al territorio brasileño que habían efectuado Francia,
Inglaterra y Holanda partiendo de sus posesiones en
el Caribe, lo mismo que los intentos expasionistas
de algunas colonias españolas. Desgraciadamente en el
momento de su abdicación sólo había dos fronteras
trazadas entre las once que le correspondía definir.
Estas dos fronteras materializadas eran las de Uru¬
guay, cuando en octubre de 1828 Argentina y Brasil
acordaron renunciar definitivamente a sus pretensiones
sobre el territorio uruguayo, y a la del Paraguay que
se definió con el pedazo de territorio con que el Brasil
integró al suyo después de la triste victoria de la Tri¬
ple Alianza sobre el país de Francisco Solano López.
La enorme tarea fronteriza le incumbió durante
la república al Barón de Río Branco, el mago de la
geopolítica espacial del Brasil. Este hombre ilustre,
desde la Cancillería de Itamaratí fue arreglándolo todo
con un tino, una diplomacia pacífica y una visión
del futuro como quizás no haya visto otro la América
del Sur.
CON BOLIVIA
El trazo de los límites fijados por España había
sido roto por numerosos brasileños ceracenses explota¬
dores del caucho que abunda en la parte septentrional
de Bolivia, llamada Territorio del Acre. El país quiso
sacar a los intrusos pero fuerzas brasileñas se opusieron
a ello. Ante la superioridad del adversario Bolivia
quiso entregar el territorio a un sindicato norteame¬
ricano -Bolivian Syndicate- hecho este que fue detenido
por la amenazante actitud de Río Branco. Como final
de todo se hizo un tratado entre los dos países por
— 245
medio del cual el Brasil ensanchó su territorio en
191.000 kilómetros cuadrados y dio en cambio dos
millones de libras esterlinas y construyó un ferrocarril
entre los ríos Madeira y Mamoré para que el país pu¬
diera sacar sus productos por el Amazonas.
CON EL PERU
El litigio brasileño-peruano abarcaba 442.000 kiló¬
metros cuadrados entre los cuales se contaba el te¬
rritorio de Acre que ya había sido negociado con Boli-
via. Del total quedaron en poder del Brasil 403.000 ki¬
lómetros. El resto fue para el Perú. El acuerdo quedó
concluido en 1927.
CON EL ECUADOR
Este país le disputaba a Colombia y al Perú tierras
que limitaban con el Brasil. Este esperó pacientemente
hasta cuando se arregló el asunto entre los tres países
y el Ecuador dejó de limitar con el Brasil.
CON COLOMBIA
Numerosos fueron los intentos de fijación de lí¬
mites colombo-brasileños hasta cuando, con su habi¬
lidad acostumbrada, Río Branco logró que se trazara
la parte septentrional de la frontera. Después del con¬
flicto colombo-peruano de 1933 se materializó la parte
final formada por la recta que va desde la desembo¬
cadura del río Apoporis en el Caquetá hasta el fuerte
de Tab atinga sobre el Amazonas. Esta línea había sido
fijada por el Barón como límite oriental de cualquiera
de las repúblicas de Colombia, Perú o Ecuador que
llegaron hasta el Brasil por la márgen izquierda del
río Amazonas. La frontera quedó demarcada en 1930.
246 —
CON VENEZUELA
Sólo cuando de acuerdo con el Laudo español acep¬
tado por Colombia y Venezuela se hizo la demarcación
de la frontera común, el Brasil empezó a arreglar sus
límites con Venezuela. Al principio hubo muchas con¬
versaciones hasta 1928 cuando una comisión mixta
llegó a un acuerdo y en 1933 quedaron instalados los
hitos que marcaban la raya.
CON LAS GUAYANAS
Inglaterra, Holanda y Francia tomaron posesión
de sus territorios suramericanos y formaron las colonias
que se denominaron Guayana Inglesa (hoy República
Independiente de Guyana), Guayana holandesa o Su-
rinam y Guayana Francesa. Los dueños de estas co¬
marcas poco a poco las fueron avanzando hacia el sur
hasta sobrepasar el límite anteriormente acordado con
el Brasil. Durante el Imperio se rechazaron violenta¬
mente las invasiones pero las verdaderas fronteras
quedaron sin confirmar. Sólo en tiempo de la república
se pudo llegar a un acuerdo.
Para fijar el trazo con la Guayana Inglesa se nom¬
bró como árbitro al rey de Italia quien en forma salo¬
mónica dividió el espacio en litigio en dos mitades y
dio una a cada uno de los contendores.
Con relación a la Guayana Holandesa, el asunto
fue hábilmente dilucidado por el Barón de Río Branco
en 1906. La materialización de la frontera empezó en
1935 y se terminó en 1938.
Con la parte Francesa la cosa fue más difícil. Se
escogió como árbitro al Presidente de Suiza, pero el
— 247
fallo emitido en 1900 no fue aceptado por Francia.
Para llegar a un nuevo trazado se nombró una comisión
compuesta por el gran geógrafo francés Vidal de la
Blanche, de una parte, y de otra al Barón de Río Branco
quien consiguió a favor del Brasil, 225.000 kilómetros
cuadrados. Francia no negó la aceptación del arreglo
pero empezó a mostrar desánimo en la demarcación de
la frontera y aún hoy la situación sigue igual a pesar de
que el Río Oyapoque fue señalado como la casi totali¬
dad de la frontera.
CON ARGENTINA
No hay la menor duda de que hace muchos años
existe un refinado antagonismo entre la Argentina y el
Brasil. Desde las contiendas armadas por el fuerte de
Sacramento de que se habló atrás, los dos países se mi¬
ran con recelo y su armonía casi se muestra exclusiva¬
mente por las relaciones diplomáticas. Dos países pe¬
queños le sirven de tapón fronterizo, Paraguay hacia
el norte y Uruguay hacia el sur. Por eso debido a estas
circunstancias parece increíble el hecho de que después
de la guerra de la “Triple Alianza” contra el Paraguay
haya permitido el Brasil que la Argentina hubiera
entrado con una tremenda punta de crecimiento por en¬
tre los dos países menores, encerrada por los ríos Para¬
guay y Paraná dentro del territorio brasileño hasta
el río Iguazú que desemboca en el Paraná, formando
las cataratas de Iguazú que son el punto triple en donde
se encuentran Argentina, Brasil y Paraguay. Argentina,
que sabe perfectamente que toda punta de crecimiento
debe hacerse internamente más fuerte que el medio
circundante, fortifica el territorio que hoy se deno¬
mina Misiones y que es el mayor centro productivo
/
248 —
' de la yerba mate tan apreciada por brasileños y ar¬
gentinos. La región está ligada a Buenos Aires por el
río Paraná, en todo su trayecto navegable, y sobre el
cual los dos países construyeron el bello puente de
Uruguaina que frena el contrabando e intensifica las
relaciones comerciales de entrambos.
En esta animadversión argentino-brasileña es con¬
veniente anotar que la Argentina se cree, especialmente
por su ubicación espacial, más importante que el Brasil
y anota que la parte más civilizada de éste último
que está en los Estados del sur, en cuanto a cultura
no tiene comparación con la más civilizada de la
Argentina. Por eso ha tenido tanta resonancia en el
orgullo de ese país una observación del gran histo¬
riador inglés Arnold J. Toynbee que hace referencia, a
la región latinoamericana que va más allá del paralelo
20 grados sur.
“Esta región -dice Toynbee- constituye sólo una
pequeña fracción de los vastos territorios de la Re¬
pública (Brasil), pero en cuanto a importancia social
pesa mucho más que la fracción mayor que se extien¬
de a lo largo de la costa Atlántica desde el paralelo
20 grados hasta el punto en donde la costa toca el
Ecuador, en las bocas del Amazonas. Además, el Brasil
meridional mismo es inferior en cuanto a civilización,
a las regiones adyacentes situadas aún más al sur:
la República del Uruguay y la provincia Argentina
de Buenos Aires. Es indudable que a lo largo del litoral
Atlántico suramericano, el sector ecuatorial no es es¬
timulante sino positivamente relajante y que el área
climática óptima en el sentido donde la incitación del
contorno físico provoca respuesta humana más eñcáz
— 249
empieza en el paralelo 20 sur y se acerca a su
punto más alto en las cercanías del Río de la Plata,
que en las del trópico de Capricornio” (*).
A esta observación a la cual el clima y la latitud
sirven de fondo para elevar a la Argentina sobre el
Brasil, le achacan los brasileños la tendencia arro¬
gante con los países limítrofes y especialmente con
la república del Plata.
Las inmensas fronteras del Brasil que suman 16.424
kilómetros representan un gran problema de vigilan¬
cia. Hay muchos sectores de ellas, casi despoblados
en un considerable estado de subdesarrollo. Es pre¬
cisamente en esas áreas en donde ha constituido sus
“territorios fronterizos” dirigidos y administrados di¬
rectamente por el poder central que cuenta con una
organización política y militar, suigeneris que ase¬
gura en cada momento la estabilidad de los límites.
Acre, Río Branco, Rondonia, Amapá y algunos otros
están organizados frente a diversos vecinos.
Ahora, si miramos un mapa del Brasil que nos
muestre su densidad humana, industrial y cultural,
tenemos que convenir que el meridiano 15 grados
sur lo divide en dos partes, el Norte y el Sur. Este
tiene una civilización europea y es la región viva y
vital de la nación. La otra, en cambio, tiene, espe¬
cialmente hacia oeste, un desenvolvimiento primario
que opera la verdadera integración, aspiración en la
cual está empeñada actualmente la nación con el ma¬
yor esfuerzo en este sentido que existe en toda la Amé¬
rica.
(*) Arriold J. Toynbee—Estudio de Historia Vol. II.
250 —
De otra parte, los 8.511.695 kilómetros cuadrados
con que cuenta tienen en su centro el Planalto de
Matogroso del cual, como unos cuernos gigantes, se
desprenden con dirección noreste y noroeste dos cor¬
dilleras que avanzan profundamente. De allí parte
Delgado de Carvallo para dividirlo en cuatro regiones
que son: el Brasil amazónico, el nordeste subecuatorial,
la vertiente oriental de los Planaltos y el Brasil Pala¬
tino. Las cuatro tienen un contacto muy lógico con el
mar ya que la mayoría del ecumen desde la colonia
había estado asentado sobre el litoral.
Fue esa fuerte aglomeración humana del litoral
la que dejaba vacío el interior, lo que hizo que en 1960
se cambiara la capital nacional, la bella Río de Janeiro,
por Brasilia, colocada cerca de 1.400 kilómetros hacia
el oeste pese a que la nueva capital casi llegó a com¬
prometer la economía del país. Este cambio fue un
acontecimiento político de carácter nacional. Era la
nueva sede del gobierno una ciudad ideal cuya colo¬
cación excepcional fue conscientemente calculada para
que hiciera juego con la grandiosidad brasileña.
La geografía jugó un gran papel en la ubicación de
Brasilia: alrededor de ella existían grandes territorios
casi completamente vacíos, el clima era ideal y la abun¬
dancia de agua quedaba asegurada por muchos años y
hasta ella podían llegar todos los abastecimientos ne¬
cesarios, fuera cualquier el número dé habitantes que
tuviera en el futuro. Igualmente era fácil conseguir
en el área gran cantidad de materiales para su cons¬
trucción y uñ suelo adecuado a cualquier cimentación
que fuere necesaria. Se buscó también la manera de
— 251
GEOPOLITICA - 14
que quedara colocada en el centro de los nacimientos
de cuatro enormes ríos, el Paraná, el San Francisco,
el Tocantins y el Paranaiba.
Desde el punto de vista político la nueva capital
absorbería nueve estados, mientras que al sur queda¬
ban sólo cuatro. Con eso el gobierno podría ejercer una
acción dominante en cualquier momento. De igual
manera quedaba cerca de los grandes yacimientos de
hierro de Itabira y de los depósitos de petróleo que le
aseguraban un brillante porvenir económico. La situa¬
ción garantizaba un definido sistema centralista.
La creación de la nueva ciudad ha hecho que
el ecumen costero se vaya erosionando debido a la mar¬
cha hacia el oeste. Esto ha sido una condición indis¬
pensable para doblar la importancia del Brasil y ese
movimiento hizo que las tierras que rodeaban a Brasi¬
lia hubieran podido ser adquiridas fácilmente y hayan
producido por su consignación grandes cantidades de
dinero al erario.
Hablando de manera general puede decirse que
la fundación de Brasilia cambió por completo la situa¬
ción de toda la región amazónica.
El primer momento de aislamiento de Brasilia fue
neutralizado por la construcción de la carretera que
va desde Belén en la desembocadura del Amazonas a
la nueva capital, empleando para este audaz trazado,
construcción y sistemas de colonización tan perfectos
que atrajeron enorme cantidad de gente y dieron pié
para que se pensara en una integración completa de
la Amazonia al resto del país.
De otra parte el hombre en busca de climas mejores
se fue corriendo al sur, a la región palatina, hasta for-
252 —
mar allí la agrupación más importante de carácter eco¬
nómico y político, lo cual da un significado excepcional
a la región en el sentido geopolítico. Esta área tiene
como eje el que va hacia el sur por entre el río Para¬
guay y la orilla del mar al sur, abrazando al Uruguay
hasta Chuí, casi en el río de la Plata que tanto ansia
el Brasil, y que separa del mar la parte oriental del
Uruguay por un límite aproximado de 1.000 Kms., y
una parte de la frontera viva como es el sector de
Santa Ana de Livramento en donde la frontera pasa
por la calle central de la ciudad. El Brasil trata de ab¬
sorber la región pero la fuerza de atracción que posee
la bahía del Plata es tan grande que no sólo anula sino
que contrarresta esa aspiración, pero los compromisos
de compra de petróleo en muy buenas condiciones,
el Paraguay comprometido durante largo tiempo por
las enormes bases hidroeléctricas comunes y la faci¬
lidad concedida también a Bolivia para que puedan
usar las líneas de comunicación brasileñas, los atan
fuertemente y toma así el Brasil una posición pre¬
dominante en la confederación.
La Argentina es una inmensa nación de tempera¬
mento introvertido que se ha olvidado de los demás
países americanos para mantener sus contactos econó¬
micos y culturales con Europa, no cayó en la cuenta
del inmenso poder absorbente de la región del Río de
la Plata y puso obstáculos al comercio de Bolivia y
Paraguay. Brasil aprovechó esto para su ventaja. Sólo
Juan Domingo Perón comprendió el error geopolítico
que su país estaba cometiendo y trató de arreglarlo
aunque un poco tardíamente cuando ya la Europa
Central se había convertido en una de las más famosas
áreas económicas del mundo y empezaba a aminorar
— 253
su comercio con él exterior, lo cual dejaba ver una
crisis de grandes proporciones para su país y empezó
entonces a buscar la manera de unirse ál Pacífico, así
fuera por medio de túneles que Chile desechó. Ahora,
por el hecho de poseer una grande extensión de ver¬
tiente oriental de los Andes pretende entrar al grupo
andino con lo cual cree que desaparecerá toda posibili¬
dad de aislamiento.
LA AMAZONIA
El Brasil es un país de dimensiones continentales.
Pero en sus 8.511.695 kilómetros cuadrados los cien
millones de habitantes están repartidos de úna manera
tan regular que a veces se encuentran densidades
enormes como las de los pequeños países europeos y
también extensas regiones que solámente cuentan con
uno y aun 0.5 habitantes por kilómetro.
Esta última característica se encuentra principal¬
mente en la región amazónica que corresponde al 50%
de la superficie del país y en donde sólo habita el 3.8
de la población total. La mayoría de los pobladores se
halla en la faja costanera de cerca de 500 kilómetros
Y a medida que se avanza hacia el oeste lá distribución
humana sé va haciendo cada vez más rala hasta darse
el caso de que hay largos trazos en sus inmensas fron¬
teras que son inaccesibles.
Dentro del continente la hilea amazónica se ha
calculado en 5.318.093 kilómetros cuadrados, de los
cuales 4.834.704 corresponden al Brasil.
Sobre la amazonia se halla una inmensa red de
ríos navegables que forma la mayor cuenca hidro¬
gráfica del mundo. Pero a pesar de su extensión está
254 —
prácticamente despoblada. El mayor esfuerzo que hoy
se efectúa en el Brasil, el mayor que hoy tiene lugar
en el continente, consiste en la integración de ese in¬
menso potencial a la dinámica del país y hacer de él
una región, en un futuro no lejano, tan próspera como
los estados meridionales que se mencionan anterior¬
mente.
Brasil ha llegado a la conclusión de que los ríos por
si solos no pueden cumplir una misión colonizadora. La
naturaleza regional hizo que los pequeños grupos hu¬
manos que pueblan ese espacio se establecieran a las
orillas de los ríos, siempre expuestos al peligro inevi¬
table de las crecientes que por la topografía alcanzan
magnitudes inconmensurables. De otra parte, esta for¬
ma actual de población proporciona una tremenda dis¬
persión humana debido a las cuencas innumerables. Por
último este tipo de ocupación del suelo deja, entre
hoya y hoya hidrográfica, los mejores terrenos los me¬
nos expuestos a inundación y más aptos para la gana¬
dería y la agricultura.
Una cosa no antes sospechada, se ha encontrado
ahora con la colonización brasileña y consiste en que
el suelo, antes no estudiado con detenimiento, cubre
inmensos yacimientos de diversos metáles que pronto
serán una riqueza mayor que la que pueda propor¬
cionar la superficie misma. „
La condición fundamental que necesita la región
amazónica para su desenvolvimiento es una gran red
de vías terrestres que en parte comuniquen entre sí
los ríos navegables y en muchas partes los sustituyan.
Los trabajos que esta empresa requiere han sido estu¬
diados con todo esmero.
— 255
Si observamos un mapa nos damos cuenta que la
región amazónica brasileña está íntegramente encua¬
drada en la zona tórrida y forma hacia el oeste una
concavidad que limita con siete países: Bolivia, Perú,
Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam y la Guayana
Francesa. Una gran cantidad de ríos que nace en
estos países contribuye a formar la cuenca hidrográ¬
fica del Amazonas y son otras tantas fuerzas sobre las
cuales la enorme hilea ejerce una atracción constante.
El gran esfuerzo brasileño hacia esas siete fronteras y
las respectivas naciones, tendrá que cambiar la atonía
que ha mantenido siempre en la extensión amazónica
en sus sistemas administrativos y darle un dinamismo
nuevo para evitar un contraste que pueda entrañar
peligros a la soberanía de cada una, menos por la in¬
cursión del Brasil que por el deseo de esas regiones
marginadas de participar de las ventajas de las tie¬
rras que la rozan.
De otro lado, la similitud de problemas, la nece¬
sidad de un dinamismo nuevo y la obligación de apro¬
vechar las innumerables experiencias de su gran veci¬
no, las llevarán sin duda a formar un pacto de unión,
una especie de “confederación Amazónica” conveniente
para todos, lo cual dará una inusitada fuerza al más
grande vacío humano del mundo después del Sahara.
El plan vial brasileño parece indicar claramente que
el país va en busca de aquella formidable confedera¬
ción. Caso de estudio muy especial será el de las na¬
ciones que forman el Pacto Andino y que al mismo
tiempo hacen parte de la hilea amazónica, para definir,
con excepción de Chile, la forma en que deben partici¬
par simultáneamente de los dos pactos.
256 —
Cuando esto se realice, para lo cual parece que no
se requiere un plazo largo, la América del Sur estará
integrada por tres grandes agrupaciones socio-econó¬
micas: el Pacto Andino, la Confederación Amazónica y
la Confederación del Plata. En ese momento este con¬
tinente habrá alcanzado una fortaleza insospechada y
si en un rasgo de sentido común, dados los nexos geo¬
gráficos, geopolíticos y sociales que los ligan, logran
reunirse, Suramérica llegará a ser no un conjunto de
países en vía de desarrollo, sino una de las regiones
más importantes del mundo.
Ahora, para aclarar los dos puntos anteriores y ver
sus posibilidades de realización hay que hacer el esbo¬
zo del plan brasileño de vías de comunicación en la re¬
gión.
El nordeste brasileño, inadecuado para una po¬
blación que casi llega a los 30.000.000, sometidos a un
régimen estacional inclemente especialmente en la par¬
te seca denominada los “sertones” que aunque traba¬
jada intensamente, ya que no es suficiente para soste¬
ner su numerosa población que hay que drenar hacién¬
dola llegar a comarcas ricas colocadas al occidente, en
donde pueda, con mano de obra abundante, enrique¬
cerse y progresar forjando al mismo tiempo una nueva
imágen del país.
El esqueleto de esta gigantesca red e* el siguiente:
hay una vía, la Transamazónica, que corta la parte más
ancha del Brasil. Empieza en Recife, sobre el Atlántico,
y va hasta Cruceiro do Sul, próximo a la frontera con
el Perú, cerca de Pucalpa a donde llega la amplia red
de carreteras que vienen desde Lima, sobre el Pacífico.
Se trata de una ruta que tiene 3.900 kilómetros de lon-
257
gitud y que en su mayoría va cortando terrenos selvá¬
ticos. Situada al sur del Amazonas va otra carretera
similar que parte la otra verticalmente y va desde el
puerto de Santarem, sobre el gran río, hasta Cuibá en
el centro mismo del planalto de Matogroso en el cen¬
tro exacto del país. La primera de éstas está hecha en
varios frentes de trabajo cada uno de los cuales está
adscrito a una poderosa compañía caminera. La segun¬
da está casi completamente construida en su totalidad.
Finalmente, está en marcha una tercera vía la “peri-
metral del norte” que corre paralela a las fronteras
brasileñas del centro y del oeste de la Amazonia y
tendrá una longitud de 4.215 kilómetros de longitud.
Empieza en Macapá, en las bocas del Amazonas y lle¬
gará hasta la frontera de Colombia en dirección a Mitú
en donde espera conectarse con la red colombiana. Esta
vía, desde él sitio denominado San Gabriel, sobre el
río Isaná, se dirige hacia el sur, pasa por un puente so¬
bre el Amazonas cerca de la desembocadura del río
Yavary en donde se encuentran Colombia, Brasil y Pe¬
rú, y sigue hacia el sur para terminar en Cruceiro do
Sul sobre la transamazónica. De esta “perimetral”, la ca¬
rretera trazada con mayor acierto geopolítico, parten
vias que van directamente dé oriente a occidente, a la
Guayána Francesa, Surinam, Guyana, Venezuela, Co¬
lombia y Perú. El Brasil ayuda ahora al Ecuador a cons¬
truir la carretera que los ecuatorianos llaman “trans¬
continental” que va desde San Lorenzo sobre el Pacífico
hasta un sitio sobre el río Putumayo afluente del Ama¬
zonas. De esta manera Brasil, antes de cuatro años, pla¬
zo máximo para la terminación de la obra, estará unido
con sus vecinos amazónicos en la misma forma en que
lo está con los : países meridionales.
258 . —
Numerosas transversales o “líneas de enroque”
conectan las diferentes calzadas.
De todas estas conexiones internacionales induda¬
blemente las principales son las de Venezuela y la del
Ecuador. Con el primer país hay dos arterias, una por
la parte oriental venezolana y otra por la parte occi¬
dental. El Brasil necesita petróleo y las vías serán fuen¬
te de abastecimiento para él y para Venezuela en un in¬
menso mercado seguro. Cosa parecida sucede con el
Ecuador, nuevo millonario del petróleo, que permite
hacer el juego a un intento venezolano de predomi¬
nio de la navegación amazónica. Si los nuevos descu¬
brimientos petrolíferos del Perú son verdaderamente
importantes, su unidad vial servirá a un propósito se¬
mejante: a los anteriores.
En cuanto a Colombia, como el carbón en el Brasil
es escaso y en ella hay una abundancia del 73% del
total carbonífero de Suramérica, se podrá establecer
un comercio ventajoso, para lo cual el empalme de las
vías con las colombianas serán la base fundamental.
La irradiación, que arranca de Brasilia, penetrará pro¬
fundamente en los doce estados que la envuelven.
Al hacer el esbozo de las líneas de esta región del
Brasil parece que hubiera dejado de lado a Chile. Sin
embargo, ayuda a Bolivia, su principal proveedor de
petróleo y de gas, a adelantar el ferrocarril que va des¬
de los grandes yacimientos de Santa Cruz "de la Sierra,
a donde llegan sus líneas a conectar el ferrocarril que
une este sitio con Cochabamba, y aún más adelante
hacia Oruro, hasta llegar a Arica, el puerto chileno
más septentrional. Así, de Corumbá, en la frontera
brasileño-boliviana, se va casi en línea recta a la costa
de Chile.
259
Durante mucho tiempo, al estudiar las posibilida¬
des de progreso suramericano se pensó que éste estaba
configurado por dos ejes que formaban una equis cu¬
yos cuatro extremos eran Lima y Buenos Aires, y Río
de Janeiro y Santiago. El Brasil, con su esmerado es¬
tudio vial resolvió anular esta profética intención que
le dejaba, quizás para siempre, la región amazónica en
un estado primitivo de subdesarrollo y buscó la unión
anteriormente citada, orientó mejor su red y la ante¬
riormente enunciada unión con Chile. Además siempre
ha procurado que se mantenga un intercambio comer¬
cial importante entre las dos naciones a través de las
vías que lo unen con Buenos Aires y a éste con San¬
tiago .
PROYECCION CONTINENTAL DEL BRASIL.
Brasil y Portugal estuvieron unidos por siglos has¬
ta cuando se separaron durante el segundo imperio, el
de Don Pedro II. Pero la unidad brasileña se conservó
íntegramente y no se rompieron las buenas relaciones
con la metrópoli. Su sistema fue el contrario de las co¬
lonias españolas que fueron divididas y subdivididas a
fin de poderlas manejar mejor. El viejo proverbio de
“divide y reinarás”, nunca se puso en evidencia como
entonces, pero sus consecuencias fueron catastróficas.
Por otra parte, el Brasil no tuvo después de su descu¬
brimiento que entenderse con una fuerte civilización
indígena como aconteció con el Perú, Chile, México,
Colombia. Puede decirse que eliminó de su historia el
período de la conquista.
Pero este país, el quinto del mundo en extensión,
con recursos inagotables y hoy el más poderoso de Su-
260 —
ramérica, podía someterse a la teoría de Makinder so¬
bre el predominio mundial, diciendo que Brasilia será
el pivote geográfico de la historia suramericana, el Bra¬
sil será el corazón de Suramérica y el resto formará la
isla continental.
Uno de los grandes inconvenientes para cumplir su
anhelo próximo de gran potencia mundial es su falta de
salida al Pacífico. Pero a él se va aproximando, pri¬
mero por el dominio de Bolivia de la cual recibe su
petróleo en excelentes condiciones y le proporciona un
mercado seguro y al Paraguay que con sus famosas
represas del Alto Paraná, hechas en compañía, se pa¬
garán con dinero brasileño según la cantidad corres¬
pondiente. Además, llevando el empalme de sus vías
con los sistemas de los países que están sobre el Pací¬
fico acortará sus líneas de navegaciórt con el Norte y
Centro América y así el petróleo y los elementos de
que carece le llegarán en mejores condiciones.
Pero a pesar de este movimiento gigantesco del
centro hacia la periferia, el Brasil ha trazado un vasto
plan que lo lleva, no sólo a ser el primer país de Sur¬
américa y el segundo de todo el continente con un fu¬
turo tan prometedor como el de los Estados Unidos y
entrar así a la fila de las superpotencias mundiales.
Lo primero que asegura esta intención es indudable¬
mente su industria que crecerá enormemente ya que
gracias a los modernos descubrimientos de estaño po¬
drá superar a Bolivia y convertirse en una de los pri¬
meros productores mundiales de ese metal. En Rondo-
nia, en las proximidades de Bolivia se han encontra¬
do yacimientos que sobrepasan los 100.000.000 de tone¬
ladas y ya tiene propuestas extranjeras para ayudar a
261
la explotación de las minas. Es claro que este hecho
traerá la ruina completa de Bolivia. De acuerdo con los
datos de los técnicos en Marabá en mitad de la “trans¬
amazónica” se han hallado yacimientos de hierro que
parecen los mayores del mundo ya que los primeros
cálculos señalan once mil millones de toneladas. Una
reserva casi igual de bauxita ha sido explorada en las
cercanías del río Trombetas y se buscan otros gran¬
des yacimientos de este mismo mineral en la región
de Paragominas al sur de la ciudad de Belén.
Por lo demás el Brasil se prepara para ser una po¬
tencia en el comercio ultramarino. En enero de 1974 se
construyó en la punta Cajú el dique seco más impor¬
tante de todo el hemisferio occidental erigido por una
empresa japonesa, y que tiene una capacidad para na¬
vios hasta de 400.000 toneladas de porte bruto. Así en¬
tra a ser uno de los mayores constructores de navios
del mundo y puede atender el pedido extranjero de
barcos superiores a 100.000 toneladas. Igualmente en el
mismo campo se construyen las instalaciones para el
transporte a “Docepolo” que consta dé cinco unida¬
des que pueden despachar a granel bajo la influen¬
cia y ayuda financiera de los Estados Unidos.
Antes de que Mozambique y Angola fueran inde¬
pendientes, Portugal permitía al Brasil el comercio in¬
tensivo con sus dos colonias. Ahora el comercio será
más abundante ya que estos países estarán llenos de
necesidades y su paso de colonia a estado será difí¬
cil. Por esto tendrá en cuenta cosas que pueden nece¬
sitar de las que se encuentran en el Brasil y éste halla¬
rá igualmente allá muchas de las que le faltan, como
petróleo y mármol. Ese comercio servirá al Brasil para
262 —
extenderlo a las naciones centroafricanas y aun asiáti¬
cas. Queda en pie la autorización portuguesa para ser¬
virse el Brasil de la colonia asiática de Macao, incrus¬
tada en la costa de China Roja, a través de la cual se
hace un nutrido intercambio de elementos y divisas.
También se ha extendido el comerció a islas portugue¬
sas como la parte de Timor y otras para hacerse cono¬
cer en Oceanía. Por último, muchas de las materias
primas que extraía de sus colonias la metrópoli habrá
de adquirirlas en su antigua colonia del Brasil. Así
este país se extiende ahora de manera restringida pero
pronto lo hará en una forma poderosa convirtiéndose en
una de las superpotencias que há soñado. Si el idioma
del Brasil fuera español y no el portugués su predo¬
minio sobre la América Latina habría tenido en estos
momentos mucho camino adelantado.
Al hablar de la geopolítica del Brasil hay necesi¬
dad de tratar tres puntos que ya no son solamente de la
esfera brasileña, sino del ámbito mundial:
Los Estados Unidos;
El petróleo;
La Antártida.
LOS ESTADOS UNIDOS.
La primera obligación del gobierno americano de
acuerdo con la Constitución del país es la superviven¬
cia de la nación. Los Estados Unidos, primera poten¬
cia mundial tanto económica como militar, tiene la
obligación de prever las amenazas que pretenden des¬
quiciar su poderío. Y si se analizan las acciones de la
política americana para cumplir con su cometido se ve
al instante que todas ellas se desarrollan en la zona
— 263
templada del norte; el futuro de Portugal y el desen¬
volvimiento de la política española ya que si ambas
caen en poder de los comunistas, quedarían en medio
de una tenaza cuyos dientes amenazan quebrantarlo
por el Este y el Oeste en una acción conjunta. Sigue
luego la Europa Central con su progreso y poderío eco¬
nómico capaz de asestar un golpe tremendo a la eco¬
nomía americana. Alemania, cuyo dominio y partición
hay que mantener para que Rusia no se corra más hacia
el Oeste acrecentando el peligro de dominio mundial y
que no se vea a Norteamérica como un polo alrededor
del cual gira un gran número de países que temen la
dictadura soviética. El Medio Oriente de cuyo suelo
depende en gran parte el bienestar del mundo y la ate¬
rradora dinámica de la gran industria cuya influencia
crece día a día produciendo una vertiginosa alza del
precio de los productos y haciendo disminuir el tránsito
mundial en una escala cuyo término aún no se adivina.
El Mediterráneo, el famoso “lago de las escuadras” en
donde rusos y americanos se miran recelosos para de¬
fender la “Life Line”, la línea de la vida, que mantie¬
ne el Occidente europeo. La OTAN, cuyo poderío de¬
fensivo quizás no sea más que un sueño. La China con
sus 875 millones de habitantes casi todos famélicos, y
apretados dentro de un terreno improductivo que ya
no puede abastecer un hombre más, ambiciona para
su pueblo el bienestar que observa en las costas del
frente sumado al deseo de implantar su doctrina en el
contorno del mundo. Y finalmente el Japón cuya in¬
dustria rivaliza en gran parte con la industria ameri¬
cana tanto en calidad como en precio.
Si sobre un mapa se traza una línea que una las
esferas de amenaza para los Estados Unidos, se verá
264
que a todas ellas tendrá que atender sin descanso y
emplear íntegramente su capacidad para el manejo de
su hábil política internacional y estar listos para hacer
frente a una actividad agresiva cualquiera, ya venga
del Este o del Oeste.
Este gigantesco trabajo tiene, sin embargo, un lado
descubierto que es la parte meridional. Necesita por
tanto asegurar este flanco con mucho poder y mucha
lealtad al mismo tiempo. Para eso ha escogido al Bra¬
sil. Su parte norte vacía tiene que transformarse. Debe
estar en condiciones de poder salir al Atlántico o al
Pacífico en el momento de un amago de peligro. La
ayuda financiera supragenerosa y la cooperación téc¬
nica ayudan a conjurar toda contingencia.
EL PETROLEO.
Para un país gigantesco de 8% millones de kilóme¬
tros cuadrados, el quinto en el mundo en extensión,
con riquezas inagotables y ubicado en el corazón de la
América del Sur hay una desventaja que echaría por
tierra toda ambición de dominio y es la falta de com¬
bustible que las inmensas instalaciones hidroeléctricas
no pueden reemplazar. Con el empuje colonizador y el
desarrollo de la industria pesada la necesidad de este
elemento va en aumento. De acuerdo con los datos mun¬
diales, e inclusive los del mismo país, el gasto anual os¬
cilaba entre 500 y 600 millones de dólares para la impor¬
tación de petróleo. No hay presupuesto de país sura-
mericano que pueda resistir ese desembolso creciente.
Pero parece que se ha operado un milagro: el 27 de no¬
viembre de 1974 tanto el gobierno como el Jornal do
Brasil anunciaron el descubrimiento de un gran ya-
— 265
cimiento petrolífero en el litoral de Campos, Estado de
Rio de Janeiro, a 80 kilómetros de la costa y á poca
distancia al sur de la capital. El anuncio oficial em¬
pieza, así:
“La PETROBRAS acaba de obtener un resul¬
tado prometedor en sus trabajos de explora¬
ción. Se trata del pozo 1-RJS-9A, localizado
en la plataforma continental, a 80 kilómetros
de la costa, delante de la ciudad de Campos,
en el Estado de Rio de Janeiro, que produce
petróleo a una profundidad de 3.150 metros”.
En la costa brasileña se encontraron enormes ex¬
tensiones de subsuelo rocoso formado por un tipo de
roca de dolmita fragmentada. En México se ensayó
el proceso de rompimiento de esa roca con excelen¬
tes resultados. El Brasil empleó el mismo sistema
hasta que brotó el petróleo. Petrobrás del Brasil
empezó a buscar sitios semejantes y hoy se trabaja
en la apertura de pozos en diez campos distintos y
en algunos se comienza a obtener óptimos resulta¬
dos . Así antes de dos años el Brasil tendrá todo el
petróleo que necesita. Pero lo más importante con¬
siste en que los geólogos piensan que no se trata sino
de la prolongación sobre el litoral de la cuenca petro¬
lífera del Orinoco. Los pozos abiertos en la desemboca¬
dura del Amazonas parece comprobarlo. De igual mo¬
do aseguran que los grandes yacimientos selváticos del
Ecuador y del Perú son parte de los que existen en
tierras brasileñas. Si esto resulta como se ha estudiado
quizás sólo Venezuela podría medir su riqueza petro¬
lera con el Brasil con la diferencia que en este último
el producto es de mejor calidad y necesita un refina¬
miento menos complicado.
266 —
EL ATOMO. .. . '
Se han encontrado al hacer la carretera de la sel¬
va grandes filones de uranio. Este mineral no es puro
y .esto ha demorado a los sabios alemanes con quienes
se ha hecho el contrato para la instalación de una base
atómica para formar un “ciclo total de poder nuclear”.
La prensa mundial se ha expresado al respecto de la
siguiente manera:
“El Brasil obtendrá del convenio todo lo que
necesite, el equipo y el conocimiento, para
hacer lo que hicieron los hindúes. No tendrán
que violar el acuerdo para realizar eventual¬
mente una explosión nuclear”.
Es claro que ante estas posibilidades brasileñas,
Argentina, que íntimamente se siente amenazada, fes¬
tina sus grandes trabajos nucleares, igualmente en la
dirección de la fabricación de una bomba atómica.
Pero es seguro que ambos países, que tienen una sig¬
nificativa deficiencia de petróleo, emplearán estos me¬
dios, en forma parecida a como lo ha hecho la Unión
Soviética, de usar explosivos atómicos especiales para
buscar yacimientos petrolífero?- o, ampliar sin peligro
alguno los ya existentes. De hecho ambas naciones
aseguran que su fuerza nuclear será usada únicamen¬
te con fines pacíficos. Pero nadie puede asegurar que
en un momento desesperado en que se trate de la su¬
pervivencia de la nación no se rompan estas cristia¬
nas intenciones y se emplee cualquier me'dio, por ate¬
rrador que sea, para asegurar su existencia.
Walter Lippman, recientemente desaparecido, y
reputado como el mejor escritor sobre cuestiones de
política americana sostenía ante el Pentágono en un
largo análisis de estas cuestiones, lo siguiente:
— 267
“En el Atlántico Sur, es esencial el mante¬
nimiento de bases militares y aéreas en la
proyección oriental del Brasiil. Estas bases
no pueden ser mantenidas exclusivamente
por el Brasil por que este país no es un ar¬
senal. Los brasileños tienen que ser apoya¬
dos por los Estados Unidos. Como no hay
comunicaciones terrestres con el Brasil, la
defensa estratégica de todo el continente
latinoamericano del lado del Atlántico, de¬
pende de las comunicaciones marítimas. Bra¬
sil es, por ende, indispensable en la estra¬
tegia norteamericana”.
El profesor de política internacional de la Univer¬
sidad de Princenton, Nicholas Jhon Spykman, mundial¬
mente conocido como gran experto, repite sin cesar:
“Como el poderío militar del Brasil es insufi¬
ciente en comparación con la inmensa super¬
ficie del país, y más débil en la región norte,
la responsabilidad de defender esta zona
amortiguadora ha de corresponder inevita¬
blemente a los Estados Unidos. Es impera¬
tivo por lo tanto completar las bases navales
de la costa brasileña con bases aéreas en tie¬
rra firme...”.
De acuerdo con las anteriores ideas parece normal
que el expresidente Nixon manifestara públicamente a
Suramérica: “Hacia donde se incline Brasil, se incli¬
nará el resto del continente”.
LA ANTARTIDA.
La Antártida es un continente helado que tiene una
extensión superior a una y media veces Europa, con
el clima más inclemente de la tierra y sin habitantes
naturales. Los dos mil que hoy se encuentran en ella
268 —
T
son sabios e investigadores que tratan de averiguar
la importancia de esa inmensa región para el resto del
mundo. Le sirve de centro el polo sur ubicado sobre
una inmensa planicie situada a 2.765 metros sobre el
nivel del mar.
Durante siglos inexplorada, su soledad despertó el
sentimiento romántico del descubrimiento y este an¬
helo se cristalizó en dos expediciones casi simultáneas
del Capitán inglés Scott y del ciudadano noruego
Roaltd Amudsen. Cuando Scott llegó encontró la ban¬
dera que Admusen había clavado en el polo.
Después de la Segunda Guerra Mundial atribuye¬
ron a la Antártida un notable valor estratégico y la
consideraron como un posible punto de partida para un
futuro conflicto mundial. Por eso muchos países se
apresuraron a apoderarse de aquel inmenso campo de
nieve escogiendo cada uno su sector. Entre esos con¬
quistadores figuran Gran Bretaña, Argentina, Chile,
Nueva Zelandia, Australia, Francia y Noruega.
En 1957 tuvo lugar el año geofísico internacional
cuyo principal objeto era el estudio profundo de la
Antártida. Los investigadores, entre otras muchas co¬
sas, encontraron grandes depósitos de carbón, uranio
y ricas cuencas petrolíferas, descubrimientos estos que
dieron mayor importancia a aquellas extensiones. A
pesar de que la delimitación sectorial ha producido al¬
gunos rozamientos se llegó a un acuerdo entre todos
por medio del cual se dictaminó que nadie podía usar
armas atómicas en ese continente. Hoy es lugar de
estudio y paz.
Pero el Brasil en su política internacional ha te¬
nido muy en cuenta la Antártida. Se juzga a si mismo
— 269
i
como dueño de una situación central con respecto al
resto del mundo: al noreste tiene a los Estados Unidos;
ál frente, Africa y al Sur la Antártida. Por esta razón
ée cree con derechos a participar de ¡las ventajas es¬
tratégicas que encierra esa vastedad y apoyándose en
las ideas de que los Estados Unidos y Rusia estiman
que las condiciones que allí se ofrecen deben ser para
todos los países* ha preparado una expedición para que
ocupe un lugar allá . De todos modos es un sitio estra-^
tégico debido al adelanto cada vez mayor de la avia¬
ción, y el Brasil no quiere quedarse atrás.
LAS GUAYANAS
“La línea costera suramericana, entre los
ríos Amazonas y Orinoco, fue descubierta
por navegantes españoles en 1499 y 1550, y
los primeros intentos de colonización europea
fueron hechos, casi de seguro, por españoles
o portugueses. En aquel tiempo las Guayanas
estaban habitadas por pueblos amerindios,
de los grupos de habla arawak y caribe, que
practicaban la agricultura, la caza y la pesca.
La toponimia amerindia ha perdurado espe¬
cialmente en los nombre de los ríos: Esequi-
bo, Demerara, Berbice, Rupunini, Mazurini,
Poataro, Cuyuni. Palabras como canoa, ja¬
maca, patata y tabaco tienen el mismo ori¬
gen. Guayana es una palabra que significa
“país de aguas”.
Durante los siglos XVI y XVII, aventure¬
ros españoles, portugueses, ingleses, fran¬
ceses y holandeses exploraron la región en
busca del legendario Dorado. Marinos ingle¬
ses, entre ellos Sir Walter Raleigh en 1595,
hicieron diversos viajes a las Guayanas; y él
concibió la idea de un imperio inglés que se
extendiera desde el Amazonas hasta el Ori¬
noco con lo que se reduciría la influencia es¬
pañola en la región”.
LA GUAYANA BRITANICA
Servicios Británicos de Información
— 271
LIT1CA - ! 5
CONFEDERACION GUAYANESA
LAS GUAYANAS
Tanto españoles como portugueses tenían fuer¬
tes grupos de colonización que atraían todos sus cui¬
dados, los primeros, de las Antillas mayores hacia oc¬
cidente y los segundos hacia el norte del Brasil. De
esta manera dejaban olvidada, si así puede decirse,
una región en la parte nororiental del continente.
Los exploradores portugueses y españoles que lo
hicieron por sus costas no fueron atraídos por ellas
a causa de la pobreza de los escasos grupos de po¬
bladores, la difícil condición de la costa, cenagosa
y aparentemente estéril, y lo tupido y hostil de la sel¬
va que se iba elevando desde las proximidades del
litoral.
El territorio guayanés puede considerarse como
una isla rodeada por el mar y el Orinoco que se une
por el brazo Casiquiari, con el río Negro, gran afluen¬
te del Amazonas. Aquel gigantesco río que arrastra
enorme cantidad de arena y desperdicios choca con la
corriente marítima que viene de Guinea y sigue hacia
el norte lamiendo la costa de las Guayanas y dejando
en ellas una especie de semicírculo de arena que so-
— 273
brepasa las altas mareas y forma abundantes lagunas
en el litoral que se extiende hasta el comienzo de la
pendiente selvática.
Por los años de 1595 el almirante inglés Sir Wal-
ter Raleigh hizo un viaje por el Orinoco y regresó a
Europa como portador de una infinidad de leyendas
sobre los tesoros, casi de las mil y una noches, que se
encontraban en aquellos lugares. Después de cuidado¬
sas e inútiles comprobaciones, Sir Walter perdió la
cabeza, pero las fábulas circularon por toda Europa y
los holandeses decidieron apoderarse de la región. Al
llegar a ella se establecieron en una colonia llamada
Stabruck, hoy Georgetown, a orillas del río Esequibo.
Cuando sobrevino la caída de Napoleón, su gran
aliado, Holanda tuvo que repartir la tierra adquirida,
con Inglaterra, Francia y España. En esa forma apa¬
recieron cuatro Guayanas: la española, la inglesa, la
holandesa y la francesa. Esta división fue fácil de hacer
gracias a los ríos que desde la selva corren casi per¬
pendicularmente hacia el litoral, pero la parte sur
quedó sin definir y aún hoy existen notorias dificul¬
tades para llegar a precisarlas.
LA GUAYANA FRANCESA.
Es la más reducida de todas. Mide 90.000 kilóme¬
tros cuadrados y tiene 60.000 habitantes. Constituye
uno de los departamentos franceses de ultramar. Gran¬
de es su pobreza y su atraso, y vive casi en el olvido
de la metrópoli.
Su proximidad al Amazonas es indudablemente el
hecho geopolítico más importante para esta Guayana.
274 —
Su capital Cayena, la terrible prisión de sus inme¬
diaciones en la isla del Diablo, le dieron un desastroso
renombre universal y la emigración fue poco copiosa.
Al mismo tiempo la parte sur resolvió separarse de
la colonia y formar un territorio cuasiautónomo deno¬
minado Ini, ubicado en el extremo meridional. Sin em¬
bargo, la carencia de medios de vida la obligó a rein¬
corporarse a la región para poder disfrutar de las po¬
cas ayudas que Francia proporcionaba a la colonia.
Los inmigrantes franceses consideraron que para
la salvación del territorio era indispensable que éste
tomara contacto con la desembocadura del Amazonas
y hacia este lado empezaron la penetración de territo¬
rios pertenecientes a los portugueses y fueron recha¬
zados militarmente por los brasileños quienes pusie¬
ron entre la colonia y un río del territorio del Amapá
una considerable guarnición militar y una buena or¬
ganización civil.
El límite oriental de la Guayana francesa se defi¬
nió después de muchos años de conversaciones, si¬
guiendo el río Oyapoc. La extraña circunstancia de
que dos ríos que corren paralelamente llevaran la mis¬
ma denominación, ha producido serios rozamientos en¬
tre Francia y Brasil.
La carencia absoluta de comunicaciones y la cons¬
trucción de una buena carretera del Brasil hasta la
frontera, hace que la desembocadura amazónica ejerza
una especie de absorción sobre la Guayana quizás por
las facilidades que esta vía proporciona al comercio.
La atracción crece día a día y parece pronosticar que
en un futuro muy próximo la Guayana Francesa for¬
mará parte integrante del territorio brasileño.
— 275
No es posible terminar esta ligera reseña de la
Guayana sin recordar que después del acuerdo de paz
entre Francia y Argelia en 1962, la primera se com¬
prometió a desmantelar la base espacial de Hammaguir
en un plazo máximo de cinco años y a devolver el te¬
rreno ocupado.
El personal y el material han sido trasladados a la
Guayana en donde se oontruyen cinco plataformas de
lanzamiento que, de acuerdo con los planes, estarán lis¬
tas para funcionar a principios del año de 1978 y po¬
drán lanzar al espacio, en forma semejante a como lo
ejecutan Rusia y los Estados Unidos, una serie de ar¬
tefactos espaciales que Francia a fijado en su respec¬
tivo programa.
La nueva base estará situada a 80 kilómetros al oc¬
cidente de Cayena en el puerto de Kourou. Tendrá 60
kilómetros de largo sobre la costa y unos 20 kilómetros
de profundidad. Europa quedará a 8.000 kilómetros de
distancia.
REPUBLICA DE SURINAM.
Durante siglos esta nueva república suramericana
figuró como una colonia conocida con el nombre de
Guayana holandesa y lo fue hasta el 25 de noviembre
de 1975, en que Holanda reconoció su independencia,
terminando así la dominación mantenida durante tres¬
cientos veinticinco años. El nombre lo adoptó debido a
que el río Surinam atraviesa el país de sur a norte y
es su vía más importante.
La nueva república tiene 163.265 kilómetros cua¬
drados y una población de 384.000 habitantes, los cua-
276
T
les se dividen en tres grupos: uno hindú que constitu¬
ye el 40%, los negros que forman el 39% y el último
que es una mezcla de chinos, holandeses, negros cima¬
rrones, indonesios e indígenas. Los negros tienen, a
diferencia de los de la vecina república de Guayana,
la particularidad de que conservan su idioma africano,
sus costumbres y su identidad. Los dos primeros gru¬
pos constituyen los dos únicos partidos políticos.
La principal riqueza de Surinam está en sus depó¬
sitos de bauxita que la colocan en el tercer puesto en¬
tre los exportadores de este producto en el mundo.
El mineral va a los Estados Unidos y al Canadá y de
ahí deriva una entrada de divisas anual equivalente
a US $ 30.000.000.
Lo más interesante desde el punto de vista polí¬
tico es cómo los diversos grupos humanos conservan es¬
trechas relaciones con sus países de origen, los cuales
atienden a su conservación y están listos a prestarles
cualquiera ayuda que necesiten en todo momento.
A pesar de que muchos holandeses quisieron pe¬
netrar en terreno brasileño fueron enérgicamente re¬
chazados y no tiene dificultades fronterizas con el
Brasil, del cual la separa la alta Serranía de Tumucu-
maque cuya línea magistral señala claramente el lí¬
mite entre las dos naciones.
GUYANA.
Esta antigua colonia de Inglaterra quedó consti¬
tuida como tal en 1831. Cuando la metrópoli decretó
en 1834 la libertad de los esclavos, éstos abandonaron
las prósperas plantaciones de caña y cambiaron la
vida de los ingenios por la de las ciudades.
— 277
Para remediar el daño causado por esa desbanda¬
da procedió a la introducción masiva de hindúes y de
negros africanos, todos ellos de colonias inglesas. Esta
medida dio como resultado remoto la integración de
la población guayanesa actual de 857.000 habitantes,
compuesta en un 48% por hindúes, 32.9% por negros y
el resto por chinos e indígenas, éstos últimos ubicados
en el interior del país en las partes selváticas y com¬
pletamente aislados de la vida nacional.
El deseo de predominio y de poder de las dos gran¬
des masas humanas que forman la población origina¬
ria, en el año de 1962 se vieron envueltas en graves
disturbios y en ellos empezó la levadura de la inde¬
pendencia del territorio, solicitada de improviso. En¬
tre los representantes de la colonia y la corona britá¬
nica se establecieron conversaciones para buscar la
posibilidad de que la Guayana fuera una nación inde¬
pendiente. Después de numerosos encuentros se llegó
a la independencia absoluta, el país tomó el nombre
de Guyana como se le llamaba en la lengua indígena,
se le asignó a Georgetown como capital y se firmó el
pacto del 26 de mayo de 1966, debido a los buenos
oficios de los Estados Unidos.
Venía ahora el arreglo de los límites con la repú¬
blica de Venezuela, los cuales habían tenido grandes
alternativas desde los tiempos coloniales.
El primer paso que al respecto dio Venezuela fue
definitivo. Siempre se habló en geopolítica de que el
mar es fuente de grandeza nacional, razón por la cual
los países tratan de extender su litoral a costa de sus
vecinos. Por eso Venezuela, a raíz de la independencia
guyanesa, dictó un decreto por medio del cual fijaba
su límite legítimo:
278 —
“Art. 3° —
Se hace expresa reserva de los derechos de
soberanía de Venezuela sobre la zona de mar
territorial cuya restitución se reclama de Gu¬
yana, es decir, la faja de tres millas de an¬
cho a lo largo de las costas del territorio com¬
prendido entre las bocas del Esequibo y la
boca del río Guanía, así como las aguas in¬
teriores en dicha zona delimitada por la línea
de base recta fijada en el presente decreto”.
Pero esta legitimidad no es tan clara como parece:
en el tratado de Munster en 1648, en que Holanda se
quitó la tutela de España, ésta le cedió los territorios
situados al este del Esequibo. Pero el convenio estipu¬
laba que no podía disponer de un solo palmo de tierra
al occidente del citado río. Para que esto quedara claro
se destruyeron todos los vestigios de instalaciones ho¬
landesas hechas para combatir a los misioneros cató¬
licos. Cuando empezó la decadencia de Holanda, fue
derrotada por Inglaterra como amiga de Napoleón en
1814, y cedió a Gran Bretaña la parte de su territorio
que abarcaba 20.000 millas cuadradas a partir del Ese¬
quibo .
En 1811 los límites de Venezuela quedaron perfec¬
tamente definidos y reconocido el río como frontera.
No obstante, los ingleses en 1840, en atención a que
había muchas regiones desconocidas, decidieron que
se materializara la frontera común y para ello la Gran
Bretaña designó al alemán Roberto Schomburgk para
que hiciera los trabajos correspondientes. Schomburgk,
con hitos y postes, fijó una frontera que partía de la
boca del Orinoco, formaba una serie de zig zag y sal¬
taba por encima de la Sierra Roraima hasta encontrar
las fuentes del río Blanco, afluente del Amazonas. Ve-
— 279
nezuela protestó y destruyó las señales dejadas, pero
Inglaterra advirtió que esa destrucción en nada alte¬
raba los derechos ingleses. Pero a pesar del desorbi¬
tado trazo del árbitro alemán, Inglaterra seguía avan¬
zando hacia el occidente por lo cual Venezuela pidió
a los Estados Unidos que interviniera a fin de que se
trazara una frontera justa para ella. Los Estados Uni¬
dos accedieron basándose en la doctrina Monroe. Se
formó entonces un tribunal compuesto por dos ameri¬
canos, dos ingleses, y un ruso, Federich Martens, quien
debería actuar como presidente del tribunal que se
reunió en París el 3 de octubre de 1899. Ningún árbitro
era venezolano.
Entre el Presidente del tribunal y los delegados
ingleses se fijó la nueva frontera. De las 50.000 millas
cuadradas que se disputaban, 45.000 fueron para In¬
glaterra y 5.000 para Venezuela. La nueva línea, que
es la actual, empieza en la Punta Playa cerca de la de¬
sembocadura del Orinoco, línea más corrida hacia el
oeste, en muchas partes, que la que había sido fijada
por la Gran Bretaña. El presidente del tribunal se
sumó a los ingleses y formó mayoría. Y como los ame¬
ricanos trataran de protestar, Martins amenazó con
trazar la línea aún más al oeste, lo cual, como fallo
debería ser aceptado por un tribunal internacional.
La nueva línea fijada tomaba 167.000 kilómetros cua¬
drados al oeste del Esequibo. Ante el poderío de In¬
glaterra, Venezuela tuvo que someterse. Se trataba de
la dueña del mundo.
El señor Severo Mallet Prevost, americano, servía
de Secretario del tribunal. Hombre minucioso e inte¬
ligente fue copiando todos los documentos que pasaban
280 —
T
por su mano; tomó nota de las discusiones y las con¬
versaciones extranjeras y pintaba las arrogantes opi¬
niones de los jueces ingleses. Mallet fijó sus ideas en
un memorial que no dejó conocer a nadie y ordenó que
no debía publicarse sino después de su muerte.
Esta acaeció en 1948. En 1949 Venezuela conoció
toda la verdad y se enteró de las posiciones de los ár¬
bitros ingleses. Fue entonces cuando pidió á la Gran
Bretaña que se trazara la frontera común con arreglo
a la justicia. Esta demanda, además del Memorándum
de Mallet, incluía todas las cédulas y documentos an¬
tiguos que mostraban su propiedad sobre los terri¬
torios usurpados.
Con el fin de llegar a un acuerdo, una vez que In¬
glaterra dio libertad absoluta a su Guayana se ofreció
como su consejera en todo lo que hiciera referencia
a los reclamos venezolanos. Se planeó una reunión en
Ginebra y allí se formó un comité que debía arreglar
en firme el diferendo que Venezuela llamaba “el re¬
clamo de su Guayana Esequiba”.
El acuerdo contenía los siguientes apartes:
“Artículo I.
Se establece una Comisión Mixta con el en¬
cargo de buscar soluciones satisfactorias para
el arreglo práctico de la controversia entre
Venezuela y el Reino Unido, surgida como
consecuencia de la contención venezolana de
que el Laudo Arbitral de 1899 sobre la fron¬
tera entre Venezuela y la Guayana Británica,
es nulo e írrito”.
— 281
Artículo V.
Con el fin de facilitar en la mayor medida po¬
sible la cooperación y mutuo entendimiento,
nada de lo contenido en este acuerdo será in¬
terpretado como renuncia o disminución por
parte de Venezuela, el Reino Unido o Guya¬
na de cualquiera base de reclamación sobre
la soberanía territorial de Venezuela, el Rei¬
no Unido o la Guyana...
Artículo VI.
Si dentro de un plazo de cuatro años conta¬
dos a partir de la fecha de este acuerdo
la Comisión Mixta no hubiera llegado a un
acuerdo... escogerá sin demora los medios
de solución pacífica previstos en el artículo
33 de la Carta de las Naciones Unidas”.
Pero el acuerdo se congeló por 12 años al final de
los cuales no se había llegado a una solución definiti¬
va, lo que no impidió a Venezuela instalar una impor¬
tante base aérea en la frontera común.
La diferencia de poder y de riqueza que hay en¬
tre los dos países, ha hecho que distintas naciones, de¬
bido al asunto racial y a tendencia políticas hayan
ofrecido franco apoyo a Guyana en caso de cualquier
intento de agresión venezolana. Y es indudable que
para Suramérica, para la América entera, y especial¬
mente para Venezuela con sus tentadoras riquezas,
una ayuda semejante podría traer graves consecuen¬
cias. Si Cuba ha dado tantos sinsabores a los Estados
Unidos, éste sería tener una cuña, aún más beligeran¬
te, en tierra firme.
282
r
BIBLIOGRAFIA
ALBERATURY, MARCELO: Política Mundial Contemporá¬
nea. Buenos Aires. Mundo Moderno.
ARGUEDAS, ALCIDES: Historia General de Bolivia.
BACKEJHAUSER, EVERARDO: A Geografía Geral e Polí¬
tica do Brasil, Biblioteca de Exercito. Río de Janeiro. 1952.
BASADRE, JORGE: Historia del Perú.
BRIANO, JUSTO P.: Geopolítica y Geoestrategia Americana.
Pleamar. Buenos Aires.
CASTRO, JOSUE: Geopolítica del Hambre. Ediciones Cid.
Madrid.
CARPIO CASTILLO, RUBEN: Fronteras Marítimas de Ve¬
nezuela. Prensas Venezolanas de Editorial Artes. Agos¬
to 13. Caracas.
CEVALLOS GARCIA, G.: Visión Teórica del Ecuador. Bi¬
blioteca Mínima Ecuatoriana. Quito. 1960.
CRESOLE, NORBERTO: Geopolítica de la Libertación. Edi¬
ciones Corregidor. Buenos Aires. 1972.
CUNILL GRAU, PEDRO: Geografía de Chile. Editorial Uni¬
versitaria. Santiago. 1971.
— 283
ESCALONA RAMOS, ALBERTO: Geopolítica Mundial. Im¬
prenta Galves. México.
ESCOBARIA, JORGE: El Desarrollo del Norte de Chile. Do-
raio Presencia. Abril de 1951.
FRIEDMANN W.: An introduction to world politics. Mac-
millan & Co. New York. 1956.
SOCIEDAD ANES A: Geografía Universal Ilustrada. Buenos
Aires.
GEORAMA: Editorial Codex S. A. Buenos Aires.
JAMES, PRESTON: Latín America. The Odyssey Press. New
York. 1959.
JAQUES, ANGEL: Geopolitique. Librerie Delagrave.
París. 1936.
LONDOÑO L., JULIO: Geopolítica de Colombia. Editorial
Fuerzas Armadas. Bogotá. 1958.
LONDOÑO L., JULIO: Geografía Política de América. Uni¬
versidad Nacional de Colombia. 1969.
LONDOÑO PAREDES, JULIO: Derecho Territorial de Co¬
lombia. Imprenta Fuerzas Armadas. Bogotá. 1973.
MISTRAL, GABRIELA: Cantando a Chile.
OBANDO, ALFREDO. Gral.: El Gobierno revolucionario y
el problema del mar. La Paz. 1970.
OZORES, RENATO: Derecho del Mar. Panamá. 1959.
PAVIA, ARMANDO: Geografía de la República del Paraguay.
Editorial Don Bosco. Asunción.
PIÑEIRO, ARMANDO ALONSO: El Eterno Conflicto Argen¬
tino-Brasileño. Redacción. Argentina 1974.
RIOS GALLARDO, CONRADO: Chile y Bolivia definen sus
fronteras. Santiago de Chile. 1963.
ROCA, JOSE LUIS: Bolivia en Arguedas y Tamayo.
Sevilla. 1969.
284 —
ROSARIOS, OTTOCAR: América Latina, veinte repúblicas.
Emecé Editores. Buenos Aires. 1966.
ESCHMIEDER, OSCAR: Geografía de América Latina. Fondo
de Cultura Económica. México. 1965.
SPYMAN, NICOLAS J.: La estrategia americana en la po¬
lítica mundial. Harcóurt Brace. New York. 1962.
TABORGA, HUASEAUR: Una política internacional digna
e independiente. Exposición ante la OEA. Junio 1971.
WEIGER, HANS W.: New Compass of the world. The Mac-
millan Cía New York. 1949.
WALTER, THEIMER: Diccionario de la política mundial.
M. A. Cóllia. Buenos Aires.
Esta primera edición de
GEOPOLITICA DE SURAMERICA
se terminó de imprimir
el día 22 de junio de 1977
en los talleres de la
Imprenta de las Fuerzas Militares.